Las pullas por la corrupción y los rifirrafes entre Sánchez e Iglesias marcan un debate con poca intensidad
- El bloque de corrupción ha sido el momento de más tensión del debate
- Sánchez ha recordado hasta diez veces a Iglesias que votó en su contra
- Iglesias insiste al líder socialista en que "el adversario es Mariano Rajoy"
- Rajoy repela las críticas en un debate poco clarificador sobre los pactos
- Así lo hemos contado minuto a minuto en RTVE.es
La intensidad del debate que han protagonizado este lunes los principales candidatos a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy (PP), Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Unidos Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos), ha ido de menos a más y las pullas a dos, tres y cuatro bandas han ido en aumento, según se iban calentando los presidenciables, aunque en general ha sido un debate de baja intensidad, en el que los candidatos han arriesgado poco, y aburrido, por momentos. Demasidas expectativas para una cita que finalmente no ha dado grandes sorpresas. Los candidatos han luchado más por no ser el perdedor que por ser el ganador.
El bloque dedicado a la corrupción y el fuego cruzado entre Sánchez e Iglesias (a pesar de que este último trataba de no entrar en el cuerpo a cuerpo con el socialista) han sido algunos de los principales puntos de fricción en este debate, el primero entre los cuatro candidatos y el único de esta campaña. Un cara a cara a cuatro que se planteaba como el plato más fuerte de la campaña electoral de estas elecciones generales, pero que despeja pocas dudas sobre cómo evitar unas terceras elecciones.
Rajoy se ha centrado en poner en valor sus reformas y defenderse de los ataques de los otros tres candidatos a cuenta de la crisis económica y la corrupción, el momento más caliente. Por su parte, Sánchez ha querido afear a Pablo Iglesias su posición en contra en su investidura fallida y ha repetido, hasta en once ocasiones, que votó lo mismo que Mariano Rajoy. El líder de Podemos ha insistido al socialista, en muchos momentos del debate e incluso con susurros, que él no es su adversario, sino Rajoy; y Rivera ha repartido a derecha y a izquierda durante las dos horas largas de debate, evitando lanzar dardos contra Sánchez, que tampoco ha mostrado virulencia alguna con el presidente de Ciudadanos. Muy lejos queda la anterior campaña en la que Sánchez echaba en cara a Rivera ser de ultraderecha.
Sánchez, contra la pinza de Rajoy e Iglesias en su investidura fallida
Unas once de veces ha dicho Sánchez que Rajoy e Iglesias coincidieron en su voto en la sesión de investidura, culpándoles directamente de la repetición de las elecciones generales. En cuanto ha podido, ha metido la coletilla de la pinza entre PP y Podemos contra el PSOE.
El líder de la formación morada le ha contestado varias veces con la misma idea: "Te equivocas de adversario". Y le ha insistido, como viene haciendo desde que comenzó la campaña, en que le tiende la mano "para formar un gobierno progresista, pero no para otra cosa", en clara referencia a las pretensiones del PSOE de obtener el apoyo a la vez de Podemos y Ciudadanos. Algo que no funcionó tras el 20D y que parece imposible por la distancia que cada vez separa más a Iglesias y Rivera, mostrada también en este debate.
"Los extremos bloquearon", le ha espetado Sánchez a Iglesias, una y otra vez, para decirle: "Agradezco que me tienda la mano, señor Iglesias, pero suelte antes la de Rajoy porque los dos votaron juntos". Y ya sin citarlo, pero refiriéndose claramente al secretario general de Podemos, ha dicho que algunos pecan de "soberbia" y de "querer ocupar el poder, por ocuparlo".
"Que no se equivoquen los votantes progresistas, por querer votar cambio se perpetúa el gobierno de Rajoy. Espero que hayan aprendido", ha vuelto a insistir el socialista. En ese momento, y cuando el turno de palabra era de Sánchez, se oía a Iglesias susurrar: "El adversario es Rajoy, Pedro, no soy yo, no soy yo. El rival es Rajoy".
"Nadie va a tener mayoría absoluta, señor Sánchez, tendrá que elegir con quién va a pactar, con nosotros o con el PP. Estaría bien que se lo explicara a sus electores", le ha instado Iglesias.
Rajoy también ha contestado al secretario general del PSOE: "A usted solo le gustan los que le votan, por eso le gusta el señor Rivera, no le voté porque sería un pésimo presidente".
Rajoy se defiende de las críticas de corrupción y se enzarza con Rivera
Rajoy no ha salido a atacar. Sí ha entrado en un debate más bronco con Rivera y ha sacado a pasear la herencia recibida para echársela en cara a Sánchez, pero se ha centrado principalmente en vender su gestión. Si en los mítines de esta campaña se está centrando en criticar duramente a Podemos, en este debate no ha utilizado la estrategia de la polarización a la que juegan PP y Podemos.
Sánchez, Iglesias y Rivera se han lanzado al cuello de Rajoy en el bloque sobre corrupción. El socialista ha insistido en que Rajoy debía haber dimitido cuando le mandó un mensaje de apoyo al extesorero del PP Luis Bárcenas y le ha dicho que el de los 'populares' "es un partido en B con la contabilidad en B". Todo ello en un tono bastante distinto del cara a cara de las anteriores elecciones en el que Sánchez le llamó "indecente" y Rajoy le respondió llamándolo "ruin, mezquino y deleznable".
Iglesias ha echado en cara los casos de corrupción que afectan al PP y al PSOE y no solo- ha añadido- porque sean una "lacra inmoral" sino porque cuestan "dinero" a los ciudadanos; y ha insistido en la necesidad de prohibir las puertas giratorias, citando de nuevo a Felipe González, entre otros.
Rivera también ha afeado al PP sus casos de corrupción y, solo aquí, también ha lanzado críticas al PSOE, recordándole el caso de los ERE de Andalucía.
Rajoy se ha defendido diciendo que el PP es el primer partido de la democracia que ha aprobado un paquete contra la corrupción, "que contó con el voto en contra de los socialistas". "La corrupción no se soluciona ni con aspavientos ni con prácticas inquisitoriales, que también las ha habido", ha aseverado Rajoy, que ha acusado a sus rivales de "mentir".
Sánchez ha aprovechado también este bloque para recordar a Iglesias el caso de su número dos, Iñigo Errejón, y las presuntas irregularidades de su contrato con la Universidad de Málaga; y los problemas con Hacienda de uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero. "¡No es lo mismo!", ha espetado Iglesias, con gestos de sorpresa por la comparación.
Rajoy y Rivera también se han enzarzado en este punto. El líder de Ciudadanos ha sido muy duro con el presidente en funciones, al que también le ha recordado que mandaba mensajes a Bárcenas, y que su nombre aparecía en los papeles del extesorero con dinero negro.
¿Cree que los ciudadanos van a confiar en usted?, le ha preguntado Rivera a Rajoy, que le ha acusado de tener "mentalidad inquisitorial", al exigir la cabeza del presidente. El jefe del Ejecutivo en funciones le ha criticado porque el líder de la formación naranja reconoció en un programa de televisión, según ha dicho Rajoy, "haber cobrado dinero en negro". Rivera ha puntualizado que en esas declaraciones en La Sexta dijo que había pagado en negro, no cobrado en negro.
Y pullas también entre Iglesias y Rivera. Ante las críticas del líder de la formación morada al resto de partidos por financiarse a través de bancos, Rivera le ha espetado que su socio de coalición electoral, Alberto Garzón, debe once millones de euros a entidades bancarias.
Rivera ha ido más allá para insinuar que Podemos ha recibido dinero del Gobierno venezonalo de Nicolas Maduro. Iglesias se ha calentado y le ha recriminado hacer una acusación falsa de financiación ilegal. "Entiendo la desesperación y los nervios de algunos pero hay cosas que no se pueden hacer", ha dicho Iglesias, que le ha recordado que, por cinco veces, el Tribunal Supremo ha archivado las denuncias por financiación ilegal a Podemos. "Yo no digo que sea ilegal, digo que es inmoral", ha lanzado Rivera al candidato de Podemos.
Iglesias trata de ningunear a Rivera
Iglesias ha optado en el debate por dirigirse casi en exclusiva a Rajoy, aunque al final ha tenido que entrar en las constantes pullas de Sánchez.
En dos ocasiones ha tratado el candidato de Podemos de ningunear a Rivera para decirle: "Entre la copia y el original, me quedo con el original, nuestro adversario es el PP".
Luego ha insistido en ese argumento, cuando ha contestado al presidente del Gobierno. "Señor Rajoy, tiene un buen escudero en el debate, pero sospecho que no tendrán escaños suficientes para gobernar" y "espero que haya un acuerdo progresista para que gobernemos".
Rivera le ha echado en cara a Iglesias que se vista de socialdemócrata "para aplicar políticas que nos llevarán a Grecia" y le ha acusado de "esconder en el catálogo de Ikea una subida de IRPF". "No esconda al lobo con piel de cordero", le ha dicho.