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La paz en Colombia, 50 años y 300.0000 muertos después

  • Gobierno colombiano, FARC y mediadores, firman la paz en La Habana
  • Medio siglo de conflicto deja millones de afectados
  • Entre dudas y con alivio, población e instituciones acogen el acuerdo

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Una pareja de ancianos camina en Cali, Colombia, frente a una corona fúnebre con el rótulo "Adiós a la guerra"
Una pareja de ancianos camina en Cali, Colombia, frente a una corona fúnebre con el rótulo "Adiós a la guerra"

El comunicado nº 75 fechado este miércoles en La Habana habla, por fin, de un alto el fuego bilateral definitivo, aunque no inmediato. No pasa nada. Este acuerdo ya se ha retrasado unos tres meses con respecto a lo deseado por el gobierno de Bogotá... Y no ha pasado casi nada. Sobresaltos, alguno, sobre todo con el ELN. Y si en la espera no saltan más chispas y se cumplen las expectativas, en dos meses se podrá celebrar la paz.

Las millones de víctimas y desplazados de un conflicto que sobrepasa el medio siglo llevan mucho tiempo esperando con calma... a la calma ¿Qué más da otros 60 días? Aún tienen flecos que recortar el equipo del presidente Juan Manuel Santos y los negociadores de la guerrilla de las FARC, que este jueves en La Habana dan a conocer los detalles de este último paso rodeados de los mandatarios de los países observadores -Chile y Holanda- y de otros que han venido acompañando a las partes en todo el proceso.

Desde la distancia que marcan las redes, Charles Rodríguez -de Santiago de Cali- retuiteaba enseguida el hashtag lanzado por la guerrilla en su cuenta de Twitter: #FinDeUnaGuerra. "Es histórico lo que hacemos hoy por nuestro país", escribía. Rocío Mendoza -psicóloga de Barranquilla, coordinadora de un movimiento ciudadano-, más sentida: "Pensé que no me tocaría ver esto. (...) Una gran emoción llena mi corazón".

Acuerdo "definitivo" de paz entre Colombia y la guerrilla de las FARC

Mensajes ciudadanos, en general positivos

Daniel Samper, columnista de la revista Semana, ha dicho que "por malo que haya sido" el gobierno de Juan Manuel Santos, si el presidente "consigue que mis hijas crezcan en un país sin las FARC armadas, le agradeceré toda la vida".

Para otro periodista, Daniel Coronell, "tendremos que trabajar mucho todos, pero este es un enorme paso en la dirección correcta. Podemos vivir en paz". La exsenadora y conocida defensora de Derechos Humanos Piedad Córdoba ha publicado un tuit en clave muy optimista: "Hoy es un día maravilloso. ¡Que Viva Colombia!!!!"

Pero también están los que han estado y seguirán estando en contra del acuerdo. No digamos ya los "uribistas" seguidores del expresidente colombiano.

Las dudas que persisten, y las preguntas sin resolver

Bien es cierto que persisten muchas dudas y, en estos últimos momentos de negociaciones, relacionada especialmente con las llamadas "zonas de concentración", áreas temporales y alejadas de la frontera -aprobadas por ley- en las que permanecerán los 7.000 guerrilleros de las FARC tras la firma definitiva.

Son polémicas porque en ellas quedarán suspendidas, por ejemplo, las órdenes de captura que pesan sobre muchos de ellos, aunque todos tendrán que estar debidamente identificados.

Tanto Carlos Julio González, gobernador del Huila, como el de Sucre, Édgar Martínez Romero, han planteado, por ejemplo, realizar antes una consulta ciudadana. Camilo Romero, al frente de la gobernación de Nariño, no ha dejado de recordar que la suya es una provincia "golpeada, donde aún reside el dolor del conflicto", pero se ha mostrado a favor del diálogo y la paz y, por tanto, de lo que se acuerde en Cuba.

Sorel Aroca, gobernadora del Putumayo, hasta hace bien poco no estaba nada de acuerdo en establecer esas "zonas de concentración" en su territorio: "¿quién va a ejercer el control social, el control territorial?", se preguntaba. "En nuestros territorios hay autoridades indígenas, gobiernos propios, ¿eso se va a desconocer en el marco de ese acuerdo?"

Hay, claro, preguntas sin resolver. Este jueves, quedarán menos. Y los negociadores, en el marco del anuncio, hablarán aún más de paz. La realidad, habrá que verla. León Valencia, director de la "Fundación Paz y Reconciliación", ha querido resumirla en un texto escueto que ha lanzado a las redes: "Durante el día nos dedicaremos minuto a minuto a celebrar y comentar el fin del conflicto y en la noche... a ver fútbol".

Sí, lo llaman normalidad.