Granados utilizó su despacho de consejero de Madrid para entregar el dinero que enviaba a Suiza, según un imputado
- Usó su despacho oficial al menos dos veces para dar dinero a un intermediario
- Este método fue utilizado también por el cerebro de la trama, David Marjaliza
- El intermediario asegura desconocer cuánto dinero blanqueó para Granados
- Un colaborador de Marjaliza dice que la trama pagaba comisiones del 3%
Francisco Granados entregó dinero en metálico en su despacho de la Consejería de Transportes de Madrid a un intermediario para que lo transfiriera luego a la cuenta que abrió en 2003 en Suiza y de esta manera blanquearlo, operaciones que se hacían siempre en metálico para no dejar "huella".
Así lo confesó en octubre de 2015 al juez del caso Púnica, Eloy Velasco, el imputado Michael Trevor Langdon, norteamericano nacionalizado suizo y con residencia en España, que se dedicaba a conseguir clientes en España para los banco BNP y VP de Suiza.
Según relata al juez, a cambio de un 0,5% del dinero que conseguía mover, Langdon hacía las llamadas operaciones de compensación, por las cuales ciudadanos españoles le daban cantidades en metálico de procedencia dudosa que luego él transfería desde su cuenta en Suiza a la cuenta en este país de la persona que le había dado el dinero.
En cinco años, hizo operaciones de blanqueo por más de un millón de euros para numerosas personas, entre ellas Granados y su socio y amigo de la infancia, David Marjaliza, quien tenía en el BNP de Suiza "unos 10 millones de euros" en 2011.
Sin embargo, Langdon dice desconocer la cantidad aproximada que llegó a blanquear para Granados, así como la procedencia de este dinero. En el caso de Marjaliza sí reconoce que sabía que el dinero que le entregaba procedía de sus negocios inmobiliarios.
Cerró la cuenta de Granados en 2006
En el caso del exconsejero, abrió una cuenta en el BNP en 2003, pero, según Langdon, ya tenía cuentas en el extranjero antes, mientras que Marjaliza la abrió más tarde por recomendación de Granados. "Granados me dijo que tenía otro posible cliente, que resultó ser su amigo de la infancia el señor Marjaliza", afirma al juez.
En 2006, y dado que Granados "estaba subiendo en la Comunidad de Madrid", decidió cerrarla porque vio que "tener una cuenta sin autorización fuera de España no era prudente".
Hasta ese año, Langdon hizo dos operaciones de compensación con Granados, concretamente en su despacho de la Consejería de Transportes (cargo que ocupó de 2003 a 2004), aunque dice no recordar cuánto dinero en metálico le dio el entonces consejero para que lo hiciera llegar a su cuenta en el país helvético.
Marjaliza era "Sheraton" en su cuenta suiza
Marjaliza, por su parte, le hizo varias entregas de entre 20.000 y 50.000 euros y en una ocasión tuvo que ir a un despacho del considerado cerebro de la Púnica en el centro de Madrid.
Cuando las cantidades eran "apreciables", el banco hacía la operación directamente y mandaba a España a un matrimonio para que recogiera el dinero de manos de Marjaliza, que tenía el pseudónimo de "Sheraton" en su cuenta suiza.
Luego, Langdon transfería el dinero a la cuenta de Marjaliza desde otra en Suiza a nombre de la sociedad Rockfish, administrada por el propio Langdon.
Precisamente, una empleada del presunto "conseguidor" de la trama Púnica David Marjaliza, Sara S., confirmó en su declaración al juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco que su jefe le encargaba la preparación de sobres con dinero en efectivo, con cantidades que oscilaban entre los 5.000 y los 30.000 euros, y que se "palpaba" en el ambiente que eran entregados a algunos políticos que solían visitar la oficina entre los que había citado al exalcalde de Valdemoro Francisco Granados o su sucesor José Miguel Moreno Torres.
El dinero, según obra en la declaración judicial de esta empleada, a la que ha tenido acceso Europa Press, procedía de cantidades en negro entregadas entre 2001 y 2006 por compradores de viviendas promovidas por Marjaliza en Valdemoro y otros municipios.
Comprobaciones del banco sobre el dinero
A lo largo del interrogatorio al imputado Michael Trevor Langdon, el juez le pregunta varias veces cómo el banco comprobaba si el dinero de los clientes provenía de actividades lícitas.
En el caso de Granados, no le consta que el banco comprobara ese origen, pero sí en el de Marjaliza: "Por dos veces en cinco años pidieron una justificación de estos dineros, si eran dineros legítimos, y debe haber sido muy convincente la explicación porque el banco siguió aceptando su dinero".
Langdon explica estas operaciones de compensación de esta manera: "Juan tiene dinero en Suiza, Pablo tiene dinero en España, se cruzan las necesidades y ya está".
El dinero lo hacía así llegar a las cuentas de Suiza de sus clientes mediante transferencias desde la suya propia, que tenía el "mote" de "ducks", o desde la cuenta a nombre de la sociedad Rockfish.
Sin constancia documental de las entregas
De esas entregas en metálico, en billetes de 500 euros al principio hasta que levantaban sospechas y se redujeron a billetes de 50, él no dejó ninguna constancia documental, un aspecto del que el juez se muestra sorprendido durante el interrogatorio.
"¿Es posible que un señor que cobra comisión no guarde la lista de sus clientes?", le pregunta, a lo que contesta: "No estoy intentando ocultar nada, estas cosas eran así. Cada operación era así, y después se olvida".
"¿Y entonces cómo se documenta?", prosigue el juez. "No se documenta, la única documentación es el asiento en cuenta", contesta. "Operación hecha, operación olvidada", resume en otro momento de la declaración.
Estas entregas se hacían en ocasiones en el hotel Intercontinental de Madrid, a donde acudían sus clientes con el dinero y, a preguntas del juez, Langdon reconoce una decena de nombres de personas que le daban dinero para blanquearlo por este sistema.
En los registros que se realizaron durante la Operación Púnica contra esta trama corrupta se encontraron en la vivienda de Langdon valiosas obras de arte de artistas como Miró, que en el interrogatorio el imputado atribuye a su mujer, quien, dice, hizo dinero en el mundo del arte y además heredó de su padre.
Comisiones del 3% escondidas como "exceso de suelo"
Mientras, Alfonso Luna, colaborador y cuñado de Marjaliza aseguró en su declaración ante el juez Velasco el pasado mes de diciembre que la trama Púnica pagaba comisiones del 3% en la compra de suelo para promociones inmobiliarias y que escondía esa desviación bajo el epígrafe "exceso de suelo".
Luna, que también está imputado en esta causa, explicó al juez que Marjaliza marcaba una partida en el presupuesto y la denominaban "exceso de suelo", es decir, dinero que se "iba a pagar a alguien, que no se sabía quién".
Se adjudicaba el porcentaje o el importe que dijese Marjaliza, de acuerdo con el valor del suelo, señala Alfonso Luna, quien, a preguntas de la fiscal, cifra la cantidad destinada a comisiones en un 3%. Por ejemplo, en una operación de 6 millones, 180.000 euros.