"Portoviejo, Manta y Pedernales están destruidas, las casas han colapsado"
- Un terremoto de 7,8 causa decenas de muertos y graves daños en Ecuador
- Varios afectados describen en RNE la angustia que vive el país
- "Entre los escombros hay personas que gritan pidiendo auxilio"
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"No podemos dormir, estamos en alerta", ha afirmado en RNE María Rosa González, una ecuatoriana de 20 años que vive en Guayaquíl junto a sus dos hermanas y que ha sentido el fuerte terremoto de magnitud 7,8 que ha dejado decenas de muertos y graves daños en el país latinoamericano.
Esta joven relata que el edificio "se movió tanto" que se asustaron mucho, y que entonces se fue la luz, generando aún más confusión.
"Cuando no enteramos de que el epicentro fue en el norte, nos preocupamos por nuestros familiares, que viven allí", explica María Rosa, que junto a sus hermanas ha vivido horas angustiosas hasta que han podido hablar con sus padres y comprobar que se encuentran bien.
Casas colapsadas en el epicentro
El vicepresidente del país, Jorge Glas, ha confirmado que el terremoto ha azotado sobre todo la zona costera del noroeste del país, en el balneario de Pedernales, donde la situación es particularmente "compleja". También pueden verse imágenes de la localidad de Manta con edificios completamente destridos.
"Portoviejo, Manta y Pedernales están destruidas, las casas han colapsado", explica María Rosa, que ha lamentado que hay personas que aprovechan la situación para saquear y robar.
En estos momentos esta joven espera vestida en su casa junto a sus hermanas para salir rápido ante un nuevo temblor. "Estamos en casa con la puerta abierta por si acaso venga un movimiento telúrico poder salir y estar a salvo", señala.
Saqueos y desconcierto en la 'zona cero'
Pablo Andrade, que gestiona un hotel en Pedernales, ha descrito en RNE la angustia del municipio. "La situación de la ciudad es crítica, no hay luz, no hay agua, y hay saqueos en los comercios", ha dicho.
Este empresario ha explicado que "entre los escombros hay gente que grita pidiendo ayuda", y que los propios vecinos tratan de rescatarlos porque las autoridades están sobrepasadas.
"Intentamos ayudar, a uno mismo le toca sacar los cadáveres y ponerlos en fila en el suelo para que algún familiar los vea, o para que alguien los pueda identificar", ha dicho. Además, ha habido réplicas, pequeñas pero constantes.