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La Fiscalía alemana eleva a 17 los empleados de Volkswagen investigados por la manipulación de emisiones

  • El fiscal de Brünswick: no hay ningún miembro de la dirección actual o pasada
  • La investigación intenta determinar quién tomó la iniciativa de la manipulación
  • Este cambio casi triplica los sospechosos, que hasta ahora eran sólo seis

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Panorámica de la sede de Volkswagen en la ciudad alemana de Wolfsburgo
Panorámica de la sede de Volkswagen en la ciudad alemana de Wolfsburgo.

La Fiscalía alemana ha elevado a 17 el número de personas investigadas por el escándalo de la manipulación de emisiones de los motores diésel. Hasta ahora, la investigación del fiscal de la ciudad alemana de Brünswick había imputado a seis empleados del fabricante de automóviles.

Según ha explicado el fiscal de esa localidad del norte de Alemania, Klaus Ziehe, entre los 17 sospechosos "no hay ningún miembro actual o pasado de la dirección" del gigante automovilístico.

La investigación -abierta por esta Fiscalía justo después de que estallara el escándalo del fraude a finales de septiembre del año pasado- intenta determinar quién tomó la iniciativa en el trucaje de los motores, ante la posibilidad de que se hubiera cometido con ello delitos de estafa y competencia desleal.

En los próximos días, las personas investigadas deberán ser citadas a declarar.

Además de esta causa en Alemania, la empresa se enfrenta a numerosos procesos judiciales en otros países, tanto por demandas de las autoridades como por clientes o accionistas que se consideran engañados o perjudicados por el fraude.

En 2006 se tomó la decisión de instalar el programa de manipulación

En un informe elaborado por un gabinete de abogados contratado por Volkswagen y al que ha tenido acceso la Agencia France Presse, se asegura que en noviembre de 2006 se tomó la decisión de instalar el programa informático en determinados tipos de motores. Según ese documento, la responsabilidad del engaño fue de técnicos e ingenieros con jerarquías inferiores a la dirección.

Ese software permitía al sistema del vehículo identificar las fases del test de medición de emisiones contaminantes para rebajarlas durante esas pruebas y emitir la cantidad de gases permitida, algo que no ocurría el resto del tiempo, cuando las emisiones de esos vehículos casi quintuplicaban el límite autorizado.

El consejero delegado del grupo en el momento en que se realizó esa manipulación, Martin Winterkorn, dimitió de su cargo justo después de que el gigante automovilístico admitiera el engaño.

Según las últimas informaciones, Winterkorn conocía la situación desde mediados de 2014, más de un año antes de que estallara el escándalo, ya que se le presentó un informe sobre los problemas que ya entonces había planteado la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. y el estado de California, que no aceptaban la utilización de ese trucaje y exigían su eliminación y el cumplimiento de las emisiones.