Japón conmemora el quinto aniversario del tsunami que desató la catástrofe de Fukushima
- El 11 de marzo de 2011 un terremoto de 9.0 en la escala Richter arrasó el noreste de Japón
- Más de 18.000 personas murieron y aún 174.000 siguen desplazadas
- A lo largo de todo el país se ha recordado este día con un minuto de silencio
Japón conmemora este viernes el quinto aniversario del terremoto y el posterior tsunami de la región de Tohoku (noreste), una catástrofe natural que dejó más de 18.000 fallecidos y desató la crisis nuclear de Fukushima, la peor desde el incidente de Chernóbil (Ucrania).
El 11 de marzo de 2011, un terremoto de magnitud 9.0 en la escala abierta de Ritcher y el tsunami que lo siguió arrasaron el noreste de Japón y causaron graves daños en la central de Fukushima Daiichi, estragos que aún mantienen a 174.000 personas desplazadas.
En los diversos actos celebrados por todo el país se ha guardado un minuto de silencio a las 14.46 hora local (05.46 GMT), momento exacto en el que el 11 de marzo de 2011 se registró el terremoto de 9 grados en la escala abierta de Richter que desencadenó la tragedia.
El Teatro Nacional de Tokio acogió una ceremonia oficial en la que participan el emperador Akihito, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y familiares de las víctimas de la tragedia.
"No podremos olvidar esas impactantes imágenes de televisión en la que se veía una ola que recorrió el campo de Sendai (noreste) como un muro negro", ha dicho el emperador durante su discurso.
Akihito ha expresado su profundo pésame a los allegados de los fallecidos, y ha señalado su "dolor" por "todas aquellas personas que aún no han podido regresar a sus hogares" tras ser evacuados hace un lustro por los efectos del tsunami o del accidente nuclear.
"En esta situación tan difícil, muchos voluntarios están trabajando para asistir a las víctimas junto al Gobierno y a las autoridades locales", destacó el emperador, quien también quiso agradecer "la gran asistencia brindada por más de 160 países y organismos internacionales" tras la catástrofe.
"Japón goza de una naturaleza bella, pero que al mismo tiempo puede tener un lado peligroso. Espero que sepamos aprender esta lección tras llevar a cabo un gran sacrificio, y que el pueblo japonés mantenga su coraje ante los desastres", añadió Akihito.
"Siento que el desastre todavía sigue", afirmó por su parte el primer ministro nipón, quien también señaló que "poco a poco, se avanza en la recuperación de las zonas afectadas".
El líder conservador añadió que el Gobierno "seguirá haciendo esfuerzos por apoyar a las comunidades locales, y para lograr la reconstrucción de la economía" de estas áreas.
A la sobria ceremonia celebrada en el Teatro Nacional de Tokio también asistieron otros representantes políticos del Ejecutivo y de las tres prefecturas niponas más afectadas (Miyagi, Iwate y Fukushima), y delegaciones internacionales y familiares de las víctimas.
El minuto de silencio se repitió en distintos puntos de todo el país, en actos donde también se hicieron ofrendas florales a las víctimas en lugares simbólicos de algunas de las ciudades donde el tsunami causó mayores estragos como Ishinomaki y Minamisanriku.
En las localidades costeras del noreste del país también pudo oirse la alarma de tsunami que sonó aquél fatídico día, alertando a sus habitantes de la llegada de una ola gigante que en algunos puntos alcanzó los 20 metros de altura.
Las secuelas del accidente nuclear
Después del accidente nuclear, 200.000 personas fueron evacuadas de localidades cercanas a la central eléctrica de Fukushima Daiichi, y de ellas unas 74.200 siguen sin regresar a sus hogares en un radio de entre 10 y 20 kilómetros alrededor de la planta.
Asimismo, a día de hoy quedan 57.677 personas de las provincias de Iwate, Miyagi y Fukushima que residen en alojamientos temporales prefabricados, del total de personas que continúan evacuadas por los efectos del tsunami y de la catástrofe nuclear.
La cifra oficial de fallecidos a causa del desastre natural asciende a 15.894, mientras que desaparecieron otras 2.561 personas y cuyos cuerpos no han sido aún encontrados.
También continúa creciendo el número de suicidios entre los supervivientes, así como muertes relacionadas con el estrés postraumático y con las condiciones de vida de los evacuados.
Esta cifra ha alcanzado los 3.410 fallecidos un lustro después de la catástrofe, según los últimos datos recogidos por la agencia local Kyodo.