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Aniversario del tsunami en Japón

La descontaminación de Fukushima avanza lentamente cinco años después del desastre

  • Tan sólo se ha completado un 10% de un proceso que llevará décadas
  • La radiación inutiliza los robots que buscan las varillas de uranio
  • Miles de personas desplazadas aún no han vuelto a sus hogares

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Imagen del reactor número 3 de la central de Fukushima Daiichi (Japón) dañado tras el terremoto y posterior tsunami. REUTERS/Toru Hanai/Files
Imagen del reactor número 3 de la central de Fukushima Daiichi (Japón) dañado tras el terremoto y posterior tsunami. REUTERS/Toru Hanai/Files

Hace cinco años, uno de los peores terremotos de la Historia, de magnitud 9 en la escala de Richter, hizo temblar Japón. El tsunami posterior, con olas de 10 metros, arrasó la costa nororiental, causó casi 19.000 muertos y provocó un desastre en la central nuclear de Fukushima Daiichi: varios reactores resultaron dañados, en dos de ellos se produjo una reacción de fusión y se detectaron fugas radioactivas.

La reconstrucción de las zonas más afectadas por el desastre aún continúa, según explicaba el primer ministro, Shinzo Abe, este jueves, así como los trabajos para descontaminar la central.

Los técnicos de Tepco (Tokyo Electric Power Co., la compañía dueña de la central) siguen inyectando agua de mar en los reactores para refrigerarlos e intentan construir un muro de hielo en el subsuelo para evitar filtraciones de agua contaminada al océano.

El gerente actual de la planta, Akira Ono, considera que se ha completado alrededor de un 10% de la descontaminación y que el proceso podría llevar entre 30 y 40 años, con un coste económico desconocido.

Imagen tomada el 12 de febrero de 2016 de bolsas que contienen material contaminados con radioactividad  y almacenados de manera temporal en Naraha, en la prefectura de Fukushima. AFP / TORU YAMANAKA

Imagen tomada el 12 de febrero de 2016 de bolsas que contienen material contaminados con radioactividad y almacenados de manera temporal en Naraha, en la prefectura de Fukushima. AFP / TORU YAMANAKA AFP / TORU YAMANAKA

Robots "muertos" por radiación

La compañía asegura que la radiación medida en distintos puntos de la central es ya menor que en Tokio. Sin embargo, en el interior de los reactores el nivel es tan alto que con la tecnología actual resulta imposible acceder y extraer las varillas de combustible nuclear fundidas, que son el origen del problema.

"Es extremadamente difícil acceder al interior de la planta", ha declarado a Reuters Naohiro Masuda, jefe del equipo de descontaminación de Tepco. "El mayor obstáculo es la radiación".

Es extremadamente difícil acceder al interior de la planta (...) el mayor obstáculo es la radiación

Tepco ha realizado algunos progresos, como extraer cientos de varillas de uranio ya utilizadas y almacenadas en uno de los edificios dañados.

Pero las varillas en uso, que se encontraban en el corazón de los reactores en el momento del accidente, fundieron sus contenedores por la falta de refrigeración y ahora nadie sabe dónde están.

La compañía ha usado robots subacuáticos que "nadan" en los edificios inundados y buscan las varillas, pero en cuanto se acercan a los reactores, la alta radiación inutiliza sus mecanismos, ha explicado Masuda. La fabricación de cada robot lleva dos años, lo que ralentiza enormemente los trabajos.

Agua radioactiva

Otro problema es el del agua inyectada para refrigerar los reactores. Una vez usada, está contaminada por radiación, y debe ser almacenada en tanques.

El número de tanques levantados alrededor de la central no para de aumentar, sin que se sepa cuál será el destino de esos millones de toneladas de agua contaminada.

Akira Ono ha reconocido además que no pueden descartarse filtraciones de los tanques al mar, como ha ocurrido en otras ocasiones.

Muro de hielo

Tercer problema: las corrientes subterránea de agua que discurren bajo la central se filtran en los sótanos de los reactores, donde el líquido se contamina, y de allí pasa al océano Pacífico.

Para evitarlo, Tepco planeó rodear la central con un "muro de hielo". El dispositivo está ya instalado y a finales de año está previsto que los técnicos de Tepco bombeen agua para congelarla.

Mientras el proceso de descontaminación continúe, todas las miradas estarán puestas en la compañía eléctrica. Tres de sus exdirectivos ya han sido acusados de no haber hecho lo suficiente para evitar el desastre.

Zona contaminada

La noticia fue recibida con satisfacción por los vecinos de la central que tuvieron que ser evacuados a causa del accidente, y que aún no han podido regresar a sus hogares.

El Gobierno no ha autorizado el regreso de todos ellos a pesar de que un estudio conducido a gran escala por la Universidad Médica de Fukushima durante los últimos cinco años ha concluido que la radiación emanada de la planta "no ha tenido ningún impacto apreciable" sobre la salud de los habitantes de la zona, al no detectarse mayor prevalencia de enfermedades como el cáncer, informa Efe.

Por su parte, el grupo ecologista Greenpeace ha afirmado que se han detectado mutaciones en plantas y animales de la zona, así como "altas concentraciones de radiación" en determinadas especies, a partir de investigaciones independientes y de la propia organización.

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