Los manifestantes chiíes abandonan la Zona Verde de Bagdad
- El sábado invadieron el Parlamento y el domingo protagonizaron una sentada
- Exigen la formación de un gobierno tecnócrata y elecciones anticipadas
- Amenazan con irrumpir en las presidencias, huelga general y desobediencia civil
Los manifestantes chiíes fieles al poderoso clérigo Muqtada al Sadr que han invadido este fin de semana la Zona Verde de Bagdad, Irak, para exigir un gobierno tecnócrata y elecciones anticipadas, han abandonado el lugar pero han emplazado a los líderes políticos a encontrar una solución a sus exigencias en los próximos días.
Desde la conocida plaza de Al Ihtifalat (Celebraciones) y ante miles de personas, una portavoz de la comisión de las protestas, Ijlas al Obeidi, pidió a los manifestantes abandonar la concentración. El sábado llegaron a irrumpir en el Parlamento para exigir que se cumplieran sus protestas.
"Las masas, desde una postura de fuerza, anuncian que abandonan la Zona Verde en respeto a la peregrinación en honor al imán Musa al Kazem", leyó Al Obeidi en un comunicado. La portavoz se refirió así a la festividad -el próximo martes- que honra la muerte del séptimo imán de los chiíes, que vivió en el siglo VIII.
Sin embargo, amenazó con tomar más medidas en caso de que las demandas de los seguidores del poderoso clérigo chií Muqtada al Sadr no se vean satisfechas por las autoridades.
Piden un Gobierno tecnócrata y elecciones anticipadas
Entre esas exigencias, destacan la formación de un Gobierno tecnócrata, independiente y en una sola sesión parlamentaria, así como la celebración de elecciones anticipadas.
"En caso de que no se cumplan tampoco estas reivindicaciones, el pueblo tomará todas las medidas legítimas, empezando por la irrupción en las sedes de las tres presidencias, la huelga general y la desobediencia civil", agregó la portavoz.
Además, en ese supuesto, la comisión también pedirá la dimisión del presidente iraquí, Fuad Masum, del primer ministro, Haidar al Abadi, y del presidente del Parlamento, Salim al Yaburi.
Al Obeidi añadió que los manifestantes volverán a insistir en sus exigencias cuando se termine la peregrinación, con el objetivo de verlas cumplidas.
Con estas protestas, que han durado 24 horas, los seguidores del Sadr mostraron su rechazo a la propuesta del nuevo Ejecutivo del primer ministro Haidar al Abadi, por considerarla corrupta y sectaria, como lo describió el sábado el líder chií en un discurso televisado.
Sin solución a la crisis política
Las nuevas amenazas se producen después de que las tres Presidencias y los grupos políticos fracasaran este domingo en encontrar una solución a la crisis política, tras haber mantenido una reunión de emergencia.
En un comunicado difundido tras el encuentro, los dirigentes anunciaron que continuarán con las reuniones "de forma intensa" con las fuerzas políticas y los grupos parlamentarios en los próximos días para garantizar "una reforma radical del proceso político".
Además, en la nota, los líderes condenaron los altercados violentos del sábado, cuando los manifestantes asaltaron el Parlamento y otras partes de la Zona Verde de Bagdad, que alberga las sedes del Gobierno y el Parlamento, así como embajadas occidentales como las de EE.UU. y Reino Unido.
Los dirigentes tacharon lo sucedido de "peligrosa agresión contra la integridad del Estado y contra el marco constitucional" y solicitaron que los que asaltaron la Cámara y algunos diputados sean llevados ante la justicia.
Asimismo, insistieron en su apoyo a las fuerzas de seguridad iraquíes y las instaron a "ejercer su responsabilidad para mantener la seguridad de los ciudadanos y proteger las instituciones de cualquier agresión". También les solicitaron actuar contra "las violaciones de la ley y de la Constitución, e imponer el Estado de derecho".
Por otra parte, el ex primer ministro iraquí Nuri al Maliki ha calificado la situación política y de seguridad en el país de "fuertemente turbulenta" y "peligrosa".
En un comunicado, el antiguo jefe de Gobierno ha indicado que "no es posible que el Parlamento realice ninguna reforma total o parcial legalmente válida en estas circunstancias, en medio de amenazas y la ocupación de la Cámara".
Según Al Maliki, la consecuencia de ello es que los nuevos ministros "no son mejores que los anteriores", sino que algunos incluso son "peores".
La amenaza del Estado Islámico
La crisis institucional coincide además con nuevos atentados, que han dejado al menos 59 muertos desde el sábado. El grupo terrorista Estado Islámico (EI), que asumió la autoría de esos ataques, proclamó en junio de 2014 un califato en las zonas de Irak y Siria bajo su control y mantiene desde entonces una cruenta lucha con las fuerzas de seguridad iraquíes.
En ese contexto, al menos 741 personas murieron en Irak y otras 1.374 resultaron heridas en actos de violencia, terrorismo y de conflicto armado durante el pasado mes de abril, según ha informado la misión de Naciones Unidas en el país (UNAMI).
De entre esos fallecidos, 410 fueron civiles y 331 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes, que incluyen a las milicias progubernamentales, excepto las que luchan en la provincia occidental de Al Anbar.
Esta cifra supone un descenso con respecto al número de víctimas que hubo en Irak durante el mes de marzo, cuando se produjeron 1.119 muertos y 1.561 heridos.