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Bélgica levanta los controles sistemáticos en la frontera con Francia

  • Los introdujo para evitar la llegada de inmigrantes de la "jungla de Calais"
  • Serán reemplazados por controles específicos y móviles

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El ministro de Interior de Bélgica, Jan Jambon, durante una audiencia en la Cámara de Representantes en Bruselas
El ministro de Interior de Bélgica, Jan Jambon, durante una audiencia en la Cámara de Representantes en Bruselas.

Bélgica ha decidido levantar los controles sistemáticos que introdujo temporalmente en febrero en la frontera con Francia para evitar la llegada a su territorio de inmigrantes por el desmantelamiento de la parte sur del campamento de la "jungla de Calais", ha informado el Ministerio de Interior.

Bélgica ha ido prolongando periódicamente la medida con notificaciones a la Comisión Europea (CE) bajo el Código de fronteras Schengen y el último período vence el día 22. A partir de entonces, los controles sistemáticos serán reemplazados por controles específicos y móviles.

El ministro de Interior de Bélgica, Jan Jambon, reforzó los controles en la frontera franco-belga porque temía que los inmigrantes ilegales que aguardaban en el campamento para tratar de llegar de forma clandestina al Reino Unido pasasen al lado belga e intentasen llegar a su destino a través del puerto de Zeebrugge. Una decición polémica del Ejecutivo de Charles Michel que produjo tensiones con la CE y el Gobierno galo.

De hecho, el ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve, calificó la decisión belga de "extraña" y el comisario europeo de Migración Interior y Ciudadanía, Dimitris Avramopoulos, pidió aclaraciones el Gobierno federal tras cuestionar la "base legal" de la decisión, "la duración y la justificación de los controles".

Bélgica intensificó los controles con entre 250 y 290 policías locales y federales, reforzados por la caballería y un helicóptero. El número de personas que cruzaron la frontera desde Francia en los meses anteriores fue, según la Policía federal, "bastante considerable", al alcanzar las 950 personas en enero, frente a las 133 detectadas el mismo mes de 2015.