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Estados Unidos ordena la revisión urgente de los motores de General Electric en los Boeing 787

  • El pasado 29 de enero se congelaron las aspas del ventilador de un motor
  • La orden de la FAA afecta a 43 B 787 de aerolíneas estadounidenses

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Una vista parcial del avión All Nippon Airlines (ANA) Boing 787 durante una visita guiada a la prensa en septiembre de 2011.
Una vista parcial del avión All Nippon Airlines (ANA) Boing 787 durante una visita guiada a la prensa en septiembre de 2011.

La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos ha ordenado la revisión urgente de los motores de General Electric (GE) que llevan algunos aviones Boeing 787 por problemas por congelación, han informado este sábado los medios locales.

La FFA emitió este viernes la orden después de un incidente ocurrido el pasado 29 de enero en relación con un B 787 que volaba a 20.000 pies de altura (algo más de 6.000 metros).

Según ha explicado a la televisión CNN el portavoz de aviación de GE, Rick Kennedy, las aspas del ventilador de un motor se congelaron.

Ese imprevisto provocó un roce con el compartimento que, a su vez, causó una "vibración del motor", que dejó de funcionar el pleno vuelo.

No obstante, el avión pudo aterrizar sin problemas con su segundo motor.

Si no se revisan los motores en cuestión para corregir ese defecto, la FFA ha advertido de que el problema podría causar el "fallo de los dos motores en vuelo".

La orden de la FAA afecta a 43 B 787 de aerolíneas estadounidenses, si bien otros países suelen seguir sus recomendaciones en cuestiones de seguridad.

De acuerdo con la Administración Federal de Aviación, la orden puede tener implicaciones para 176 aviones utilizados por 29 compañías aéreas en todo el mundo.

El 787 es el primer avión comercial de gran tamaño construido con gran proporción de polímeros reforzados con fibra de carbono, lo que, unido a unos motores más eficientes le confieren un reducido consumo de combustible y mayor alcance y rentabilidad.

En 2013, las aerolíneas ANA y Japan Airlines suspendieron temporalmente los servicios de los B787 después de que un vuelo de ANA hiciera un aterrizaje forzoso por un problema con una batería que causó olor a humo en la cabina de pilotaje.