Narval, la importancia de un buen cuento ilustrado
- Es una editorial familiar que destaca por la calidad y el cariño que pone en sus títulos
- Uno de sus logros es vender derechos de libros de autores españoles al extranjero
Casi como los Hermanos Grimm, Narval es una pequeña editorial familiar, especializada en cuentos ilustrados, que antepone la calidad a la comercialidad, y que se arriesga promocionando a autores españoles. El resultado es que, a diferencia del resto de editoriales, que compran derechos al extranjero, Narval vende derechos a países como Corea, Francia y China. Y espera ampliar su mercado a Sudamérica.
Al frente de este proyecto se encuentra una auténtica cuentista, Mercedes Bouzo Bouzas, que tiene muy claro cómo tiene que ser un buen cuento: “Solo publicamos libros que nosotros compraríamos. Cuando me presentan un proyecto tiene que gustarme, tiene que hacerme reír, llorar… o que tenga algo especial. Y, sobre todo no queremos cuentos con moraleja, pensamos que los niños tienen que sacar sus propias conclusiones de lo que leen”.
“Por ejemplo –continúa Mercedes- uno de nuestros próximos lanzamientos es un cuento sobre el alzhéimer protagonizado por un anciano y una niña. Y es un libro que me ha hecho llorar de emoción porque el final es sorprendente”.
Cuéntame un cuento
“Siempre que me proponen un cuento para publicar –asegura Mercedes-, yo me lo leo y solo si descubro que me encantaría tenerlo lo publicamos. Ese es mi criterio. Que me encante tenerlo, aunque no sepa si se va a vender o no”.
Además, Mercedes promociona los cuentos de la mejor forma posible: Contándolos. “Cuando me preguntan en una feria por alguno de nuestros cuentos –nos comenta- yo me ofrezco a contárselo con la condición de que, si le gusta se lo lleve. Y lo hago porque me encanta contar cuentos. Aunque no obligo a nadie a comprar, pero casi siempre que les cuento un cuento se lo llevan”.
“Además –continúa- organizamos muchos cuentacuentos, presentaciones y actividades para acercar la lectura a los niños -asegura-. Incluso tenemos una red de librerías amigas, a las que llamamos cariñosamente “Librerías Narvalianas” que se han comprometido con nuestros libros y son quiénes mejor los conocen y los venden. Ellos son nuestros mejores socios”.
Cumpliendo el sueño de su hija
Narval nació en 2010 como un proyecto de su hija Eva: “Ella –asegura Mercedes- había trabajado en editoriales y no le gustaba la idea de que los cuentos fueran como las casas, que hubiera cuentos para pobres y para ricos. Por eso quería publicar cuentos de calidad pero con precios asequibles para todos. También quería que fuesen de autores españoles y que gustaran tanto a los niños como a sus padres, como las grandes historias”.
Sin embargo, Eva sólo pudo poner en marcha su sueño: “Mi hija murió y me encontré con una editorial y un montón de deudas –confiesa Mercedes-. No sabíamos qué hacer porque a mí siempre me había gustado leer pero no sabía nada sobre literatura infantil. Mis nietos también habían perdido a su padre hacía muy poco y entre todos decidimos, con el apoyo de los autores, seguir adelante hasta que pudiésemos liquidar las deudas. Incluso tuve que vender dos plazas de garaje que tenía para pagar a los autores. Pero luego, los cuentos se fueron vendiendo y siempre decíamos: “Después del próximo título cerramos”... y hasta hoy que, por lo menos, ya no tenemos deudas”.
"También me gusta pensar que estamos haciendo realidad el sueño de mi hija Eva" -concluye Mercedes-
Para hacer realidad ese sueño, Mercedes cuenta con el apoyo de un pequeño equipo en el que también está su hija Patricia: “Ella es ilustradora y tiene la decisión final a la hora de elegir a los ilustradores que trabajan para nosotros. También es la encargada del arte final de los libros”.
“Queremos que nuestros cuentos lleguen a todo el mundo”
“Ahora mismo –asegura Mercedes- el mercado nacional ya lo tenemos controlado, así que nos estamos centrando en vender derechos a Corea, Francia, Japón… En España hay grandes editoriales de libros infantiles, pero casi todas publican libros que ya han triunfado en el extranjero, no arriesgan”.
“Nosotros -continúa- queremos hacer justo lo contrario, queremos que nuestros cuentos lleguen a todo el mundo, llevando a los autores españoles a otros mercados. Por eso nuestro próximo objetivo es ir a la Feria de Guadalajara, en Méjico, una de las más importantes en libros infantiles, pero ahora estoy un poco delicada de salud”.
Los últimos títulos de la editorial
El cuidado que pone en cada título hace que Narval sólo publique unos siete u ocho libros al año. “Nuestro último libro –asegura Mercedes- es Osa, de José Ramón Alonso y Lucía Cobo. Es un libro muy especial porque el escritor es un biólogo y catedrático de la universidad de Salamanca; y junto a la ilustradora ha conseguido un libro maravilloso que une el ciclo de vida de la osa con el de la naturaleza que la rodea, explicando las dos cosas a la vez de una forma casi mágica”.
“También –añade la editora- hemos publicado Narices, un divertido cuento de José Antonio Ramírez Lozano y Marta Balmaseda que cuenta cómo las narices de la gente huyen de repente hartas de tener que oler olores desagradables, y cómo los humanos consiguen recuperarlas. Es muy divertido y se está vendiendo muy bien. Es muy probable que tengamos que reeditarlo en breve”.
“Sin olvidar Cómo tener ideas, de Sofía Rhei y Marc Gras Cots, un cuento que explica a los niños cómo ejercitar su imaginación para no quedarse sin ideas, o Un dragón llamado Zipo, de Elena Queral, para los más pequeños”
“También tenemos el cuento Operación Frankenstein, de Fermín Solís, en el que tres niños intentan construir su propio monstruo. Muy apropiado porque ya sabéis que la creación de Mary Shelley celebra estos días su 200 aniversario”.
“Incluso –añade Mercedes- hemos publicado un cómic: Glup, de Daniel Piqueras Fisk, sobre una niña que siente una irresistible atracción por el mar. Tenía mis dudas porque no habíamos sacado ninguna novela gráfica pero también está siendo un éxito”.
"Sin olvidar nuestros títulos de narrativa como Las maletas encantadas, de Joan Manuel Gisbert (Premio Nacional de Narrativa Infantil y Juvenil) o La puerta pequeña de Carlo Fabretti (Premio Barco de Vapor)".
“Nuestra intención –concluye Mercedes- es que cualquiera que se lleve un libro de Narval, lo guarde como un pequeño tesoro. Y creo que lo estamos consiguiendo”.