Bruselas asegura que protegerá a sus consumidores, pese a la amenaza del TTIP denunciada por Greenpeace
- Greenpeace denuncia que la negociación del TTIP arriesga la calidad del consumo
- Bruselas alega que los datos filtrados son solo posiciones fuera de acuerdo
- El jefe negociador admite que EE.UU. no quería hacer públicos sus argumentos
El acuerdo de libre comercio e inversiones con EE.UU. (TTIP) "no rebajará" la regulación europea sobre protección de consumidores o medioambiente. Así lo ha garantizado este lunes la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, tras revelarse documentos de la negociación que muestran la presión estadounidense para sortear esta normativa.
"Ningún acuerdo comercial de la UE rebajará jamás nuestro nivel de protección de consumidores, seguridad alimentaria o medioambiente. Los acuerdos comerciales no cambiarán nuestras normas sobre organismos modificados genéticamente, cómo producir una carne segura o cómo proteger el medioambiente", ha declarado Malmström en su blog.
La comisaria europea ha salido así al paso de la filtración por parte de Greenpeace Holanda de documentos de la negociación del TTIP que muestran por primera vez las posiciones de EE.UU. en diferentes áreas y sus intentos para que la Unión Europea (UE) se adapte a sus demandas.
La Casa Blanca por su parte ha declarado este lunes que no existe preocupación en Washington al respecto.
Bruselas: es negociar, no ceder
"Cualquier acuerdo comercial de la UE sólo puede cambiar la regulación haciéndola más fuerte (...) Ningún acuerdo comercial limitará nuestra capacidad de impulsar nuevas normas para proteger a nuestros ciudadanos en el futuro", ha aseverado la comisaria, que ha insistido en que tiene un "claro mandato para las negociaciones otorgado por los 28 Gobiernos de la UE" con las "líneas rojas que no son negociables".
Las 248 páginas de documentos filtradas, "textos consolidados" de la negociación, reflejan la postura entre corchetes -provisionales- de ambas partes pero no un acuerdo entre ellas, por lo que "no debería ser una sorpresa que haya áreas en las que la UE y EE.UU. tengan puntos de vista diferentes", ha subrayado Malmström.
"Simplemente es normal que dos partes en una negociación quieran conseguir cuantos más objetivos mejor. Eso no quiere decir que la otra parte ceda a esas demandas. No quiere decir que las partes llegarán a un acuerdo intermedio. En áreas en las que estemos demasiado alejados en una negociación, simplemente no llegaremos a un acuerdo", ha aclarado la comisaria.
El jefe negociador por Europa: EE.UU. no quería hacer "pública" su "posición"
Por su parte, el jefe negociador comunitario, Ignacio García Bercero, ha recordado en una rueda de prensa que, "por lo que respecta a la UE, no hay problema" en el sentido de que las posiciones expresadas por la Unión en esos papeles "ya eran públicas".
"Dicho esto, toda negociación con un país tercero se ha de hacer con respeto y esto incluye la posición de EE.UU., que ellos no querían que fuera pública", ha apuntado. Pero más que de privacidad -de un asunto público-, según Greenpeace se trata de la inexistencia de referencias concretas a las líneas rojas intocables sobre información y protección medioambiental y derechos del consumidor.
Para García Bercero, "francamente, algunos de los puntos que ha destacado Greenpeace sobre estos documentos es errónea". Se ha referido en concreto a que la UE esté ignorando el principio de precaución o que ambas partes no vayan a hacer referencia a la excepción de la Organización Mundial del Comercio sobre medidas para la protección de la salud o el medioambiente, que será incluida en un capítulo diferente aún no consolidado, ha asegurado.
Sobre el poder de los grupos de presión en las negociaciones, ha recalcado que "querer consultar a la industria no es nada particularmente sorprendente", a la vez que insistió en que la UE consulta tanto a la industria como a las organizaciones de consumidores, medioambientales o sindicatos.
"Se está exagerando el grado de divergencia de puntos de vista", ha dicho García Bercero, y ha recordado que EE.UU. ya "ha aceptado que nada de lo que las dos partes hagan puede debilitar el grado de protección en nuestras respectivas regulaciones".