El Estado Islámico captura a 200 jóvenes para su reclutamiento forzoso en el norte de Siria
- Los han trasladado a frentes de batalla contra la coalición kurdo-árabe FSD
- Manbech, bajo el control de los yihadistas desde 2014, sufre violentos combates
- Rusia y EE.UU. insisten en coordinar sus bombardeos para evitar incidentes
Al menos 200 jóvenes han sido capturados por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en varios pueblos situados al oeste de la localidad de Manbech, en la provincia septentrional siria de Alepo, para reclutarlos de forma forzosa, informa el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Los yihadistas han trasladado a los jóvenes secuestrados a distintos frentes de batalla, en los que el EI combate a la coalición kurdo-árabe Fuerzas de Siria Democrática (FSD).
Las redadas han tenido lugar en el pueblo de Al Kauekli y en otros del municipio de Al Arima, 19 kilómetros al oeste de Manbech, de donde algunos jóvenes lograron huir antes de ser detenidos.
A las afueras de Al Kauekli, los miembros del EI colocaron bombas en las viviendas para impedir el avance de las FSD y evitar además que estas refuercen su dominio sobre el camino estratégico que une Manbech, la ciudad de Al Bab y Alepo.
Los enfrentamientos entre ambos bandos prosiguen al oeste de Manbech, en la carretera que comunica con Al Bab, según el Observatorio.
La mayoría de la población de Al Kauekli se ha desplazado a causa de las operaciones militares que tienen lugar en la región.
Más de 460 personas murieron en los combates entre la coalición kurdo-árabe y el EI desde finales de mayo en los alrededores de la estratégica de Manbech, según cifras del Observatorio.
De esas víctimas mortales, 352 son miembros del EI, 41 de las FSD y 78, civiles. Manbech, bajo control del EI desde 2014, se encuentra en el noreste de la provincia de Alepo y es fronteriza con la región de Al Raqa, principal feudo sirio de los yihadistas.
Rusia y EE.UU. acuerdan coordinar sus bombardeos
En la coalición que lucha contra el Estado Islámico, Rusia y EE.UU. han vuelto a acordar aplicar la normativa sobre la prevención de incidentes aéreos en Siria, informa este domingo el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, general mayor Igor Konashenkov.
Este acuerdo tiene lugar después de que Estados Unidos acusara a Rusia de las muertes de fuerzas rebeldes en Siria -que actúan con el apoyo de Washington, en ataques aéreos de las Fuerzas Aéreas de Rusia, que operan como aliadas del presidente sirio, Bashar al Assad.
"Por la petición de la parte estadounidense del 18 de junio de 2016, se celebró una videoconferencia de los representantes de los Ministerios de Defensa de Rusia y EE.UU. para discutir el cumplimiento del memorando de comprensión mutua, la prevención de accidentes y la seguridad durante operaciones en el espacio aéreo de la República Arabe de Siria del 20 de octubre de 2015", ha explicado Konashenkov en declaraciones recogidas por la agencia de noticias rusa, RIA Novosti.
La Embajada de Estados Unidos pidió ayer al Gobierno ruso explicaciones por el supuesto ataque aéreo. "Intentamos lograr que Moscú explique lo ocurrido, por qué sucedió, y dé garantías de que no se va a repetir", ha declarado por su parte el portavoz de la Embajada de EE.UU. en Rusia, Will Stevens.
El director de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, John Brennan, declaró este jueves que un amplio número de los bombardeos llevados a cabo por las fuerzas sirias y rusas han ido destinados a atacar a lo que Estados Unidos considera una oposición legítima al régimen de Bashar al Assad.
"Es cierto que los rusos y los sirios han combatido al Estado Islámico así como al Frente al Nusra, pero una proporción muy grande de los ataques han ido dirigidos a una oposición siria legítima que solo buscaba salvar a su país de Bashar al Assad", ha declarado Brennan ante el Senado.
El 30 de septiembre de 2015 Rusia comenzó una operación aérea en Siria para detener la expansión de grupos yihadistas. La ofensiva duró cinco meses y medio y, según el Ministerio de Defensa, contribuyó a obstaculizar el suministro de armas y municiones a los terroristas, cortar los principales canales del tráfico de petróleo y eliminar a miles de terroristas.