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El fenómeno "click" de Playmóbil celebra los 40 años desde su conquista en España

  • El muñeco nació en Alemania en 1974, obra del diseñador Hans Beck
  • Desde entonces, este juguete se ha convertido en todo un icono pop
  • Llegaron a España en 1976 de la mano de Famosa y con el nombre de Famobil

Por
Playmóbil
La primera figura barriguda de Playmobil, el pirata y muñeco preferido de su diseñador, Hans Beck, y última de las creaciones de la empresa alemana, la pirata Ruby, progagonista de la serie de televisión 'Super 4'.

Nacieron como algo aparentemente sencillo: unos muñequitos de 7,5 centímetros, articulados y que sonaban a "click" cuando se montaban y desmontaban. Ahora,  se cumplen 40 años de la llegada de Playmóbil a España, habiendo conquistado a millones de niños que hicieron de ellos un universo infinito de historias.

El fenómeno "click" ("clack", cuando hablamos de las figuras femeninas) inundó las casas familiares, pero también son muchos los adultos que no han podido resistirse al afán de coleccionismo de todo tipo de muñecos y accesorios. Tanto es así, que este muñeco de plástico amigable, de cabeza redonda y sonrisa amistosa se ha convertido en todo un icono pop.

La historia de este juguete, elaborado con acrilonitrilo butadieno estireno (alias ABD) y del que se han vendido miles de millones de unidades, es el eje de Playmobil. 40 años de razones para amarlos (Lunwerg), un libro de la socióloga Dorothée Charles, recién publicado y que recorre sus cuatro décadas de vida.

Los "clicks", sonido que se oye al ensamblar en las manos del muñeco alguno de sus múltiples accesorios, habían nacido en Alemania en 1974 obra del diseñador Hans Beck, que recibió el encargo del director de la firma Geobra, el visionario Horst Brandstäter, de crear un mundo de juego para los niños, que, de paso, aprovechase la boyante industria del plástico de la época.

Beck ideó un pequeño personaje heredero de los soldaditos de plomo, aunque con brazos y piernas articulados y una cabeza con un "pelo" en zigzag donde insertar sombreros y cascos de todo tipo. Para la cara, dos puntos pintados como ojos y un simple trazo de sonrisa, un rostro marca de la casa que, con el paso del tiempo, evolucionaría para dar cabida a otras expresiones.

El juguete se presentó en una feria de Nuremberg en tres versiones -las figuras de un indio, un caballero medieval y un obrero de la construcción, con sus respectivos complementos- y atrajo la atención de un mayorista holandés que realizó un pedido de un millón de marcos de la época.

Un universo de historias y personajes

Ése fue el despertar del imperio Playmobil. A los nuevos encargos se sumaron otros escenarios: hospitales, barcos piratas, el espacio y los astronautas, policías, granjas, civilizaciones históricas, deportistas... Además, se sumaba a la familia la primera "clack" (1976), los niños "click" (1981), el "bebeclick" (1984), una oferta que lo hacía tan deseable para niños como para niñas.

La puesta en escena de Playmobil fue desde un principio muy cinematográfica, señala Dorothée Charles, con una gran atención a los detalles, desde el cincelado de una espada pasando por los pétalos de una flor o los motivos egipcios de una tumba.

Estos muñequitos, con sus reconocibles cajitas azules, llegaron a España en 1976 tras un acuerdo con la empresa Famosa, que les bautizó como Famobil (contracción de Famosa y Playmobil, que muchos aficionados siguen utilizando) hasta 1983, cuando Geobra compró la fábrica de Onil (Alicante), una de las principales factorías de la firma.

En estos cuarenta años, explica Dorothée Charles en su obra, se han creado más de 4.600 modelos de Playmobil, 30.000 accesorios, 1.000 rostros o 400 cortes de pelo: en total 2.800 millones de personajes, que además han tenido en cuenta los colores y las características cromáticas preferidas en cada mercado nacional.

Casi 3.000 millones de Playmóbil distintos

Playmóbil cumple 40 años en España ae

Cultura pop

¿Cuáles son las razones de que este juguete haya mantenido su éxito? Para Kai Försterlig, coleccionista atípico -le gustan las piezas raras y con historia- y propietario de una tienda "online" dedicada a los Playmobil, todo se basa en la sencillez de su diseño, a pesar de que el juguete ha evolucionado en las últimas entregas, perdiendo precisamente cierta versatilidad, apunta a Efe.

"La posibilidad que los 'clicks' ofrecen de combinar colores, cabezas, pelos, gorros, sombreros, espadas... eso a los niños les encanta, se lo pasan pipa; además tienen un tamaño ideal para sus manos y poder llevarlo a cualquier sitio", comenta Försterlig.

Otro factor innegable es la nostalgia, porque muchos padres, niños en los setenta, han inculcado a sus hijos esta devoción: "Además, son unos muñequitos que duran y duran, porque mis hijos juegan ahora con algunos de mis clicks de entonces", explica Försterlig.

El "freakismo" en torno al mundo click se ha exacerbado sin duda gracias a internet, una vía que ha facilitado que los seguidores del juguete, que suelen reunirse en ferias por todo el mundo, puedan estar en contacto por medio de foros (Somosclicks o Playclicks) y webs especializadas donde comentar experiencias, comprar o intercambiar accesorios o criticar cualquier innovación que no les guste.

En Twitter, cabe mencionar a una de las cuentas que, aún siendo no oficiales, reeditan con esmero la actualidad española y mundial a través de estos muñecos, que se pueden caracterizar como personajes de una obra de teatro, bien sea para el estreno mundial de Star Wars o para recrear la política española:

La cuenta @iloveclicks no deja escapar una. Leo Messi, personajes de Harry Potter o Pulp Fiction, cantantes de Led Zeppelin... ¿Se imaginan jugar a ser el mismísimo Salvador Dalí? La lista de caracterizaciones es interminable.