La larga lucha de Naciones Unidas por el futuro climático del planeta
- París supone el primer acuerdo universal contra el calentamiento global
- El primer paso fue la creación del Convención Marco sobre el Cambio Climático
- El Premio Princesa de Asturias reconoce la importancia de este proceso
La Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, en inglés) y el Acuerdo de París, galardonados con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2016, están estrechamente unidos y representan con toda su intensidad la lucha de la ONU contra el que, para muchos, es el principal reto que afronta la humanidad: el calentamiento global.
El camino recorrido por las Naciones Unidas hasta la Cumbre de París sienta sus orígenes en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (1992) en la que se adoptó la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Se trataba de la primera respuesta internacional contra el desafío climático, que se produjo bajo el consenso de una gran mayoría de países. Estableció entonces un marco de acción con el objetivo de estabilizar la concentración atmosférica de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) y evitar, así, interferencias perjudiciales con el sistema climático.
Desde entonces, las partes del tratado se reúnen de forma anual en una conferencia (conocida como COP o Conferencia de las Partes) para controlar y modelar la implementación de dicha respuesta. La primera de esas reuniones tuvo lugar en Berlín, en 1995. En la COP3 de Kyoto (1997) se adoptó -por 180 países- el Protocolo de Kyoto (PK), un proyecto de 15 años de duración considerado como primer paso importante hacia un régimen mundial de reducción y estabilización de las emisiones de GEI, que sentó los cimientos para posteriores acuerdos internacionales sobre el cambio climático.
La COP11 de Montreal (2005) marcó la entrada en vigor del PK -apoyado por 141 Estados firmantes- y sirvió de marco para la primera reunión de las partes del PK. La COP15 de Copenhague (2009) quedó marcada por la expectativa frustrada de que los Estados miembros lograsen un acuerdo para suceder al PK de 1997.
Christiana Figueres
Tras este fracaso, en mayo de 2010 la costarricense Christiana Figueres fue nombrada secretaria ejecutiva de la UNFCCC, nombramiento que sirvió de punto de inflexión para iniciar el camino hacia el éxito de la Cumbre de París de 2015, mostrando que una solución común a los desafíos climáticos podía servir de modelo frente a los retos del siglo XXI.
La COP17 de Durban en 2011 sirvió para marcar la pauta con la aprobación para crear un Fondo Verde para el Clima, que se convirtió en el principal instrumento financiero de la ONU para la lucha contra el cambio climático, promoviendo el desarrollo económico y la reducción de la pobreza. Desde entonces se trabajó para alcanzar un acuerdo global de peso, que llegó el pasado mes de diciembre de 2015 en la COP21 de París. A mediados de julio de 2016 la diplomática mexicana Patricia Espinosa sustituirá en el cargo a Christiana Figueres.
COP21 de París
Representantes de 195 países se reunieron en la capital francesa a finales del pasado año, con el objetivo de alcanzar un acuerdo global para luchar contra el cambio climático. El objetivo prioritario era reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, para contener el calentamiento del planeta.
El primer acuerdo universal de lucha contra el cambio climático se convirtió en una realidad, con un tratado jurídicamente vinculante para luchar contra el calentamiento global. El tratado, que pretende dar continuidad al Protocolo de Kioto, deberá gestionar la descarbonización de las economías (buscar alternativas energéticas a los combustibles fósiles), para que el incremento de la temperatura media del planeta no supere los 2ºC en 2100.
Además, asumiendo que el cambio climático es un proceso irreversible que ya está en proceso, se debe buscar la manera de gestionar a nivel mundial su impacto negativo, aun cuando no se superen esos 2ºC establecidos como límite asumible.