'El cazador y la Reina del Hielo', un refrito de cuentos sin mucho sentido
- Destaca su espectacular reparto: Charlize Theron, Chris Hemsworth, Jessica Chastain y Emily Blunt
- Se estrena en España este viernes, 8 de abril
Sin ser ninguna maravilla Blancanieves y la leyenda del cazador (2012) era una entretenida película de acción con buenos actores (la peor posiblemente Kirsten Stewart), estupendos efectos especiales (nominados al Oscar) y un vestuario alucinante (también nominado a los Oscar).
Pero como fue un taquillazo, ahora nos llega una secuela que en realidad es mitad precuela y en la que, a pesar de titularse Las Crónicas de Blancanieves: El cazador y la reina de hielo, Blancanieves no aparece por ninguna parte. Ya sabemos que Kirsten (que se convirtió en la actriz mejor pagada de Hollywood con la primera parte) fue descartada para el papel, tras protagonizar un sonado romance con el director, Rupert Sanders, casado y con hijos; pero podían haber cogido a cualquier otra actriz.
Pero ese no es el principal problema de esta Leyenda del cazador, ya que los auténticos protagonistas de la historia eran Charlize Theron (La reina mala) y Chris Hemsworth (el cazador) y ambos repiten en sus papeles; y se incorporan dos actrices más sólidas que Kirsten (que cuando quiere, por cierto es una excelente actriz, aunque no fue en el caso de Blancanieves). Nos referimos a Jessica Chastain (la guerrera Sara), Emily Blunt (Freya, la reina de hielo).
Blancanieves vs. Frozen
El auténtico problema de esta película es que es un pastiche con pocas o ninguna idea original. Se nota que los productores debieron decir: "Si Blancanieves fue un éxito y Frozen también ¿Por qué no las juntamos en plan Batman vs. Superman?. Y ya que estamos le añadimos a la protagonista de Brave (Disney) y algún toque de El señor de los anillos, que siempre queda bien.
Pero se olvidaron de lo más importante, un buen guión. Y es una pena porque, como decimos, el reparto es excelente, y la parte técnica también. Eso hace que se note aún más la inexperiencia de Cedric Nicolas-Troyan como director, comparada con su pericia como creador de efectos especiales (esa era su especialidad y de lo que se encargó en la primera parte de Blancanieves).
El problema es que estamos más pendientes del vestuario de Colleen Atwood (que posiblemente vuelva a ser nominada al Oscar) que de las aventuras y desventuras de los personajes, que con ese reparto podían haber dado muchísimo más de sí.
La película nos cuenta la historia de cómo el cazador se convirtió en un soldado a las órdenes de la Reina de Hielo (Emily Blunt), que gracias a la magia de Disney se convierte en hermana de la malvada reina Ravenna (Charlize Theron). Como indica su nombre, la reina tiene el corazón helado (tras sufrir la pérdida de un ser querido) y no permite el amor en su reino, así que impide la bonita historia de amor del Cazador y la guerrera Sara (Jessica Chastain). Además, todos pelearán por recuperar el espejo mágico, que puede ser la clave para que el amor triunfe; si la malvada reina Ravenna (Theron) no lo impide.
Un magnífico reparto
Como decimos, lo mejor es el reparto, con una Charlize que sigue deslumbrándonos con su belleza y su poderío (el espejo que dijo que Blancanieves era más guapa estaba un poco ciego). Lo mejor es cuando la dejan actuar, y lo peor cuando la convierten en una especie de Veneno (el enemigo de Spiderman) con unos tentáculos negros que maneja como si fuese un pulpo.
También destacan las dos nuevas actrices (dos de las mejores de la actualidad), Jessica Chastain y Emily Blunt, que están perfectas en sus papeles de guerrera y Reina de Hielo, aunque no les dejan lucirse mucho porque el guión es un poco errático y no tiene muy claro quiénes son los protagonistas (los espectadores tampoco).
Estre tanta buena actriz, Hemsworth se defiende estupendamente y está perfecto en las escenas de acción (como siempre), pero la defensa a ultranza de que el amor lo puede todo (durante toda la película) y alguna escena un poco ñoña, resta mucha fuerza a su personaje.
Los estupendos efectos especiales (destacando los dedicados al hielo), no hacen sino resaltar las deficiencias narrativas de esta aventura a la que le falta pasión y humor.
Por cierto, que en esta ocasión sólo aparecen dos enanos, aunque no tardarán en encontrar sus respectivas parejas. Se supone que ellos llevan la parte de la comedia pero, como decimos, esa parte no está bien resuelta.
En fin, una películita entretenida para una tarde familiar de domingo, que vuelve a dejarnos con la sensación de qué, con esos medios y ese estupendo reparto, se podría haber hecho una auténtica maravilla.