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París aprueba la reforma laboral en medio de multitud de manifestaciones de protesta contra el texto

  • Miles de personas protestan contra los cambios en París y otras ciudades del país
  • En París, Nantes y Rouen se registran incidentes violentos y hay 24 detenidos
  • El Gobierno de Valls ha dado marcha atrás en algunos puntos polémicos
  • La mayoría de los sindicatos exige la retirada completa del texto
  • La patronal y el ala izquierdista de los socialistas tampoco están satisfechos

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Un grupo de estudiantes durante la manifestación de París que ha exigido la retirada de la reforma laboral
Un grupo de estudiantes durante la manifestación de París de este jueves, que ha exigido la retirada de la reforma laboral.

El Gobierno francés ha aprobado el proyecto de ley de la reforma laboral este jueves, poco antes de que se iniciasen nuevas manifestaciones convocadas contra esa norma en las calles de las principales ciudades del país. En algunas de esas protestas, como en París, se han registrado incidentes que han derivado en la detención de 24 personas, según la agencia France Presse.

En París, entre 4.800 y 5.200 estudiantes y trabajadores -según la Policía- se han manifestado desde dos puntos diferentes de la ciudad, aunque ambas movilizaciones han acabado uniéndose en la explanada de Los Inválidos. Tanto en la capital como en Nantes y en Rouen se han producido incidentes cuando algunos jóvenes han lanzado objetos contra las fuerzas de seguridad, que han contestado con gases lacrimógenos.

Los manifestantes más violentos han prendido fuego a varios vehículos y mobiliario urbano, y se han producido una veintena de detenciones. Al menos hay dos polícias heridos. En París también han incendiado la entrada de un liceo.

Varios manifestantes en Nantes, junto a unos contenedores incendiados

 Stephane Mahe

También ha habido tensión en las concentraciones de protesta de Rennes. Además, la Inspección General de la Policía ha abierto una investigación tras la difusión en las redes sociales de un vídeo en el que se ve a un agente dando un puñetazo a un joven.

Un grupo de manifestantes en Rennes sujeta una pancarta en la que se lee

Un grupo de manifestantes en Rennes sujeta una pancarta en la que se lee "Todos unidos contra la Ley del Trabajo" JEAN-SEBASTIEN EVRARD

Leve marcha atrás del Gobierno de Valls

Según el último sondeo, el 58% de los franceses se oponen a esa reforma impulsada por el presidente, François Hollande. Desde comienzos de marzo, cientos de miles de personas han participado en dos jornadas de movilizaciones previas a la de este jueves, que protestan contra un proyecto que Hollande presenta como instrumento para reducir el elevado nivel de paro (unos 3,5 millones de desempleados, más del 10% de la población activa).

Hollande ha condicionado su posible candidatura a las elecciones presidenciales de 2017 a la reducción del paro y defiende su voluntad de combinar este proyecto de reforma con "seguridad profesional para los jóvenes" y "flexibilidad para las empresas".

Pero a sólo un año de los comicios, y ante el temor de que se produzca una gran contestación social, el Ejecutivo francés ha dado marcha atrás en los puntos más polémicos del proyecto de ley.

La ministra de Trabajo, Empleo, Formación Profesional y Diálogo Social, Myriam El Khomri, y el ministro de Economía, Industria y Digital, Emmanuel Macron, han presentado este jueves en el Consejo de Ministros un proyecto de ley que busca crear nuevas libertades y nuevas protecciones a las empresas y sus trabajadores.

Su objetivo es dar mayor capacidad a la negociación colectiva para reforzar la competitividad de la economía y el desarrollo del empleo. "Esta ley será una gran reforma social, que transformará en profundidad el derecho laboral para favorecer la competitividad y el empleo, apoyándose en el diálogo social, en beneficio de los derechos de los trabajadores", afirma el Ejecutivo.

El texto aprobado establece el referéndum dentro de empresas para decidir sobre condiciones de trabajo, modifica las reglas de representatividad empresarial, las de despido por motivos económicos y las de salud laboral. Además, cambia por completo la parte del código del trabajo en lo referente al tiempo de trabajo, al permitir acuerdos dentro de cada empresa para flexibilizarlo.

Por contra, ha descartado fijar topes a las indemnizaciones en casos de despidos considerados abusivos -pasa a ser una propuesta no vinculante-, una petición de la patronal que incluyó en las primeras versiones de la reforma. También da más margen a la justicia laboral para interpretar la situación económica de una empresa que quiera despedir a trabajadores.

Duras críticas de la mayoría de los sindicatos y parte de los socialistas

Este cambio ha permitido al Gobierno lograr el apoyo de cuatro sindicatos moderados (CFDT, CFE-CGC, CFTC y Unsa), que sin embargo esperan más modificaciones, especialmente, en la regulación de los despidos por razones económicas.

Los otros siete sindicatos mantienen una línea dura -especialmente CGT y FO- y, junto a las asociaciones de estudiantes, exigen la retirada total de una reforma "que sigue disminuyendo los derechos de los trabajadores y aumenta la precariedad, sobre todo, de los jóvenes". Tras conocerse la aprobación por parte del Consejo de Ministros, ya han convocado una nueva jornada de movilización con huelgas y manifestaciones para el próximo 31 de marzo.

La versión aprobada de la reforma laboral tampoco satisface a la patronal, que considera que se han eliminado las medidas favorables a las empresas que incluía en sus primeros borradores. Siete organizaciones empresariales han apelado al primer ministro, Manuel Valls, a que mantenga el texto inicial para que el texto "recupere su objetivo original: crear empleo".

Al mismo tiempo, Hollande y Valls se enfrentan también a una rebelión interna, en la que el ala más izquierdista del Partido Socialista -comprometida a llevar a cabo "una batalla parlamentaria extremadamente firme" contra el proyecto de ley- ya ha presentado su propia "contrarreforma".