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Bruselas veta la compra de O2, la filial británica de Telefónica, por parte del grupo chino Hutchinson

  • Considera que la adquisición provocaría una subida de precios en Reino Unido
  • Habría perjudicado la innovación en el sector de las comunicaciones móviles
  • La comisaria niega interferencias políticas, como el Brexit, en la decisión final
  • Telefónica anuncia que mantiene sus objetivos financieros y el dividendo

Hutchison estudiará medidas legales contra la decisión del Ejecutivo comunitario

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Logo de O2
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La Comisión Europea ha vetado este miércoles la venta de su filial británica O2 al grupo empresarial chino Hutchison Whampoa -valorada en 10.250 millones de libras (unos 14.000 millones de euros)- al considerar que la operación provocaría una subida de precios, perjudicaría la innovación en el sector de las comunicaciones móviles y afectaría a las posibilidades de elección de los consumidores de Reino Unido.

Bruselas ha determinado tras su análisis de la operación que la venta habría eliminado a un competidor importante del mercado y habría dejado solo a dos operadores de redes móviles (Vodafone y Everything Everywhere, de BT) para competir con la entidad fusionada. Además, el Ejecutivo comunitario considera que las contrapartidas ofrecidas por Hutchison para remediar sus preocupaciones no han sido "suficientes".

La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, ha señalado que "permitir que Hutchison adquiriera O2 en las condiciones que proponía habría sido perjudicial para los consumidores del Reino Unido y para el sector de las comunicaciones móviles".

"Nos preocupaba mucho que los consumidores tuvieran menos posibilidades de elección para encontrar un paquete de telefonía móvil que se ajustara sus necesidades y pagaran más que sin la operación. También habría obstaculizado la innovación y el desarrollo de la infraestructura de red en el Reino Unido, lo que supone un problema grave, especialmente en mercados en rápida transformación", ha añadido.

Niega interferencias políticas en la decisión

Preguntada por la posibilidad de que el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE haya influido en la decisión final de Bruselas, la comisaria ha negado que haya habido interferencias políticas en la investigación y ha defendido que el Ejecutivo comunitario "está obligado a analizar el caso sobre los hechos".

"Trabajamos muy de cerca con los reguladores nacionales en todos los casos. Pero el tema es que estamos obligados a analizar el caso sobre los hechos, y el timing está diseñado a través de la notificación de las partes. Obviamente, no podemos dejar a la política que interfiera en nuestra toma de decisiones, ni en este caso ni en otros casos", ha afirmado en rueda de prensa.

"Puedo asegurar que esta decisión pesa 2,56 kilogramos, la pesé yo misma", ha bromeado Vestager, para después aclarar que se trata de una decisión "muy pesada" con mucho trabajo de por medio. "No podemos dejar que los políticos interfieran en esto", ha zanjado.

Las tres grandes reservas de la Comisión Europea

Bruselas defiende que O2 y Three (propiedad de Hutchison ya), juntas, habrían sido líderes en el mercado con una cuota superior al 40% y habrían tenido "muchos menos incentivos para competir con Vodafone y EE", lo que habría reducido las posibilidades de elección y la calidad del servicio para los consumidores británicos. Y los precios de las comunicaciones móviles minoristas habrían sido más elevados para todos los operadores del Reino Unido.

En segundo lugar, la Comisión Europea subraya que la entidad fusionada habría formado parte de dos acuerdos de uso compartido de red (MBNL y Beacon) y que su papel en ambas redes habría debilitado a sus competidores y obstaculizado el desarrollo de la infraestructura de comunicaciones móviles en Reino Unido, por ejemplo, con respecto al despliegue de tecnología de nueva generación (5G).

Por último, el Ejecutivo comunitario señala que la venta habría reducido el número de operadores móviles dispuestos a albergar a otros operadores en sus redes y que esto habría dejado a los operadores móviles virtuales existentes y potenciales "en una posición de negociación más débil para obtener condiciones de acceso mayoristas favorables".

Rechaza las contrapartidas de Hutchison

Con el objetivo de abordar estas preocupaciones, Hutchison ofreció contrapartidas. Propuso dar acceso a una parte de la capacidad de red de la entidad fusionada a uno o dos operadores móviles virtuales, ceder la participación de O2 en la empresa en participación Tesco Mobile y ofrecer un acuerdo mayorista a Tesco Mobile para compartir su capacidad de red. Igualmente propuso ofrecer un acuerdo mayorista a Virgin Media para compartir su capacidad de red.

Para la Comisión Europea, Three y O2 habrían mantenido sus respectivas participaciones en los dos acuerdos de uso compartido de red (MBNL y Beacon). Para Vestager, una solución eficaz podría haber sido "un cuarto operador móvil que reemplazara o Three o O2 en uno de los acuerdos de uso compartido de red", para lo que "había empresas interesadas".

Bruselas considera que, pese a las contrapartidas, "los operadores móviles virtuales habrían sido dependientes comercial y técnicamente de la entidad fusionada, con capacidad o incentivos limitados para diferenciar sus ofertas, incluso en términos de calidad de red". Y asegura que las soluciones ofrecidas por Hutchison para conceder acceso a los operadores móviles virtuales a 4G y futuras tecnologías "carecían de atractivo comercial" y suscitaban "gran incertidumbre en cuanto a su aplicación efectiva".

Telefónica mantiene su dividendo y Hutchison estudia acciones legales

Tras conocerse la decisión de Bruselas, Telefónica ha asegurado que mantiene sus objetivos financieros, de endeudamiento y su política de dividendos, según ha informado la compañía en un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Con esta declaración, la compañía quiere despejar incertidumbres entre los accionistas e inversores sobre los planes de la compañía. Su presidente, José María Alvarez-Pallete, aseguró este martes que un veto a la operación por parte de Bruselas sería una mala noticia para el sector de las telecomunicaciones en Europa, pero que estaban preparados "desde hace tiempo para cualquier eventualidad".

Mientras, Hutchison Holdings ha mostrado su "profunda decepción" y ha anunciado que estudiará medidas legales contra la decisión del Ejecutivo comunitario. "Creemos firmemente que la fusión habría traído grandes beneficios para el Reino Unido", ha resaltado en un comunicado de prensa la compañía, que ha recordado las inversiones previstas en la infraestructura digital británica y el aumento de la "competencia de precios" para consumidores y empresas que preveía poner en marcha en O2.

Por su parte, el regulador británico de las telecomunicaciones, Ofcom, ha considerado "correcta para los clientes de móviles" la decisión de la Comisión Europea. Ofcom ha señalado, en un comunicado, que los clientes han sido siempre su "prioridad" y ha destacado que Three de Hutchinson y O2 de Telefónica son "importantes" y "efectivos" competidores en el Reino Unido.