Corazza convierte al público en parte del proceso de creación en el Teatro de la Reunión
- El Estudio Corazza ofrece ensayos abiertos al público de varias obras
- Ibsen, Arthur Miller, Tennessee Williams o Hemingway son algunos autores
- El público es testigo de la investigación teatral del director y los actores
- Gratis, en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, del 13 al 25 de junio
- RTVE.es habla con Juan Carlos Corazza, promotor del proyecto
¿Cuántas veces, después de ir al teatro, nos hemos quedado admirados con una obra? Con unos personajes auténticos que van evolucionando, una gran puesta en escena, un juego hipnótico de luces o un mensaje que se ha quedado marcado en nuestra cabeza. Hay funciones que enamoran y, sin embargo, pocas veces somos conscientes de todo el trabajo que hay detrás.
Por eso, el prestigioso Estudio Corazza de actores y su proyecto, Teatro de la Reunión, hace otra propuesta, la de ir a ver no una obra culminada, sino unos ensayos abiertos donde comprobar cómo es la investigación del director y de los actores para llegar a contar una historia de la mejor forma posible. Se trata de nueve ensayos abiertos que se representarán de forma gratuita del 13 al 25 de junio en el centro cultural Conde Duque de Madrid.
Son fragmentos de obras de Ibsen, Hemingway o Tennesse Williams, entre otros, interpretados por nueve elencos distintos y dirigidos por varios directores, entre los que se encuentra el propio Juan Carlos Corazza, que ha explicado a RTVE.es cómo surgió la idea del Teatro de la Reunión al poco tiempo de comenzar con su estudio de actores, hace 25 años.
“La presencia de un público genera en los actores una intensidad, una concentración y una fuerza muy interesante para seguir completando o elaborando los personajes y la puesta en escena”, explica el dramaturgo. A la vez, se hace partícipe al público de “lo que es un proceso creativo, la creación y la construcción de una puesta en escena”, lo que genera al público “un interés, una inquietud para ir al teatro”.
RTVE.es comprueba, de primera mano, a lo que se refiere. Nos encontramos en pleno ensayo de una de las escenas de Detrás de Ibsen, dirigida por Corazza, por Ana Gracia y por Paula Soldevila, que es quien se encuentra en este momento coordinando a todos los actores.
“¿Qué hay de Valeria en esa frase?” Le pregunta Paula a una de las actrices mientras ésta interpreta al personaje. La actriz busca la respuesta en su interior y repite la frase al público con un matiz completamente distinto.
Es una “investigación con el público, con la pedagogía, con el lenguaje teatral”, explica la directora. A la gente, comenta, le sirve “para darse cuenta de la cantidad de trabajo que hay detrás, para valorar y comprender mejor las cosas” y entender el teatro con “otra mirada”.
Escenas de grandes autores muy avanzadas en su montaje
Los ensayos abiertos no se encuentran en un estado inicial, está “prácticamente hecha la función”, detalla Paula, pero no concluida, por lo que todavía puede haber muchas variaciones. Hay una base y, sobre ella, un “espíritu de juego”, añade Corazza, en el que se realizan nuevas sugerencias, nuevas búsquedas y pruebas con los personajes y las situaciones.
Amor e información, de Caryl Churchil, se ha representado en el Conde Duque hasta el pasado sábado dentro del programa del Teatro de la Reunión. La autora, experta en el mundo del periodismo, busca en su obra concienciar sobre el peligro de la sobreinformación y las nuevas tecnologías y el alejamiento de individuo de la vida real.
Pero esta es la única obra que se ha representado, en ese modo de ensayo abierto, en su totalidad. El resto, programado este mes de junio, son fragmentos. Detrás de Ibsen incluye tres escenas del dramaturgo y poeta noruego; Cuando yo pueda olvidar son dos escenas inspiradas en obras de J.B. Priestley y Ernest Hemingway y El porvenir en un beso son improvisaciones sobre obras de Arthur Miller, Clifford Odets y Tennessee Williams.
Son textos que tratan “temas muy actuales: la mentira de la corrupción, cómo la mentira va pudriendo las relaciones desde lo más personal hasta lo social, si es mejor mirar por el bien común o por el bien individual, el poder y la manipulación de la prensa…” explica Paula, a lo que Juan Carlos Corazza añade que la intención es “despertar un interés en reflexionar sobre nuestras vidas y la sociedad que nos toca vivir, sobre nuestras propios conflictos y contradicciones”.
Formación y trabajo de los actores
El elenco que ahora trabaja en Detrás de Ibsen lleva formándose tres años en el Estudio Corazza. Para ellos, que son alumnos, se trata de que “puedan tener ese feedback que supone estar frente a un público, ese momento en el que uno se da cuenta que necesita trabajar más su voz, o que hay cosas que salen mejor y otras peor”, un aprendizaje junto al espectador. Como actor, añade,"implica mucha más concentración el hecho de tener público” porque “lo tienes que incorporar con la voz, con las imágenes, no darles la espalda…".
Clara Gámez, una de las actrices del estudio, admite que esta forma de actuar supone un importante trabajo de humildad y de darse cuenta de que “la historia es más grande que uno mismo”, que sus propios intereses de lucirse, y que “hay que tener en cuenta al público desde el principio no solo para que aplaudan”, sino para ofrecerle una historia y conectarse con el personaje de manera sincera.
Para estos alumnos, los ensayos abiertos también pueden suponer una ventana de cara a la profesión, puesto que el público que acude es muy variado y, entre ellos, también hay directores de casting y directores de cine, que pueden fijarse en los actores. Aunque, a veces, estos directores y otros actores acuden para ver únicamente cómo funciona este proceso de creación y aplicarlo a sus propios trabajos.
Pero la mayoría del público es muy heterogéneo. En Amor e Información, por ejemplo, hubo gente de diferentes edades y orígenes y la obra tuvo “muy buena acogida”, comenta Corazza. Al final del ensayo abierto, dice, “nos gusta mucho tener un encuentro con el público para escuchar qué les ha llegado, cómo les ha impactado el trabajo y oír aquello que quieren compartir”.
¿Qué es, por lo tanto, lo que el público puede esperar de uno de estos ensayos abiertos? El espectador, anima Corazza, “tiene la oportunidad de disfrutar de una experiencia viva, de ver un teatro que se está creando frente a sus ojos, tener una experiencia de entrega tanto por parte de los actores como del público”. Es un teatro de sorpresas, concluye, porque “las mismas sorpresas que viven los actores son las que experimenta el público”.