"Legal y temporalmente detenidos", la bienvenida a los refugiados en Lesbos
- Más de mil inmigrantes se encuentran recluidos en Moria, niños incluidos
- Es un centro de detención tras el acuerdo de deportaciones de la UE-Turquía
- Grecia envía autobuses a Idomeni para trasladarlos a centros de acogida
- Muchos se niegan a marcharse y mantienen la esperanza de que abran la frontera
Ya son unos 1.100 refugiados y migrantes, incluidos menores, los que se encuentran recluidos en el campamento griego de Moria, en la isla de Lesbos, y que desde que entró en vigor el acuerdo Unión Europea-Turquía el pasado día 20, se ha convertido en un centro de detención.
Según señalan los medios locales, las personas retenidas en este campamento reciben folletos en inglés en los que se les explica que se encuentran "legal y temporalmente detenidos" y que tienen "derecho a recibir información sobre sus derechos, de obtener información a través de sus países o de reclamar un abogado".
En los últimos días apenas se han registrado llegadas a las islas, si bien esta evolución se atribuye fundamentalmente al mal tiempo que ha prevalecido en la zona, con vientos huracanados que alcanzan fuerza 9 en la escala de Beaufort.
Después de no registrarse ni una sola llegada el jueves, el viernes se contabilizaron 161 y en las pasadas 24 horas tan solo 78, la mayoría a Lesbos.
Sin plazas suficientes para todos
Según los datos que a diario distribuye el centro de coordinación de la crisis de refugiados del Gobierno, a las 7.30 de la mañana (05.30 GMT), había en todo el territorio griego 50.236 migrantes y refugiados.
A las capacidades en estructuras habilitadas por ayuntamientos, Gobierno y ejército, hay actualmente capacidad para un máximo de 39.000 personas.
El portavoz del citado centro de coordinación, Yorgos Kyritsis, anunció el jueves que en las próximas semanas se habilitarán otras 30.000 plazas.
Autobuses para abandonar Idomeni
En la otra parte del país, en Idomeni, miles de personas siguen esperando la apertura de la frontera en condiciones insalubres. El Gobierno griego ha iniciado el traslado voluntario de refugiados y migrantes desde el campamento fronterizo de Idomeni, en la frontera con la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) hacia centros de acogida organizados situados en el norte del país.
El viernes por la tarde llegaron al campamento una veintena de autocares con una capacidad total para unas 1.000 personas. Sin embargo, hasta el momento solo ocho autobuses han abandonado Idomeni desde la tarde del viernes hasta la mañana d eeste sábado, y la inmensa mayoría de las más de 11.000 personas que acampan allí es reticente a abandonar el campamento, pues aún confía en la apertura de las fronteras.
Según informaciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que ha asumido las tareas de informar a los refugiados sobre las formalidades del traslado, hasta el viernes por la noche, unas 600 personas se habían inscrito en las listas correspondientes.
Se trata sobre todo de familias con niños que aseguran no poder continuar malviviendo en Idomeni, donde no solo las condiciones climatológicas e higiénicas hacen difícil la estancia, sino la creciente tensión en el campamento.
Esta semana, algunas ONG llegaron a suspender el reparto de alimentos bajo la presión de algunos grupos de refugiados que protagonizan huelgas de hambre o sentadas en las vías del tren y en las carreteras adyacentes, para forzar la apertura de las fronteras.