'Manifiesto incierto', filosofía, arte y ensayo contra los totalitarismos
- Frédérik Pajak mezcla palabras e imágenes, filosofía y dibujos, creando un nuevo lenguaje
- Se basa en los trabajos del filósofo Walter Benjamin, que se opuso a la subida de Hitler al poder
El francés Frédérik Pajak (1955) ya nos sorprendió con La inmensa soledad (Errata naturae, 2015) en la que inventó un nuevo género que podríamos denominar “ensayo gráfico”, en el que la imagen y el texto se reflejan como en un espejo. Y lo hizo con un relato intimista de dos figuras claves del siglo XX como Friedrich Nietszche y Cesare Pavese.
Ahora va un paso más allá en su planteamiento discursivo y estético con una ambiciosa obra que ya figura entre los títulos más destacados de los últimos años y que le ha valido premios como el Médicis de ensayo en 2014. Nos referimos a Manifiesto incierto (Errata Naturae). Una reflexión contra los totalitarismos y en defensa de la tolerancia y de la libertad de pensamiento. Un trabajo del que ya ha publicado cuatro volúmenes en Francia.
Para ello, mezcla sus reflexiones sobre la situación europea actual (con un nuevo auge de los fascismos y otras formas de totalitarismo), con las del filósofo, crítico y traductor literario Walter Benjamin (Berlín, 1892 – Cataluña -1940) que en los años treinta del Siglo XX advirtió sobre el peligro del ascenso de Hitler al poder.
“Si el enemigo triunfa, ni siquiera los muertos estarán a salvo”, auguraba Benjamin sobre Hitler a finales de 1933.
El título completo de este volumen es Manifiesto incierto. Con Walter Benjamin, soñador abismado en el paisaje. Un libro que defiende, ante todo, la libertad de pensamiento, y que es un grito contra las injusticias, las desigualdades y la falta de esperanzas y valores de nuestro tiempo; e incluso contra el propio tiempo en su marcha incontenible. Sobre todo porque sólo pensamos en el futuro y no nos detenemos a mirar atrás por lo que podemos volver a cometer los mismos errores.
Y un libro que, en su discurso, usa frases y pensamientos de Walter Benjamin y de otros grandes filósofos y pensadores como Proust, Hessel, Kafka, Baudelaire, Brecht…
La necesidad de la libertad y la belleza del mundo que nos rodea
Y es que la libertad de pensamiento nunca ha hallado mejor vehículo de expresión que la experimentación literaria y gráfica de Pajak, con este lenguaje que posiblemente no sea totalmente nuevo, pero que el escritor y dibujante ha elevado a otro nivel de maestría. Una forma de mezclar palabras e imágenes que le han convertido en un autor de culto.
Un viaje intelectual en el que mezcla sus pensamientos con los de Walter Benjamín para defender la lucha contra las injusticias (y la idiotez y el pasotismo que las permiten) y en el que reivindica la ilusión por un mundo mejor.
Un mundo que es una auténtica maravilla y cuya belleza natural no sabemos apreciar, inmersos en una continua vorágine en busca de cosas materiales.
Por eso, Frédéric insite en que no podemos olvidar nuestra historia reciente, porque podríamos volver a cometer los mismos errores.
Walter Benjamin. Judío y marxista
Judío y marxista, por extraño que parezca, Walter Benjamín también se consideraba nostálgico, anarquista y escéptico; y confiaba en que llegaría una revolución profunda y verdadera que sería encabezada por los intelectuales.
En las páginas de Manifiesto Incierto, Frédéric Pajac describe a Walter Benjamin como “Un niño burgués de buena familia que se enamora de la clase obrera, y que cree que su liberación personal sólo puede producirse a través de la liberación del proletariado”
La frágil salud de Walter Benjamin hizo que se refugiase en Ibiza, desde donde siguió el ascenso de Hitler al poder. También visitó la Italia de Mussolini. Y aunque intentó volver a Alemania para ser profesor universitario, no sólo le negaron esa posibilidad sino que le prohibieron regresar a su país y, finalmente, sus obras fueron quemadas en las plazas de Berlín, junto a las de otros grandes filósofos y pensadores, en la fatídica noche de la quema de libros de Bebelplatz (10 de mayo de 1933).
Residió en París, hasta la ocupación alemana, y acabó en Portbou (Cataluña), donde fue interceptado por la policía española cuando huía de los alemanes junto a un grupo de judíos. Ante el temor de tener que volver a Francia y caer en las manos de la Gestapo, Benjamín se suicidó.
Esa es la versión oficial, pero teorías más recientes aseguran que el filósofo pudo ser asesinado por los agentes nazis en la España franquista e incluso por agentes secretos estalinistas.
Un libro que es una mezcla inusual de filosofía, arte y ensayo y que debería servir para que ampliásemos nuestras miras y fuemos más tolerantes con los demás.