Los dibujos españoles de los Uffizi salen a la luz en una exposición
- La muestra se exhibe en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
- Desvela de forma única el proceso creativo de artistas del siglo XVII
La exposición I segni nel tempo reúne en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid, hasta el 24 de julio, entrada: 3 euros) un importante número de dibujos españoles de las florentinas Gallerie degli Uffizi, en una muestra única que exhibe 129 obras de alto valor artístico.
Organizada conjuntamente por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Fundación MAPFRE y el Gabinetto Disegni e Stampe de las Gallerie degli Uffizi, la selección y la publicación que la acompaña son el resultado de un riguroso proyecto de investigación, que ha permitido profundizar en el conocimiento de la colección de dibujos de los Uffizi y descubrir muchas autorías hasta ahora desconocidas.
La colección de dibujo español de los Uffizi es una de las más importantes de todas las conservadas fuera de España –incluidas las del Museo del Louvre, The British Museum, Kunsthalle de Hamburgo, Hispanic Society of America de Nueva York o Metropolitan Museum–.
El atractivo de esta colección reside en la presencia de ejemplos únicos para poder estudiar el proceso creativo de los artistas españoles de los siglos XVI y XVII, encontrándose diseños para obras capitales del patrimonio cultural español.
El origen de la colección se encuentra en los dibujos reunidos en Madrid por el comerciante florentino Giovanni Filippo Michelozzi (†1777) como consecuencia de una estancia en torno a 1745-1746, que refleja un temprano gusto y aprecio de los coleccionistas italianos por el dibujo español.
Un primer bloque de este conjunto fue comprado por la Real Galería de Florencia en 1779 gracias a la política de adquisiciones auspiciada por el gran duque de Toscana Pietro Leopoldo de Habsburgo Lorena (1765-1790) y el director-anticuario de la Real Galería de los Uffizi, Giuseppe Pelli Bencivenni (1729-1808), mientras que el resto fue adquirido con posterioridad por el escultor Emilio Santarelli (1801-1886) y donado en 1866 a la institución florentina junto a un extraordinario legado que sumaba 12.704 diseños, en un gesto de generosidad sin precedentes.
Ello permitió que volvieran a confluir todos los dibujos que habían formado parte de un tronco común, aunque ese proceso de re-contextualización evidenció las huellas del tiempo transcurrido y marcó el devenir de su propia historia.
Investigación sobre los dibujos
Para la exposición en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se han seleccionado ciento veintinueve dibujos, que contemplan un amplio recorrido por los más representativos artistas españoles de los siglos XVI al XVIII, desde los destacados herederos de la maniera italiana como Alonso Berruguete, Gaspar Becerra o Luis de Vargas, hasta los más prolíficos dibujantes del Siglo de Oro: José de Ribera, Alonso Cano, Francisco de Herrera el Mozo, Antonio del Castillo, Vicente Carducho, Juan Carreño, Francisco Rizi o Claudio Coello, para culminar con la obra de Miguel Jacinto Meléndez, en quién se evidenció la impronta de los nuevos gustos estéticos de Francia.
La muestra supone, además, una ocasión única para conocer un muy relevante número de dibujos completamente desconocidos hasta el momento junto a otros que no habían sido objeto de exhibición en España, algunos de los cuales fueron estudiados en 1972 por Alfonso E. Pérez Sánchez en la muestra Disegni Spagnoli celebrada en Florencia.
Fruto del trabajo de investigación cuyos resultados se muestran en la exposición y el catalogo que la acompaña, en el que se han invertido más de dos años, el profesor Benito Navarrete ha desvelado más de setenta nuevas autorías que se encontraban mal atribuidas entre el fondo de dibujos italianos, flamencos y alemanes de los Uffizi, para lo que ha revisado más de 40.000 dibujos y la totalidad del archivo fotográfico de la institución.
Entre los casos más singulares está el descubrimiento entre los anónimos alemanes de uno de los dibujos más importantes del valenciano Juan de Juanes para un cuadro perdido, El Cristo muerto sostenido por ángeles, del que se conserva en el Museo Nacional del Prado una copia hecha por Francisco Ribalta.
También entre los anónimos alemanes se localizó uno de los diseños más singulares del artista bruselense que trabajó en Sevilla Pedro de Campaña, en directa relación con la Crucifixión del Museo del Louvre.
Especial interés revierte la reconstrucción de la personalidad gráfica del sevillano Luis de Vargas, perdido entre los fondos atribuidos a Cristoforo Roncalli, así como el hallazgo de nuevas obras que incrementan el catálogo del castellano Alonso de Berruguete, algunas de las cuales se han encontrado entre los dibujos de Domenico Beccafumi, como la Circuncisión de Cristo o los dos ángeles que estaban atribuidos a Ludovico Carracci.
El caso de Francisco Pacheco, suegro y maestro de Velázquez, es muy singular pues algunos de sus dibujos, como el retrato de Pablo de Céspedes, que sirvió para su famoso Libro de Retratos de ilustres y memorables varones, se ha localizado entre las obras de Barocci, y otros trabajos suyos estaban asignados a Frans Floris.
Artistas que trabajaron en Madrid
Hay que señalar la importancia del hallazgo de dibujos de artistas que trabajaron en Madrid y que estuvieron relacionados con los pintores florentinos.
El caso más significativo es el de Vicente Carducho, del que ahora se dan a conocer dos nuevos dibujos: La aparición de los ángeles músicos a San Hugo de Lincoln, que se encontraba entre los atribuidos a Antonio da Pordenone y es una de las obras más destacadas en papel azul, preparatoria para su gran lienzo de la Cartuja de El Paular, y el diseño preparatorio para la pintura de Santa Inés del Museo del Prado, que ha sido localizado entre los de Pietro da Cortona.
También de interés es el dibujo de Cristo y el Cirineo del sevillano Francisco de Herrera el Mozo, hasta ahora entre los atribuidos a Taddeo Zuccaro, siendo uno de los más característicos del artista, quien trabajó en Italia y triunfó con su estilo en el Madrid barroco. Hay sorpresas para el granadino Alonso Cano, algunos de cuyos dibujos se han localizado en cartas que le fueron remitidas y donde aparece su nombre como destinatario, como es la hoja en la que trazó un jinete de una notable modernidad.
Reseñables son también los tres dibujos de Miguel Jacinto Meléndez que retratan a Felipe V, mal ubicados entre los dibujos franceses o los atribuidos a Niccolo Cassana, y que contribuyen notablemente no sólo a conocer mejor el estilo del gran artista madrileño sino a evidenciar la evolución fisionómica del primer Borbón español. Estos ejemplos, así como muchas otras obras de la exposición, confirman la extraordinaria relevancia de la colección de los Uffizi para el conocimiento del dibujo español.