El esplendor de la dinastía Ming domina CaixaForum Barcelona
- Por primera vez llegan a España 126 piezas de esta fastuosa dinastía china
- Se exponen elementos de jade, oro, esmalte y antíquisimos mapas
Un total de 126 piezas de primer orden, que reflejan cómo fue la sociedad, la cultura y el arte de la fascinante dinastía Ming, que dominó China entre los años 1368 y 1644, se exhiben por primera vez en España en la exposición de CaixaForum de Barcelona (Hasta el próximo 2 de octubre)
En asociación con el Museo de Nankín, el primer gran museo nacional de la China, la empresa británica Nomad Exhibitions ha organizado esta muestra, que antes se ha podido ver en Rotterdam y Edimburgo, y que tal como ha apuntado el director de Nomad Exhibitions, Tim Pethick, va mucho más allá de los emblemáticos jarrones Ming.
El público que se acerque hasta la explanada de Montjuïc descubrirá, nada más iniciar el recorrido expositivo, que "Da Ming" significa "gran resplandor" y que la dinastía la dirigieron un total de dieciséis emperadores, que contribuyeron a cambiar su país para siempre, tanto a nivel demográfico -se pasó de una población de 65 millones de personas a otra de 175- como económico, puesto que se abandonó el trueque y se apostó por el dinero.
Como resaltó la directora general adjunta de la Fundación "la Caixa", Elisa Durán, se trata de una muestra "extraordinaria por la calidad de las obras que se exhiben, así como por el discurso expositivo y por las colecciones que se dan a conocer, que salen por primera vez de Nankín, la llamada capital del sur, de ocho millones de habitantes y donde se fundó la dinastía".
"Ming. El imperio dorado" destaca tanto los adornos de un incensario de cobre esmaltado, del reinado Jingtai (entre 1449-1457), como se centra en los objetos rituales, parte integral de la vida cortesana, como despliega los 13,5 metros de un rollo -algo que no sucede por cuestiones de espacio en el Museo de Nankín- sobre la vida de las mujeres de los altos funcionarios, que en su tiempo libre incluso jugaban a una suerte de fútbol.
Lo qué ocurría tras los palacios y las murallas
La exposición se divide en cuatro ámbitos, siendo el primero de ellos el dedicado a lo que ocurría en los palacios y tras las murallas, donde se puede ver el lujo de los objetos de la vida en la corte o la invención de nuevos procedimientos para la producción de porcelana.
En el apartado denominado "Sociedad ideal", central en la exposición, se describe cómo era la sociedad perfecta de la dinastía Ming, basada y ordenada en una jerarquía de cuatro clases: funcionarios, hombres con una educación reglada, campesinos y artesanos y comerciantes.
Las copias de unos exámenes de acceso al funcionariado sirven para explicar la dificultad que suponía obtener un cargo, mientras que diversos objetos resaltan la importancia de las artes de la caligrafía, la poesía y la pintura.
La vida de las mujeres, por otra parte, se regía por las tres obediencias: primero debían obedecer al padre, después al marido y, por último, al hijo, considerando que debían ser las que tenían que sostener la moral en una sociedad cambiante.
En el ámbito "La buena vida" se muestran los cambios en la "sociedad ideal" y cómo los Ming se adaptaron a la nueva realidad, de manufactura de productos y comercio.
Una inmensa riqueza
El arte, la cultura, lo más bello, se convirtieron en bienes de consumo, mientras se iban acumulando inmensas riquezas privadas. La exposición sirve para resaltar a los denominados artistas eruditos o letrados y, especialmente, a los cuatro maestros de la Escuela de Wu: Shen Zhou, Wen Zhengming, Qiu Ying y Tang Yin.
En China tienen un peso muy importante y sus obras tienen la misma aceptación que en Occidente pueden tener artistas como Claude Monet o Édouard Manet.
En esta parte de la exposición, se muestran pinturas y se pueden comprobar los niveles de complejidad de los artistas letrados en la práctica de las "tres perfecciones": la poesía, la caligrafía y la pintura.
El último de los ámbitos refleja la relación de China con el resto de continentes, y se exhibe una versión dibujada a mano del mapa impreso confeccionado por el sacerdote italiano Matteo Ricci, que recaló en Macao en 1582, y que evidencia, con el imperio Ming en el centro, la conexión creciente de China con el mundo.
Precisamente, el subdirector del Museo de Nankín, Qizhi Wang, se ha mostró emocionado porque en España se puedan conocer todas estas obras y ha abogado para que los intercambios con su país continúen y para que allí "se puedan ver también piezas occidentales".