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La economía brasileña se contrajo un 5,4% en el primer trimestre del año respecto a un año antes

  • El consumo de las familias brasileñas fue un 6,3% inferior al de un año antes
  • El PIB cayó entre enero y marzo un 0,3% respecto al trimestre anterior

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Dos trabajadores brasileños dan un color a un trozo de cuero en una imagen de archivo
Dos trabajadores brasileños dan un color a un trozo de cuero en una imagen de archivo.

La economía brasileña agravó su recesión en el primer trimestre del año, cuando su Producto Interior Bruto cayó un 5,4% en comparación con el mismo período de 2015. Según los datos divulgados por el gubernamental Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), el PIB se contrajo entre enero y marzo un 0,3% respecto al periodo octubre-diciembre, encadenando así cinco trimestres consecutivos de caídas intertrimestrales.

Los datos confirman las previsiones más pesimistas de los analistas, que esperan para este año una contracción próxima a la del año pasado, cuando cayó un 3,8%, su peor resultado en los últimos 25 años. De hecho, este mismo miércoles la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado que espera que la economía brasileña se contraiga un 4,3% este año, cifra peor a la estimada por el FMI en sus previsiones de primavera (-3,8%).

Parte de la contracción fue provocada por el desplome de la producción industrial, que se hundió un 7,3% respecto a un año antes. La producción agropecuaria se redujo en un 3,7%, el mismo porcentaje que el sector servicios. Además, se produjo una fuerte caída del consumo de las familias brasileñas, del 6,3% respecto al mismo periodo de 2015, que se explica por el aumento del desempleo, la caída de la renta y la subida de la inflación. El consumo del Gobierno también se redujo, un 1,4% interanual.

El consumo de los brasileños, impulsado por la reducción de la pobreza y el aumento de la renta, fue el principal motor de la economía hasta hace un par de años, y su caída es señalada como la principal causa de la actual recesión. Pero la debilidad de la mayor economía sudamericana también es explicada por la fuerte caída de la inversión productiva en el país, que en el primer trimestre fue del 17,5%.

La economía también se está resintiendo por la grave crisis política del país y la incertidumbre generada por la decisión del Senado de suspender en el cargo a la presidenta Dilma Rousseff mientras la somete a un juicio político destituyente por supuestamente haber manipulado los balances de las cuentas públicas. Michel Temer, que asumió el 12 de mayo como presidente interino, ya ha anunciado algunas medidas para sanear las cuentas públicas e impulsar la economía, pero sigue sin recuperar la confianza de empresarios y consumidores.