La caza furtiva duplica el riesgo de extinción de grandes animales terrestres y marinos
- La amenaza es doble: por su tamaño y por su alto valor en el mercado
- Si no se interviene, serán cazados hasta el último ejemplar
- Lo denuncia un nuevo estudio publicado en la revista Current Biology
Los grandes animales cazados furtivamente para aprovechar alguna parte de su cuerpo (como las aletas de tiburón y el marfil del elefante) corren un doble peligro de extinción debido a su gran tamaño corporal y a su alto valor en el mercado, lo que ocurre no sólo con las especies terrestres, sino también con las marinas, cuyo riesgo está subestimado. Lo denuncia un nuevo estudio publicado en la revista especializada Current Biology.
"Típicamente, suponemos que si una especie se reduce a números bajos, será fácil encontrar sus individuos, los cazadores dejarán de capturarlos y a las poblaciones se les dará la oportunidad de recuperarse", dice la investigadora Loren McClenachan, del Colby College, en Estados Unidos. "Sin embargo, los valores extremos de estas especies significan que, sin una intervención significativa de conservación, serán cazados hasta la extinción", añade.
En el nuevo estudio, McClenachan, junto con Andrew Cooper y Nicholas Dulvy, de la Universidad Simon Fraser en Canadá, identificaron un grupo taxonómicamente heterogéneo de más de cien especies marinas y terrestres de gran tamaño que son víctimas de los mercados internacionales de lujo. Estos expertos estimaron el valor de estas especies a través de tres puntos de venta y exploraron las relaciones entre el riesgo de extinción, el valor y el tamaño del cuerpo. También cuantificaron los efectos de dos factores atenuantes: las multas a la caza furtiva y el tamaño del rango geográfico.
El análisis muestra un umbral por encima del cual el valor económico es el factor clave de riesgo de extinción. Aunque las especies de menor valor están influenciadas principalmente por su biología, las especies más valiosas están en alto riesgo de extinción, sin importar su tamaño. Cuando los valores son mayores de 12.557 dólares por kilogramo, el tamaño del cuerpo ya no impulsa el riesgo, según el informe.
Un tiburón ballena, tan valioso como un rinoceronte
Los investigadores también descubrieron importantes diferencias entre las especies terrestres que apuntan a un riesgo elevado en el fondo marino y, aunque los productos del mar son generalmente menos valiosos sobre una base por kilogramo, los animales individuales siguen siendo tan valiosos como las especies terrestres más valiosas. Por ejemplo, un tiburón ballena es casi tan valioso como las más valiosas especies terrestres: rinocerontes y tigres.
“Los cazadores no matan kilogramos, matan individuos. “
"Los cazadores no matan kilogramos, matan individuos, por lo que debemos prestar atención a estos altos valores de animales individuales", dice McClenachan. El riesgo para las especies marinas no se reduce a las especies con rangos de mayor tamaño.
"La suposición de que las grandes gamas protegen a las especies de la extinción se basa en la ciencia de la conservación realizada en tierra --en donde los animales que se encuentran en varios países tienen una mayor probabilidad de protección en al menos un lugar-- y no parece aplicarse a las especies marinas, donde el alto grado y la caza poco vigilada contrastan con controles más estrictos sobre la tierra", dice McClenachan.
Mayor atención a la fauna marina
El estudio apunta a la importancia de considerar el comercio de animales marinos y las diferencias entre los animales terrestres y marinos cuando se trata de la conservación. "Durante mucho tiempo, hemos estado leyendo los informes de comercio de especies silvestres con escaso reconocimiento de la diversidad y el valor del comercio de la fauna marina", lamenta Dulvy.
"Tenemos que prestar atención a las diferencias fundamentales entre las especies marinas y terrestres --añade McClenachan--. La ciencia de la conservación comenzó en la tierra, por lo que es tentador asumir que los principios subyacentes son los mismos en el océano. Sin embargo, como vimos, está lejos de ser así. Si no somos conscientes de estas diferencias básicas, es imposible diseñar una protección efectiva".