Donald Trump alcanza los delegados necesarios y será el candidato republicano a la Casa Blanca
- El partido no contabiliza los delegados logradospor los aspirantes en las primarias
- Con todo, los medios estadounidenses estiman que ya tiene los 1.237 delegados
- Todos los rivales del magnate, en cualquier caso, se habían retirado de la carrera
- Especial: elecciones en Estados Unidos 2016
Donald Trump ya ha alcanzado el número de delegados necesarios para asegurarse la nominación como candidato del Partido Republicano en las elecciones presidenciales de Estados Unidos que se celebrarán en noviembre, por lo que, tal como se preveía, esquiva la posibilidad de una convención abierta en la que se pudiera armar un frente para apartarle de la carrera electoral.
El Partido Republicano no contabiliza de forma centralizada los delegados que los aspirantes a la nominación van obteniendo en las distintas primarias, por lo que son los medios estadounidenses los que realizan el recuento, lo que introduce ciertas diferencias, dado que en varios Estados los delegados no están vinculados a lo decidido en las primarias, sino que disponen de libertad de voto.
Así, el recuento de la agencia Associated Press revela que Trump ya cuenta con 1.238 delegados, uno por encima del umbral que garantiza la nominación. También el portal de información política Real Clear Politics estima que Trump ha superado los 1.237 delegados, al sumar los 1.150 delegados comprometidos por su triunfos en las primarias con los 88 de los no comprometidos y que han indicado que le respaldarán en la convención republicana.
El propio Trump ha confirmado esas estimaciones en una rueda de prensa que ha celebrado este jueves en Bismarck, la capital de Dakota del Norte, en la que ha aparecido con una representación de la delegación de ese Estado que asistirá a la convención republicana: "La gente que está detrás de mí nos ha permitido superar la barrera", ha remarcado, antes de apostillar: "Es un honor".
Sin rivales desde hace semanas
Se daba por hecho, en cualquier caso, que el magnate superaría esa barrera antes de que terminen las primarias, el próximo 7 de junio: aún quedan 303 delegados en juego que se dilucidarán ese día en California, Montana, Nueva Jersey, Nuevo México y Dakota del Sur. Con todo, Trump ya no compite con nadie, puesto que todos sus rivales han abandonado la carrera electoral a lo largo de las primarias; los últimos, Ted Cruz y John Kasich, que tiraron la toalla hace tres semanas, después de las primarias de Indiana.
La ausencia de rivales no garantizaba per se la elección de Trump, puesto que, si en la primera votación de la convención republicana no lograba ser elegido por mayoría, en las sucesivas rondas de votación se libera un porcentaje cada vez mayor de delegados, inicialmente vinculados al voto de la primarias. Es lo que se denomina una convención abierta, un escenario al que podía aferrarse el aparato del Partido republicano para aupar a otro candidato en el último momento.
Esa posibilidad, sin embargo, se ha esfumado al alcanzar esos 1.237 delegados que le aseguran la nominación, de forma que el magnate, que inició la carrera como un intruso y siempre ha sentido el rechazo del partido, será proclamado candidato republicano en la convención que se celebra en julio en Cleveland, la principal ciudad de Ohio.
A la espera de rival demócrata
Mientras tanto, Trump puede centrarse ya en la preparación de la campaña electoral de noviembre, que previsiblemente le enfrentará a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, que dispone de una amplia ventaja en las primarias demócratas, aunque todavía se enfrenta a un último rival, el senador por Vermont Bernie Sanders.
“Me encanta ver a Hillary y a Bernie pegarse“
Trump no ha desaprovechado la ocasión, este jueves, para atacar a su probable rival: "No cosigue hacerse con el asunto, aunque se suponía que era muy fácil", ha comentado sobre Clinton y las primarias demócratas. "Me encanta ver a Hillary y a Bernie pegarse", ha ironizado.
De hecho, el magnate sugirió en una entrevista en la cadena ABC la posibilidad de mantener un debate televisado con Sanders: "Tendríamos una enorme audiencia. Creo que debería... coger ese dinero y donarlo a alguna obra de caridad", comentaba el magnate neoyorquino, que este jueves ha vuelto a insistir en que debatirá con Sanders.