La justicia de Alemania condena a cinco años de cárcel a un antiguo guardia de Auschwitz de 94 años
- Se le considera cómplice del asesinato de 170.000 personas
- Su caso forma parte de una serie de procesos tardíos contra nazis
El antiguo miembro de las SS hitlerianas Reinhold Hanning, de 94 años, ha sido condenado este viernes a cinco años de prisión en el juicio abierto contra él en la Audiencia de Detmold, en el centro de Alemania, por complicidad en la muerte de 170.000 presos del campo de exterminio de Auschwitz.
Las muertes por las que ha sido procesado corresponden al periodo en el que sirvió como guardian en el campo, ubicado en la Polonia ocupada, entre enero de 1943 y junio de 1944, cuando tenía 23 años.
La Fiscalía había pedido para el procesado seis años de cárcel por considerar que, en su calidad de guardia de Auschwitz, era plenamente consciente y cómplice de los asesinatos ahí cometidos.
Su defensa, sin embargo, solicitó la absolución, con el argumento de que ni torturó ni participó directamente en esos asesinatos, además de que no hay constancia de que sirviera en la "rampa de la muerte" o selección de los presos destinados a la cámara de gas.
A lo largo del juicio, el propio Hanning, que ha asistido a las vistas en silla de ruedas, había expresado su vergüenza y arrepentimiento por haber visto pasar "el mal" ante sus ojos, sin haber tratado de evitarlo.
Procesos tardíos a antiguos cómplices nazis
Nacido en diciembre de 1921, ingresó primero en las Juventudes Hitlerianas, luego combatió en Francia y a continuación en Ucrania, hasta que resultó herido y se le inhabilitó para volver al frente.
Se le destinó entonces a Auschwitz y, después de la Segunda Guerra Mundial, pasó una temporada en un campo de prisioneros aliado, para luego rehacer su vida como un ciudadano corriente.
Se estima que en el más mortífero campo nazi, en su mayoría judíos, pero también homosexuales, gitanos y comunistas, incluidos mujeres, niños o ancianos, ya fuera en las cámaras de gas, de hambre o de enfermedad.
El juicio se inscribe en la serie de procesos tardíos impulsados por Alemania a raíz del caso del ucraniano John Demjanjuk, al que se extraditó desde Estados Unidos en 2009 y que fue juzgado por complicidad en 28.000 asesinatos en Sobibor, también en la Polonia ocupada.
Demjanjuk fue condenado en 2011 a cinco años de cárcel y murió diez meses después en un asilo de ancianos, pero su caso creó jurisprudencia y posibilitó la apertura de otros sumarios por complicidad en los crímenes nazis.