Casi dos millones y medio de desplazados en Yemen tras un año de conflicto
- Según las organizaciones humanitarias, no hay ninguna solución política "a la vista"
- A los desplazados se suman 92.000 refugiados somalíes y etíopes
- En enero se suspendieron las conversaciones de paz
En Yemen sobreviven más de 2,4 millones de personas desplazadas internas casi un año después de que se iniciase el conflicto armado en el país. Así lo ha advertido este martes la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En diciembre de 2015, las organizaciones internacionales calcularon que había en el país cerca de 2,5 millones de desplazados, pero después de haber mejorado los proceso de cálculo, han situado la cifra en 2.430.178 desplazados internos en el país.
Tras los ajustes, la cifra sigue siendo alarmante para la OIM y el ACNUR, especialmente porque no hay ninguna solución política "a la vista", según señalaron en un comunicado.
Aislados y sin ayuda
Por ello, ambas organizaciones consideraron que es crucial mantener el acceso abierto a la ayuda humanitaria esencial, e "imploraron" a las partes que permitiesen llegar ayuda a las zonas de difícil acceso, donde están la mayoría de los desplazados.
Un acceso que consideran "factible" después de que el mes pasado la ayuda humanitaria internacional consiguiese llegar a zonas de la ciudad sitiada de Taíz.
Precisamente, esta ciudad, junto con Hajjah, Sana, Amran y Sa'ada, son los lugares donde más ha aumentado la violencia y donde se concentran el 68% de los desplazados internos del país. Además, Sa'ada, Sana y Amran cuentan con la proporción más alta de acogida de desplazados, un 30, un 21 y un 20%, respectivamente.
Migrantes de otras nacionalidades afectados
Los últimos datos que manejan ambas organizaciones destacan el "continuo sufrimiento de los que se ven forzados a dejar sus hogares" y que normalmente llegan a zonas donde los servicios básicos también se han visto afectados por el conflicto.
Además de los desplazados internos, unos 92.000 refugiados somalíes y etíopes pueden haber entrado en Yemen el año pasado en su camino hacia Arabia Saudí, según dijo hoy el portavoz de la OIM, Joel Millman, en rueda de prensa.
"Estamos profundamente preocupados por el número de inmigrantes en el país que también podrían ser objeto de todo tipo de violencia", declaró.
Millman explicó que se conocen casos de violencia y detenciones contra personas inmigrantes, pese a que las actividades de seguimiento de la OIM se han visto "severamente restringidas" por el conflicto.
Bombas de fragmentación contra la población civil
En enero, funcionarios del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunciaron la existencia de remanentes de bombas de fragmentación cerca de una plantación de bananas en la provincia de Hajjah y entrevistaron a dos personas que resultaron heridas tras pisar bombas sin estallar.
El órgano señaló haber recibido "informaciones alarmantes" del uso de este tipo de armas prohibidas y el portavoz del organismo, Rupert Colville, indicó haber visto fotos de las mismas.
En junio de 2015, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó de que la guerra en Yemen estaba causando graves daños a la población civil, sometida a los bombardeos y el bloqueo de la coalición internacional liderada por Arabia Saudí.
"Esta guerra parece más una guerra contra la población que entre bandos", aseguró en ese momento a RTVE.es Teresa Sancristóval, responsable de la unidad de emergencias de MSF.
"Cuando las ciudades se convierten en objetivo, cuando los campos son objetivos y el acceso al agua se convierte en una política... no se está teniendo en cuenta a la población", argumentó.
Conversaciones de paz infructuosas para una guerra sin fin
Una ronda de seis días de negociaciones de paz para Yemen concluyó el pasado 20 de diciembre en Suiza sin el esperado acuerdo para un alto el fuego permanente en ese país, pero con el compromiso de que las conversaciones se reanudarían a mediados de enero. Sin embargo, la nueva ronda de negociaciones, prevista para el día 14, quedó suspendida sine die.
Los rebeldes hutíes -de confesión chíi y que cuentan con el apoyo no expreso de Irán- lanzaron una ofensiva en septiembre del 2014, y a pesar de algunas pérdidas, controlan actualmente gran parte del país, incluida la capital, Saná.
En marzo de 2015, con el apadrinamiento de Estados Unidos, Arabia Saudí tomó la iniciativa de actuar contra los rebeldes hutíes, y logró convencer a ocho regímenes de credo suní a formar una coalición. Los hutíes son una minoría chií opuesta al presidente, Abu Rabbo Mansur Hadi.
Una bomba cada tres minutos
Al principio, las bombas caían sobre lugares supuestamente estratégicos, pero paulatinamente los objetivos se han ido ampliando. La guerra ha permitido además el avance en Yemen de distintos grupos yihadistas, como Al Qaeda o el Estado Islámico.
Teresa Sancristóval relató a RTVE.es que "en Yemen cae una bomba cada tres minutos, durante días y días. En sitios como Saada, una ciudad del tamaño de Toledo, cae una bomba cada 10 minutos".
Una de las primeras acciones de la coalición fue bombardear un campo de desplazados y ahora la población evita las concentraciones, lo que dificulta aún más la distribución de ayuda humanitaria.