'Independence Day: Contraataque', puro cine de palomitas
- 20 años después, los extraterrestres vuelven a intentar destruir la Tierra
- Will Smith, sustituido por Lian Hemsworth, es el único que no repite del reparto original
- Os ofrecemos un clip exclusivo de la película de Roland Emmerich, que se estrena este viernes, 1 de julio
Roland Emmerich es un niño grande y para él el cine es un juguete. Y, como a todos los niños, en el fondo, les encanta romper los juguetes. Por eso su cine es espectacular, espectacular y espectacular. Le da igual si a cambio tiene que renunciar a cualquier tipo de verosimilitud. Y por eso se ha especializado en el cine de desastres (Independence Day, Godzilla, El día de mañana, 2012...) que le ha dado muy buenos resultados en taquilla, porque en el fondo todos tenemos un niño dentro.
Aunque, como ha demostrado Pixar en los últimos años, los niños cada vez son más exigentes. Por eso este Independence Day: Contraataque no va a tener el mismo éxito que su antecesora, que recaudó más de 800 millones de dólares hace 20 años (1996) y lanzó definitivamente al estrellato a Will Smith.
Y es que la película es casi un remake de la primera con los mismos defectos: personajes planos, sentido del humor infantil, una historia totalmente predecible... y los mismos aciertos: un ritmo alocado y unos estupendos efectos especiales; a los que hay que añadir los guiños a la película original (sin duda lo mejor). Pero en estos años los espectadores hemos cambiado, somos un poquito más exigentes y cuesta más sorprendernos. Ya no nos vale con escenas espectaculares de destrucción masiva.
Independence Day: Contraataque da justo lo que promete, dos horas de efectos especiales y humor simplón, pero le falta un héroe a la altura del Will Smith de la primera parte (Liam Hemsworth no da la talla). Es una película predecible, infantiloide y lienal que puede disfrutarse si se deja la mente en blanco, pero que defraudará a los espectadores que esperen algo más. Puro entretenimiento palomitero sin mayores pretensiones que entretenernos durante dos horas, y arrasar en taquilla.
Por cierto, no os perdáis el clip exclusivo de la película con el que comenzamos esta noticia.
Todo es más grande y espectacular
Independence Day: Contraataque nos sitúa 20 años después de los sucesos de la primera parte. En ese tiempo se ha vivido una etapa de paz mundial y los distintos gobiernos de la Tierra han evolucionado tecnológicamente, intentando evitar que se produzca nuevamente una invasión alienígena. Desgraciadamente, los extraterrestres regresan más preparados que nunca. Aunque esta vez los humanos no estarán solos en su pelea, ya que contarán con un valioso aliado inesperado.
Las películas de serie B de los años cincuenta y sesenta siguen siendo la mayor influencia del cine de Emerich; aunque en esta segunda parte la obsesión del director es que todo sea más grande y espectacular. Por eso no se conforma con destruir una ciudad sino que se cargará prácticamente todo el hemisferio norte de una tacada.
Hay que destacar la secuencia de la espectacular destrucción de Londres. Y un homenaje que Emerich se hace a sí mismo con un chiste a costa de la Casa Blanca, cuya destrucción fue uno de los momentos míticos de Independence Day (1996).
Tenemos una reina Alien que parece haberse escapado de Aliens, aunque 50 metros más alta. Y también podríamos señalar como influencia a El juego de Ender, a la hora de mostrar la organización como colmena de los alienígenas.
En medio de tanta destrucción siempre hay un momento para el humor, para conducir un autocar lleno de niños por el desierto (perseguido por la reina Alien) o para arriesgar la vida salvando a algún perrito. Sin olvidar el discurso del Presidente de EE.UU. que paraliza el mundo al ser escuchado hasta en el rincón más apartado de la tierra (no olvidemos que esto sigue siendo una celebración del 4 de julio).
Otra prueba de que el tono de la película es muy infantil está en que, en dos horas de destrucción planetaria, prácticamente no vemos morir a nadie.
Un reparto de lujo
Lo que más echamos de menos de la primera película es a Will Smith (que era capaz de vencer a los alienes de un puñetazo). El actor, que si estaba en el guion original, asegura que le hubiera encantado participar, pero que no ha podido debido a problemas de agenda con el Escuadrón Suicida (que se estrena en agosto).
Así que su personaje está muerto y es sustituido por su hijo, otro apuesto militar interpretado por Jessie T. Usher (Un equipo legendario). Aunque el supuesto héroe rebelde de la película es Liam Hemsworth (Los juegos del hambre), el hermano pequeño de Chris Hemsworth (Thor) que, desgraciadamente no da la talla como protagonista. También aparece una hija del Presidente Whitmore (Bill Pullman), interpretada por Maika Monroe (It Follows).
Y es que ninguno de los personajes nuevos (y hay unos cuantos) aporta nada a la película, salvo el que tenga un reparto internacional, lo que hace que siempre se venda mejor en países como China. De ahí la presencia de la actriz Angelababy (Hitman: Agente 47), que apenas tiene un par de frases, o la francesa Charlotte Gainsbourg.
En cuanto a los actores de la original la verdad es que se lo toman con sentido del humor. Destacan Jeff Goldblum, como el científico David Levinson y Judd Hirst, que interpreta a su alocado padre. También Brent Spiner, que vuelve a interpretar al chiflado científico Dr. Brakish Okun.
Y, sobre todo, Bill Pullman, que fue uno de los primeros presidentes "guerreros" de la historia del cine, y que aquí vuelve a ser fundamental en la derrota de los extraterrestres; y que vuelve a marcarse otro discursito tan esperanzador como ridículo.
En fin, cine espectáculo en estado puro y un final abierto para una secuela (que esta vez no tardará 20 años en llegar). Aunque de momento Roland Emerich tiene otro juguete en sus manos: Moonfall, una película sobre la posible caída de la Luna en la Tierra. Y es que hay gente que nunca crecerá.