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Siria ensaya elecciones mientras se juega el futuro en una nueva ronda de conversaciones de paz

  • El régimen de Al Asad celebra elecciones legislativas en las zonas que controla
  • Gobierno y oposición retoman las negociaciones de paz bajo auspicio de la ONU
  • El alto el fuego ha reducido la violencia en el país, aunque la tregua es muy frágil

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La Siria controlada por Asad celebra elecciones en espera de las conversaciones de paz

Siria atraviesa este miércoles una encrucijada en la que se juega gran parte de su futuro después de cinco años de guerra civil con la reanudación de las conversaciones de paz auspiciadas por Naciones Unidas en Ginebra, que coinciden con la celebración de elecciones legislativas en las zonas que controla el régimen de Bachar al Asad.

Tanto las negociaciones entre el Gobierno y la oposición como la celebración de las elecciones se benefician de la reducción de la violencia que ha supuesto el alto el fuego que ambas facciones observan desde finales de febrero, aunque la tregua es muy frágil y los combates, ahora solo puntuales, podrían reanudarse en cualquier momento, especialmente en la provincia de Alepo.

Unos comicios en medio de la guerra

Con la celebración de las elecciones legislativas se renovarán los 250 escaños del Parlamento unicameral de Siria, aunque sólo se puede acudir a las urnas en las zonas bajo control de las autoridades. La oposición ya las ha calificado como ilegítimas.

Siria celebra elecciones legislativas en las zonas controladas por el régimen mientra sigue la guerra

De hecho, en esta ocasión no pueden votar ni siquiera los millones de refugiados, a diferencia de las elecciones presidenciales de 2014 en las que Al Asad renovó su mandato, ya que entonces había una circunscripción única, mientras que ahora cada elector tiene que votar en el distrito electoral al que pertenece.

Según datos de la Comisión Judicial Suprema para las Elecciones, se han presentado unos 3.450 candidatos y se han habilitado 7.191 centros de votación en las áreas bajo el control del Gobierno en todas las provincias, menos en Raqqa, bajo control del Estado Islámico, e Idleb, dominada por el Frente al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria.

La falta de garantías no ha impedido que se abran los colegios electorales. En Damasco, donde estos días apenas se oyen bombas ni proyectiles, se respira ambiente electoral: según cuenta EFE, la capital siria está inundada con infinidad de carteles de los distintos candidatos, muchos de ellos jóvenes y mujeres, que conviven con el omnipresente Bachar al Asad. Las últimas elecciones legislativas, celebradas en mayo de 2012 ya bajo las bombas, le dieron a su partido, el Baaz, una holgada mayoría absoluta.

Carteles electorales para las elecciones legislativas sirias en Damasco. AFP PHOTO / LOUAI BESHARA

Carteles electorales para las elecciones legislativas sirias en Damasco. AFP PHOTO / LOUAI BESHARA AFP PHOTO / LOUAI BESHARA

Tercera ronda de negociaciones

Debido a las elecciones, la delegación de Asad no llegará a Ginebra hasta el jueves para participar en la nueva ronda de negociaciones, la tercera.

El mediador de la ONU, tendrá dos semanas para encontrar un terreno común en esta tercera ronda de conversaciones indirectas entre los representantes del Gobierno sirio y la Comisión Suprema de las Negociaciones (CSN), la alianza que agrupa a los opositores políticos en el exilio y a varios grupos rebeldes.

De Mistura ha avanzado su intención de entrar directamente y de lleno en la cuestión de la transición política, el asunto más espinoso, puesto que alude a la continuidad o no de Bachar al Asad al frente del país: la oposición rechaza que el actual presidente tenga participación en el gobierno de transición, mientras los representantes del Gobierno se han limitado a esquivar la cuestión, negándose a abordarla.

El mediador de la ONU sobre Siria, Staffan de Mistura, sale de su hotel en Damasco

El mediador de la ONU sobre Siria, Staffan de Mistura, sale de su hotel en Damasco. AFP

Las dificultades de la negociación

De Mistura ya ha advertido de que las únicas elecciones que reconoce la comunidad internacional son las que están plasmadas en la resolución 2254 del Consejo de Seguridad.

Esta resolución, que constituye el núcleo de un acuerdo alcanzado entre un grupo de potencias mundiales y regionales con influencia en las partes en conflicto, encabezadas por Estados Unidos y Rusia, exige que se celebren elecciones libres organizadas por un gobierno de transición que debería salir de las conversaciones de paz.

Esos comicios deben celebrarse bajo supervisión de la ONU y en un plazo de 18 meses a contar desde febrero de este año, como resultado final de un proceso que incluiría la reforma de la actual Constitución siria. Y en este tránsito, el mayor escollo sigue siendo el futuro del presidente Al Asad.

Al término de la última ronda de negociaciones, De Mistura entregó a ambas delegaciones dos documentos: el primero contenía preguntas relacionadas con "principios básicos" sobre el futuro de Siria, mientras que el segundo consistía en una treintena de preguntas detalladas sobre el gobierno transitorio. El mediador, a su vez, les dio un documento propio en el cual identificaba áreas en las que, durante las reuniones, él había observado criterios comunes.

El ejército sirio prepara una operación para recuperar Alepo

El riesgo de que se reanuden los combates

Esa será la base para relanzar las conversaciones e intentar alcanzar un acuerdo de paz estable que abra la puerta a la transición política. Pero el tiempo apremia ya que, como el propio De Mistura ha reconocido, el cese de las hostilidades es "frágil" y la reanudación de los combates podría hacer descarrilar el proceso político.

De hecho, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización con sede en Londres que monitoriza el conflicto, ha constatado "un recrudecimiento notable de las operaciones militares, sobre todo en la provincia de Alepo, respecto al mes de marzo", según explicaba su director, Rami Abdel Rahmane, en declaraciones a AFP.

Alepo es clave de la paz o de la guerra en Siria

En esa provincia del norte del país es donde confluyen las fuerzas del régimen, los rebeldes, los yihadistas de Al Nusra y el Estado Islámico e incluso los kurdos. "Alepo es clave de la paz o de la guerra en Siria", señala Rahmane, resumiendo el temor que existe a que los combates se reanuden en esa zona en los próximos días.

Mientras tanto, el alto el fuego ha dado un respiro a los sirios, que ya cuentan casi 300.000 muertos en la guerra civil y más de once millones de refugiados, la mitad de la población, la mayoría desplazados en el interior del país pero muchos de ellos también en los países vecinos y en Europa. Para todos ellos, los que siguen dentro y los que han huido fuera, Ginebra supone desde este miércoles la esperanza de un futuro mejor.