Idomeni, un desalojo sin testigos
- La policía griega desaloja el campamento de refugiados de Idomeni
- Periodistas destacados en el lugar denuncian detenciones de informadores
- RTVE.es habla con Ignacio Marín, fotoperiodista expulsado de Idomeni
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"Han vaciado el campo de periodistas y voluntarios", explica a RTVE.es desde las proximidades del campo de refugiados de Idomeni el fotoperiodista Ignacio Marín Fernández. Mantenemos la conversación este martes mientras la policía griega ejecuta el desalojo del campamento, en la frontera con Macedonia.
"Avisaron durante la noche por megafonía, el desalojo estaba programado entre las 5 y las 6 de la mañana", relata Marín, y describe lo que puede ser el último día de este emblemático lugar, donde se han hacinado durante meses miles de migrantes atascados en la frontera greco-macedonia: "El despliegue policial es masivo, parece que hubiera más policía que refugiados".
Un último día que las autoridades griegas quieren preservar de la mirada de los periodistas, según Marín: "Hasta las dos de la mañana, rastreando con linternas, policías de paisano han vaciado el campo de periodistas y voluntarios (...) ayer se nos acercó uno y nos dió una hora para salir".
"Yo pude esconderme en unas duchas", relata Marín, "pero detuvieron a compañeros de la organización 'Bomberos en acción'", explica. La razón para este informador es clara: "Han provocado un apagón informativo tremendo sobre lo que va a suceder".
"Apagón informativo", para un desalojo anunciado
Para el fotoperiodista, este ha sido un desalojo anunciado, presentido tras unas semanas agónicas: "Los últimos días en el campo han sido muy duros, la distribución de comida era muy escasa y algunas ONG se han retirado (...) la gente ya solo preguntaba por comida", afirma. "Han ido endureciendo las condiciones, el miércoles hubo un choque con la policía y ardieron tiendas", añade.
Unas 8.400 personas van a ser desalojadas del campamento de Idomeni. En los momentos de mayor masificación, hasta 30.000 migrantes llegaron a hacinarse entre las alambradas de este campo, muchos de ellos niños.
Grecia pone punto final a un lugar que ha estado en el foco de atención, y más desde el anuncio del acuerdo de repatriación de migrantes firmado por Bruselas y Turquía. Un último capítulo que "no quieren que se sepa como va a suceder", insiste Marín. "Solo han dejado a un periodista griego, ni siquiera a los acreditados", añade.
La ONG Médicos sin Fronteras (MSF) por su parte ha confirmado este extremo, aunque afirma que los trabajadores de MSF cuentan todavía con un acceso restringido al campo y siguen llevando a cabo actividades médicas a través de un equipo reducido de 8 personas. Sin embargo, la organización muestra su preocupación por el hecho de que otros servicios esenciales, como la distribución de alimentos, pueda quedar interrumpida.
Realojados en Salónica
En este mismo sentido se ha manifestado la voluntaria Esther Serra, coordinadora de Dandelion, un colectivo que se encuentra sobre el terreno prestando apoyo a los migrantes. Serra ha relatado este martes a RNE que agentes de paisano "han detenido a compañeros" de su organización, y que muchos refugiados abrigan temores respecto a la legalidad del desalojo y de las posteriores acciones policiales.
"Los refugiados en Idomeni tienen miedo", ha afirmado Serra. "Hay helicópteros sobrevolando la zona", describe, y añade que el campo se halla bajo pésimas "condiciones de salubridad", y que "más de la mitad de los refugiados son niños".
Ignacio Marín señala que "de momento parece que el desalojo se está llevando a cabo pacíficamente". Marín apunta que "después de tres meses de acampada, los refugiados están agotados". Según ha podido saber a través de uno de los migrantes con los que ha convivido estos días, "a los kurdos los llevarán a un campamento para kurdos, y al resto los alojarán en las proximidades de Salónica".
Más de 8.000 personas
A lo largo de la jornada de este lunes ya fueron llevadas a estructuras organizadas unas 2.500 personas, pero a primeras horas de la mañana continuaban en Idomeni más de 8.400.
La policía ha asegurado que la fuerte presencia de las fuerzas antidisturbios es una mera "medida de precaución", para reaccionar en el caso de que haya personas que se nieguen a desalojar el campamento.
El Gobierno ha venido insistiendo en las últimas semanas en que no tiene intención de llevar a cabo un desalojo forzoso, teniendo en cuenta que en el campamento hay numerosas mujeres y niños.
El Ejecutivo ha informado además de que los refugiados tan solo podrán obtener en los campamentos oficiales una prórroga del permiso de estancia de un mes que reciben al inscribirse a su llegada a Grecia. A la mayoría de los refugiados este permiso les ha caducado, por lo que el Gobierno espera que esta decisión sirva igualmente como incentivo.