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Los titiriteros piden al juez que les saque del fichero de presos peligrosos

  • Se les aplicó el protocolo para reclusos terroristas o de bandas armadas
  • En prisión se les intervinieron las comunicaciones, como a los etarras
  • Cuatro testigos que vieron La bruja y Don Cristóbal declaran ante el juez
  • La obra les escandalizó aunque parte era en esperanto y no la entendieron

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Los dos titiriteros encarcelados acusados de ensalzar a ETA y Al Qaeda, a su salida de la cárcel de Soto del Real, en Madrid.
Los dos titiriteros encarcelados acusados de ensalzar a ETA y Al Qaeda, a su salida de la cárcel de Soto del Real, en Madrid.

La defensa de los titiriteros Alfonso Lázaro y Raúl García ha recurrido ante la Audiencia Nacional la inclusión de los dos artistas en el fichero de presos de especial seguimiento, denominados FIES, y donde suelen constar aquellos reclusos relacionados con organizaciones terroristas.

Los miembros de la compañía 'Títeres desde abajo' ingresaron en prisión provisional el pasado 6 de febrero acusados de un delito de enaltecimiento del terrorismo tras representar la obra La bruja y Don Cristóbal representada en el barrio madrileño de Tetuán con motivo de los carnavales, que incluía escenar violentas y la exhibición de un cártel con la leyenda 'Gora Alka-ETA'.

Según desvela el recurso de queja que los abogados Jaime Montero y Daniel Amalang han presentado al juez Central de Vigilancia Penitenciaria, José Castro, durante los cinco días que permanecieron internados en la prisión madrileña de Soto del Real se les notificó su inclusión en el FIES.

Desde ese momento, pasaron a ser objeto "de medidas de seguimiento y seguridad, entre ellas la intervención de sus comunicaciones,  una medida que se aplica a los integrantes de bandas armadas o grupos terroristas y a "aqullos que, de acuerdo con los informes de las Fuerzas de Seguridad, colaboran o apoyan a estos grupos", dice el recurso.

Los abogados advierten que, a día de hoy, sus nombres y datos continúan en ese archivo y que, si volvieran a ingresar en la cárcel por cualquier motivo, volverían a encontrarse de manera automática en el fichero FIES.

Los titiriteros precisan que esta medida viola sus derechos fundamentales y constituye "un abuso". "Se aplicó suponiendo un abuso y desviación del cumplimiento de lso preceptos de la normativa penitenciaria", agregan.

Declaran dos padres que vieron la obra con sus hijos

En el marco de la causa abierta tras la representación de la obra, el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha interrogado este miércoles a dos padres que vieron con sus hijos la obra de los titiriteros. También han comparecido dos sanitarios que asistieron al final de la representación en la que se mostró el cartel que supuestamente enaltecía el terrorismo y donde también se representaban escenas violentas como una violación o un apuñalamiento.

Los dos progenitores han asegurado al juez que la obra resultaba muy violenta y les escandalizó. La madre de un niño de dos años denunció la representación ante la Policía a una cafetería cercana, por lo que sólo vió siete minutos de la obra.

Parte de la obra, en esperanto y latín

Según ha indicado el abogado Jaime Montero en declaraciones a los medios a la salida de la declaración, los cuatro testigos han reconocido que no entendieron el contexto de la representación, que se escenificó en esperanto y no en castellano. "Hablaban en un idioma raro", ha dicho uno de ellos.

El abogado ha indicado a los periodistas que, según le han trasladado sus clientes, la obra de guiñol no tenía casi diálogos y que los pocos que incluía eran en esos dos idiomas, por lo que era de difícil comprensión para adultos y, todavía menos, para niños, un público al que, ha aclarado, no estaba dirigida.

"Hay un montón de contradicciones entre cada uno de los testigos que ha declarado. La obra no era para niños, el argumento no era fácil, encima, no era en castellano y contextualizar cada acto de violencia si eres un niño, es imposible", ha explicado el letrado.

La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional rebajó la pasada semana las comparecencias impuestas a los dos titiriteros al considerar que obligarles a presentarse diariamente en los juzgados más cercanos a su domicilio era "excesivo".

Los magistrados Alfonso Guevara, Ángeles Barreiro y Clara Eugenia Bayarri, ordenaron, en concreto que Alfonso Lázaro de la Torre, de 29 años, que sufre una "enfermedad altamente invalidante", acuda a las dependencias judiciales una vez al mes mientras que el otro miembro de la compañía 'Títeres desde abajo', Raúl García Pérez, de 34 años, deberá hacerlo cada 15 días. Mantuvieron, no obstante, la decisión del juez Moreno de retirarles sus pasaportes.