Encarcelan a los sospechosos del asesinato de la activista hondureña Berta Cáceres
- El juez ha decretado prisión preventiva para los cuatros sospechosos
- Dos son miembros del Ejército y otro gerente de la empresa enfrentada a Berta
- La hija de Berta Cáceres exige una investigación independiente
Los cuatro detenidos por el asesinato en marzo de la defensora de los derechos humanos Berta Cáceres han pasado a prisión preventiva. El juez hondureño que instruye la causa ha admitido una acusación del Ministerio Público contra los sospechosos por el asesinato de Cáceres y por asesinato en su grado de ejecución de tentativa contra el activista mexicano Gustavo Castro, director de la asociación Otros Mundos Chiapas y único testigo del crimen.
La portavoz del tribunal que lleva el caso, Bárbara Castillo, ha dicho a los periodistas que a los cuatro sospechosos se les dictó "auto de formal procesamiento con la medida cautelar de prisión preventiva".
Los acusados son Douglas Bustillo; Mariano Díaz Chávez, un mayor del Ejército hondureño; Edilson Duarte, capitán retirado; y Sergio Rodríguez, ejecutivo de la empresa Agua Zarca que impulsa un proyecto hidroeléctrico al oeste de Honduras, al que se oponía Cáceres.
Berta Cáceres fue asesinada el pasado 3 de marzo en la ciudad de La Esperanza, donde residía, al parecer por dos hombres armados.
La hija exige una investigación independiente
La hija de la dirigente, de etnia lenca, exige que un equipo de expertos internacionales coordinado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) participe en la investigación del crimen por su desconfianza en las instituciones hondureñas.
"Desde el principio pensamos que no podía haber un proceso de investigación objetivo y transparente al haber intereses por parte de instancias estatales en el proyecto. Queremos ir hasta el final porque está claro que el poder está implicado en el asesinato de mi mami", asegura a RTVE.es Berta Zúñiga Cáceres en Madrid, última etapa de una gira europea para exigir justicia.
Berta denuncia que la familia ha sido "apartada, marginada" de la investigación. "Este caso puede sentar un precedente de justicia en un país donde no la hay", señala. Honduras es, según las organizaciones internacionales, el país más peligroso del mundo para los defensores mediambientales. Desde 2009 más de un centenar han sido asesinados y en la mayoría de los casos los crímenes siguen sin resolverse.
Detenidos en la operación Jaguar
Los presuntos autores intelectuales y materiales del crimen de la activista medioambiental fueron detenidos el pasado lunes en la operación Jaguar, ejecutada de forma simultánea en Tegucigalpa y La Ceiba, en el Caribe hondureño.
El mismo día fue arrestado también Emerson Duarte, hermano gemelo de Edilson Duarte, pero se le dejó en libertad en La Ceiba.
Sin embargo, el viernes el Ministerio Público hizo un requerimiento fiscal de Duarte, quien, según investigaciones, tenía en su poder el arma con la que Cáceres fue asesinada, por lo que ese mismo día fue trasladado a Tegucigalpa para comparecer ante un juez en los próximos días.
El juez, cuya identidad se mantiene en reserva por razones de seguridad, ha ordenado que los acusados sean trasladados a la Penitenciaria Nacional, la principal cárcel del país, situada en el extremo norte de Tegucigalpa.
Berta Cáceres, la líder de la etnia lenca
En un plazo de 60 a 120 días se celebrará una audiencia preliminar en la que el juez decidirá si los sospechosos son enjuiciados por los delitos que le imputa el Ministerio Público, ha explicado a los periodistas el portavoz del organismo judicial, Yuri Mora. No obstante, ha señalado que la defensa de los sospechosos decidirá en los próximos días si presenta un recurso de apelación.
Mora ha mostrado la "satisfacción" del Ministerio Público por la resolución y ha asegurado que ese organismo judicial pudo comprobar ante el juez que los sospechosos "están involucrados en este asesinato".
Cáceres, quien además era coordinadora general del Comité Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), denunció en varias ocasiones que estaba amenazada de muerte, lo mismo que varios miembros de su familia, por su oposición a la construcción de centrales hidroeléctricas en tierras indígenas.