Polarización, 'sorpasso', pactos, debate ideológico... las claves de la campaña del 26J
- PP y Podemos han tratado de polarizar la campaña situándose como rivales
- PSOE ha sido muy duro con Iglesias, que no ha entrado en sus críticas
- No todos los partidos desvelan su estrategia de pactos tras las elecciones
- Rajoy entra de lleno en la campaña televisiva y los mítines pierden relevancia
- Rajoy, Iglesias y Rivera cierran la campaña en Madrid; Sánchez, en Sevilla
A las 00:00 de este viernes se pondrá punto y final a la campaña electoral de este 26J. Solo medio año después de las pasadas elecciones generales, los candidatos han tenido que afrontar otros quince días en los que pedir el voto a unos ciudadanos algo cansados de mítines, actos electorales, entrevistas en televisión, radio, prensa y hasta por Whatsapp, redes sociales, paseos de candidatos y debates.
Ha sido una campaña con pocas propuestas concretas. Los partidos han repetido casi con exactitud sus programas electorales y ahora el objetivo no era tanto decir qué programa se va a aplicar en caso de llegar a La Moncloa sino cómo, con quién y de qué forma se pretende llegar al gobierno tras las elecciones.
Las palabras 'sorpasso', polarización y pactos compiten en protagonismo en una campaña en la que la sombra de unas terceras elecciones no se ha disipado del todo.
Estas son las diez claves de esta campaña electoral:
Polarización PP-Podemos marcada por el posible 'sorpasso'
PP y Unidos Podemos han jugado durante estas dos semanas a la polarización, agarrándose a unas encuestas que sitúan al PP como el vencedor de las elecciones y a Podemos como segunda fuerza política en España, relevando al PSOE a un tercer puesto. El 'sorpasso', temido por el PSOE y anhelado por Podemos, ha sido uno de los 'leitmotivs' de la campaña, sin duda alguna.
Los 'populares' han cambiado a su enemigo histórico y han situado en el lado de "los malos", como el propio Mariano Rajoy asegura, a la formación de Pablo Iglesias. El líder y candidato de los morados ha recogido con gusto el guante de adversario principal del PP y prácticamente ha ignorado al PSOE en cada acto electoral, lanzando todos sus dardos contra el PP.
PSOE y Ciudadanos han tratado de romper en todo momento esta dinámica del 'cuerpo a cuerpo' entre PP y Podemos. En el caso de los socialistas, para situarse en el lugar que creen que les corresponde y no perder la hegemonía de la izquierda; y en el de C's, que repetiría como cuarta fuerza según todos los sondeos, para ser decisivos en un tablero político donde los movimientos reales comenzarán el próximo lunes.
Los pactos, en el centro de la campaña
Movimientos que, en algunos casos han sido desvelados y, en otros, no. PP y Podemos han dicho lo que van a hacer: el primero tratar de alcanzar un pacto con PSOE y C's en forma de gran coalición, aunque no descarta hacerlo en minoría si es la lista más votada; y el segundo, buscar un 'pacto de izquierdas a la valenciana' con socialistas, confluencias y Compromís.
Salvo sorpresa mayúscula, se repetirá un escenario electoral sin mayorías absolutas, lo que hará imprescindible pactar. No son tan claros con respecto a los pactos postelectorales ni PSOE ni C's.
Los socialistas han tenido que responder decenas de veces cada día a la pregunta del millón: ¿Si hay 'sorpasso' y quedan terceros, facilitarán un gobierno de Mariano Rajoy o investirán a Pablo Iglesias presidente? La respuesta, siempre la misma: "No va a haber 'sorpasso'" y "no haremos presidente ni a Rajoy ni a Iglesias". Y ante la posibilidad de que Pedro Sánchez pueda volver a negociar un gobierno presidido por él, insiste en la fórmula que le falló tras el 20D, esto es, la unión entre PSOE, Podemos y Ciudadanos, a la que, hasta la fecha, se oponen tanto Iglesias como Rivera. Los dos líderes de las formaciones emergentes ya consolidadas en el panorama nacional han mostrado en campaña un desencuentro y una animadversión quizá mayor, incluso, que la del bipartidismo de toda la vida.
Ciudadanos, por su parte, ha ido variando de posición. Solo muestra firmeza al rechazar de plano a Podemos en cualquier fórmula de gobierno. Ve con buenos ojos una "gran coalición entre partidos constitucionalistas" y ante la posibilidad de sumar con el PP para un gobierno de centro derecha pide la cabeza de Mariano Rajoy, aunque lo cierto es que esta posición ha titubeado a lo largo de la campaña. Rivera dijo que no era una condición 'sine qua non' la salida del actual líder 'popular'; luego, que no entraría en un gobierno con Rajoy; para finalmente sacar a la palestra a las personas con las que podría entenderse: Pablo Casado, Cristina Cifuentes o Alberto Núñez Feijóo.
Todos se erigen como el "voto útil"
Así las cosas, todos se alzan como el verdadero "voto útil". Unos a la derecha y otros a la izquierda. El duro enfrentamiento de cada uno de los bloques 'naturales', PP-Ciudadanos y PSOE-Podemos, a veces incluso más duro que con el bloque rival, ha hecho que cada uno se venda como el voto necesario.
Rajoy dice que "todo lo que no sea votar al PP, es votar a un gobierno nucleado en torno a Podemos"; Sánchez, que "solo el PSOE supone el cambio seguro de gobierno sin chantajes ni odios"; Iglesias, dando por bueno el 'sorpasso', se ha situado como "el único partido capaz de sacar al PP de La Moncloa" y Rivera se autoproclama como "el líder de la moderación" frente "a los radicales y extremistas y los viejos partidos, que ya no sirven".
El presidente del Gobierno en funciones, sabedor de que C's le puede 'robar' parte del electorado, llegó a cuantificar el error que supone, a su juicio, votar al partido naranja: "No sirve de nada en 25 provincias". Si Rajoy empezó la campaña muy duro con el PSOE y Podemos, ha cargado en la recta final duramente contra Rivera.
Sánchez no ha dejado de atacar a Iglesias, basando en eso casi toda su estrategia política. La amenaza del 'sorpasso' y la propia actitud de Podemos de mirar por el retrovisor a los socialistas ha provocado la ofensiva final del PSOE contra los morados para movilizar al dormido, por lo menos durante las encuestas, voto socialista.
La pugna por la socialdemocracia
Ya en la anterior campaña electoral para el 20D Pablo Iglesias se había situado más cerca de la socialdemocracia que del comunismo, ideología de la que ahora reniega, pero que marcó su juventud política. Su unión con IU dio más argumentos a los que le atacan por ese flanco.
Cabreo mayúsculo el que generó en el PSOE al reivindicar "el nuevo espacio socialdemócrata". Fue inmensa la avalancha de socialistas, incluidos el propio Pedro Sánchez; el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero; el exsecretario general Alfredo Pérez Rubalcaba o la líder en Andalucía, Susana Díaz, entre otros, que salieron a reclamar un espacio que consideran propio.
Por el lado ideológico es Iglesias el más atacado. Todos los partidos le recriminan sus vaivenes de ideario y sus esfuerzos por alejarse ahora de la hoz y el martillo y él se defiende asegurando que se "ha hecho mayor" y que ahora aspira a ser presidente del Gobierno y para ello no duda en ponerse una chaqueta "de corte socialdemócrata" y toma como referentes a Salvador Allende o a José Mujica.
El líder de IU y número cinco por Madrid de Unidos Podemos, Alberto Garzón, tiene tan claro que él es comunista como que Iglesias no lo es: "Si lo fuera no estaría en Podemos, estaría en IU".
Debate a cuatro entre los principales candidatos
Aunque la campaña arrancó oficialmente el viernes 10 de junio, el pistoletazo real fue el lunes posterior con la celebración del único debate a cuatro entre los cuatro principales candidatos. Un debate muy madrugador dentro del periodo de campaña.
En un encuentro inédito, se enfrentaron 'cara a cara' Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera. Los tres últimos ya lo hicieron en la anterior campaña electoral. Rajoy participó en el encuentro más esperado de toda la campaña en el que las altas expectativas quedaron solo en eso, expectativas.
Ninguno salió a arriesgar ni a ser el claro vencedor. El objetivo fue no cometer grandes fallos y poca, o ninguna luz, se arrojó sobre el escenario postelectoral de acuerdos que tendrán que llegar sí o sí.
PSOE y Ciudadanos ni se rozaron durante el debate y ambos denunciaron un pacto de no agresión entre PP y Podemos. Hasta once veces recordó Pedro Sánchez a Mariano Rajoy y a Pablo Iglesias que votaron juntos en su contra en el debate de investudura. La teoría de la pinza ha sido una de las principales ideas fuerza del PSOE durante toda la campaña. Mientras, Rajoy trató de venderse como un buen gestor y sacó a pasear datos macroeconómicos e Iglesias se erigió como quien le apeará del gobierno.
Y si el debate a cuatro aclaró poco el futuro político, el único debate a siete entre los principales partidos con grupo en el Congreso, celebrado en TVE, también puso de manifiesto las grandes distancias y posturas irreconciliables.
Cataluña, en el centro de las negociaciones
El encaje de Cataluña en España siempre tiene asegurados minutos de campaña. Cada partido aprovecha muchos momentos en mítines, entrevistas y demás actos para presentar su modelo territorial.
El referéndum en Cataluña, que defiende Podemos, fue un escollo en la negociación con el PSOE tras el 20D y, aunque el partido morado lo sigue defendido como la mejor opción, su última propuesta para alcanzar un acuerdo de gobierno con el PSOE es sacarlo de la mesa de negociación.
Sánchez ha reiterado, por activa y pasiva, que "jamás" negociará con un partido que quiere romper la soberanía nacional y que defiende el derecho de autodeterminación de Galicia, País Vasco y Cataluña. Y sigue abogando por su modelo de Estado federal.
PP y Ciudadanos, por su parte, se presentan como los partidos que más defienden la unidad de España, pero los naranjas echan en cara a los 'populares' haber enconado el problema con su actitud durante años.
Los candidatos se 'desnudan' en TV y en las redes
La anterior campaña marcó un antes y un después de las campañas electorales en España por el protagonismo absoluto de la televisión como plataforma para colar los mensajes políticos. Pablo Iglesias y Albert Rivera, en parte candidatos fruto de la televisión, eran los reyes del formato. Sánchez se subió al carro en el 20D y, aunque Rajoy se vio obligado a sucumbir, en parte, a los encantos catódicos, ha sido en esta campaña en la que ha entrado para ser uno más en los platós.
Todos se han dejado entrevistar por niños y hasta por hormigas, y han acudido a entrevistas en diferentes programas, formatos y cadenas. Inimaginable era, hace un tiempo, que los candidatos hablaran de sexo en televisión y en plena campaña. Pero el desnudo, metafórico, del político ahora es casi absoluto y todo vale para arañar votos. Quieren ser simpáticos, amenos, divertidos, ingeniosos, cercanos y ocurrentes. Pero también presidenciables. Unos se quitan la chaqueta y la corbata, a ratos; y otros, ahora, no se quitan de encima la corbata.
Los platós van robando más y más espacio a los tradicionales mítines y, aunque los candidatos siguen cuidando a su militancia en esos encuentros, son conscientes de que los indecisos- el 32,4% según el CIS- no van a sus actos pero sí están viendo la televisión. Han sido mítines austeros, sin grandes plazas en las que hacer demostraciones de fuerza. El que menos ha dado Pablo Iglesias, que centra en los medios, casi en exclusiva, su estrategia. PP y PSOE siguen siendo más tradicionales y casi a diario han tenido acto de partido matutino y vespertino. Y Rajoy, a pesar de llevarse algún susto en la anterior campaña, es el que más sale a la calle en campaña. Sus paseos electorales son una de las principales estrategias de los 'populares'.
Sabedores de la importancia de las redes sociales y de los youtubers para llegar al votante más joven, Sánchez, Iglesias, Rivera y, en este caso, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, han participado en la iniciativa del youtuber Rush Smith, en colaboración con TwitterPolítica y Youtube, mostrando su lado más gamberro.
En la guerra viral, el equipo de redes de Alberto Garzón simpre destaca por su originalidad. En esta campaña han lanzado la serie 'Garzón on the road', que muestra la cara B de la campaña electoral mostrando el backstage.
Los vídeos también marcan la campaña. Los gatos y las abuelas del PP, los sillones y las metáforas teatrales de Podemos, la pareja que se lía con los muebles del Ikea y las flores del PSOE, el bar y el rap de Ciudadanos...con más o menos originalidad, todos lanzan sus mensajes en este formato más elaborado. Y también, en los vídeos improvisados por la calle que, precisamente por improvisados, juegan malas pasadas. Que se lo digan a Pedro Sánchez, que se llevo un buen golpe de rama. El PP también ha querido poner música a la campaña, en forma de bachata.
Campaña sin vallas ni carteles
Ha sido una campaña sin gigantescas vallas publicitarias y sin carteles de los candidatos desplegados por las calles, pero los partidos fueron incapaces de ponerse de acuerdo en el recorte del gasto electoral. Tampoco lo hicieron con respecto al buzoneo, manteniendo así el original 'mailing' individual.
Podemos y Ciudadanos abogaron por mandar a cada vivienda un solo envío con las papeletas de todos los partidos, pero PP y PSOE se opusieron a esta medida.
En cuanto al merchandising, Podemos ha sido el más innovador con su apuesta por un programa electoral en forma de catálogo de Ikea, vendido a 1,80 euros. El objetivo era convertirlo en el programa más leido de la historia. De momento, el más comentado, sin duda.
Venezuela y Grecia, países 'invitados'
No solo de España se ha hablado en campaña electoral. Venezuela y Grecia han sido los países 'invitados' y su situación ha sido usada como arma arrojadiza contra Podemos.
La crítica situación que se sufre en Venezuela entró de lleno ya en la precampaña con la visita de unos de los candidatos, Albert Rivera, que planteó su apoyo a la oposición chavista, que controla la Asamblea venezolana, y denunció los vinculos con el chavismo de partidos como Podemos.
Horas antes de que arrancara la campaña, la esposa del líder opositor, Lilian Tintori, acudía a España a pedir ayuda. PP, PSOE y C's la arroparon, mientras que Podemos denunciaba la utilización política de la situación en Venezuela. En todas y cada una de las entrevistas le han preguntado a Iglesias si considera o no preso político a Leopoldo López. Con cierta ambigüedad, el líder de Podemos siempre dice que no le gusta que nadie esté en la cárcel por sus ideas políticas y asegura desconocer si es un golpista. También denuncia la escasa preocupación del resto de candidatos por el cumplimiento de los derechos humanos en el resto de países del mundo.
La Asamblea Nacional de Venezuela ha llegado a citar, en plena campaña, a Iglesias y a Errejón para explicar la presunta financiación ilegal de la formación política con dinero procedente del Gobierno de Hugo Chávez. Podemos recuerda que el Tribunal Supremo ha archivado, por cuatro veces, las denuncias sobre financiación ilegal.
El apoyo de Iglesias al presidente griego, Alexis Tsipras, también ha sido dardo contra Podemos. El líder del partido morado asegura no renegar de su apoyo a Syriza pero afirma que no se puede comparar la situación de ambos paises porque el país heleno es un "protectorado".
El ministro de Interior, protagonista en el final de campaña
En la recta final de la campaña, se ha colado el caso de la grabación del ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, en el año 2014 y a pocas semanas de la consulta soberanista del 9N, en la que abordaron posibles escándalos de corrupción que podían afectar a políticos independentistas de ERC y Convergència para filtrarlos a la prensa.
El candidato 'popular' ha defendido en todo momento al titular de Interior y ha calificado de "falsas" y de "bromas" las acusaciones de conspiración al Gobierno. Tampoco ve una casualidad que se hagan públicas a escasos días de las elecciones. Se ha mostrado convencido de que no afectará al resultado electoral.
Por su parte, los candidatos de PSOE, Podemos y Ciudadanos han pedido durante dos días consecutivos la dimisión del ministro y han alertado de la "gravedad" de los hechos. En la comparecencia del jefe Antifraude de Cataluña en el Parlament, este apuntó a Albert Rivera y señaló que el candidato de C's le pidió "algo a cambio" de su apoyo, extremo que fue negado por Rivera quien admite la reunión pero solo para "combatir la corrupción".
Los candidatos ofrecerán esta noche sus mítines de cierre de campaña. Todos insistirán en sus ideas principales para convencer a los indecisos y consilidar el voto de los que ya lo tienen claro. A medianoche la suerte estará echada. Otra vez.