Dilma Rousseff defiende a Lula y descarta dimitir pese a la crisis política en Brasil
- La presidenta de Brasil asegura que no existen razones para que deje su cargo
- Afirma que la petición de prisión para su antecesor "sobrepasa todos los límites"
- Añade que tener a Lula en su Gobierno sería "un orgullo", sin dar más detalles
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha defendido este jueves a su antecesor en el cargo y mentor político, Luiz Inácio Lula da Silva, al afirmar que la petición de la Fiscalía de Sao Paulo de encarcelar de forma preventiva al expresidente "sobrepasa todos los límites", al tiempo que rechazaba dimitir pese a la crisis política que sufre el país, con varios dirigentes investigados por corrupción.
La propia Rousseff tiene pendiente un juicio político por presuntas irregularidades fiscales, aunque la causa está suspendida por errores de procedimiento y se reanudará en las próximas semanas.
Asimismo, el Tribunal Supremo juzgará al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, antiguo compañero y ahora rival de Rousseff, por su supuesta implicación en una trama de corrupción en torno a la petrolera estatal Petrobras.
Sin embargo, las investigaciones contra Lula: el expresidente estuvo declarando la semana pasada durante tres horas por presunto lavado de dinero vinculado al caso Petrobras y este jueves fue imputado por blanqueo y falsedad documental en otra investigación, en este caso relativa a un apartamento de lujo que la Fiscalía defiende es propiedad de Lula, aunque aparece a nombre de una constructora, también implicada en la trama de la petrolera estatal.
Rechaza dejar el cargo
Esta última investigación llevó este jueves a la Fiscalía a reclamar la detención preventiva del exmandatario, al que Rousseff ha defendido con vehemencia: "El Gobierno repudia esta acción contra el presidente Lula", ha remarcado en una rueda de prensa en el palacio presidencial de Planalto. La presidenta ha insistido en que la petición de la Fiscalía "sobrepasa el sentido común" y es un "acto de injusticia", sobre todo debido al bagaje político de Lula y por el "respeto internacional" del que goza.
“Creo que solicitar mi renuncia es reconocer que no existe base para el impeachment“
En la misma comparecencia, ha subrayado que no renunciará al cargo a pesar de las presiones crecientes a que se enfrenta por parte de la oposición: "Creo que solicitar mi renuncia es reconocer que no existe base para el impeachment", ha argumentado Rousseff, en alusión a la figura del derecho anglosajón con la que se conoce el proceso de destitución de un presidente.
"Es imposible creer que por mi trayectoria política, por mi honradez, me voy a resignar ante los que actúan con absoluta falta de respeto a ley", ha añadido Rousseff, quien ha criticado las "filtraciones selectivas" a la prensa de los casos de corrupción y ha avisado de que "los rumores son negativos para la economía".
Por otro lado, la presidenta se ha negado a comentar los rumores de que habría ofrecido un ministerio a Lula, lo que podría dificultar que fuera investigado, aunque si ha querido recalcar que "tendría el mayor orgullo" de incluirle en su gabinete.