Thor, primero una mujer y ahora un muerto viviente
- Con Ragnarok, Walter Simonson vuelve al personaje que llevó a la grandeza en los 80
- Además se reedita la primera obra maestra del dibujante: Star Slammers
Cuando se habla del cómic norteamericano de los ochenta nos solemos centrar en el Watchmen de Alan Moore y el Batman de Frank Miller, dejando en segundo plano obras que son tan importantes como esas. Por ejemplo, Los Cuatro Fantásticos de John Byrne, La Patrulla X de Chris Claremont, el Iron Man de David Micheline... la lista sería interminable y en ella tendría un lugar muy destacado el Thor de Walter Simonson. Un autor que se centró en la parte mitológica del personaje (incluso acabó con su parte humana) a través de una historia-río que duró varios años y que sigue siendo la más alabada de toda la trayectoria del personaje.
Desde hace un tiempo los fans se frotaban las manos con los rumores de que Simonson podía volver a ocuparse del Thor de Marvel, pero actualmente la colección atraviesa una gran etapa en la que Thor no es digno de sujetar el martillo y su lugar como Dios del Trueno ha sido ocupado por su exnovia, Jane Foster. Por eso Simonson ha retomado el personaje para otra editorial, IDW, devolviéndolo a la grandeza en una colección titulada Ragnarök: El último dios en pie (Panini). Por lo que ahora tenemos dos estupendas series, protagonizadas por sendos Thors, que no pueden ser más diferentes.
Además, Panini también ha reeditado, en un solo volumen, todas las historias e ilustraciones de otro de los títulos míticos de Simonson, Star Slammers: La colección completa, su primera obra importante, ya que fue su tesis de fin de carrera en la escuela de diseño de Rhode Island (1970). Una Space Opera que se adelantó siete años a La Guerra de las Galaxias, con la que tiene algunos puntos en común (Los protagonistas utilizan un enlace mental, una especie de "fuerza mental", para ser más efectivos en el combate).
El regreso del mejor Simonson
Ragnarök: El último Dios en pie (Panini) nos devuelve al mejor Simonson. Lo primero que comprobamos es que, a pesar de que han pasado 30 años desde Thor, su dibujo sigue siendo tan espectacular y moderno como siempre. Además, se nota que disfruta con las historias mitológicas, aunque su mitología siempre ha tenido mucho de Ciencia Ficción. Destacar sus elegantes composiciones de página y su uso de las onomatopeyas como un elemento gráfico y narrativo más, algo que ya es marca de la casa. El color de Laura Martin es el complemento ideal para unas páginas espectaculares.
Lo segundo, y más destacable, es que sigue siendo un gran escritor y un apasionado de la mitología nórdica, por lo que la historia nos mantiene siempre en vilo, alternando los momentos introspectivos, en los que vamos conociendo a este nuevo Thor, con algunas secuencias de acción espectaculares.
Además, lejos de acomodarse, el autor ha rediseñado los personajes, con algunas sorpresas realmente magistrales, como convertir a Thor en una especie de Zombi, con un aspecto muy alejado de su aspecto de dios perfecto de los tebeos.
'Ragnarök', el final de los dioses nórdicos
El título del cómic, Ragnarök, se refiere al apocalipsis de la mitología nórdica, cuando todos los dioses de Asgard fallecen en una espectacular batalla final contra las fuerzas del mal. Un final que siempre ha sido uno de los temas recurrentes de la serie de Thor y que se convirtió en el centro de la etapa de Simonson en los 80. Una etapa que tenéis recogida, íntegramente, dos tomos de la colección Marvel Heroes, de Panini.
Pero ahora Simonson no nos cuenta el Ragnarök, sino lo que pasa varios siglos después de ese final de los dioses, cuando Thor despierta convertido en un no muerto, un "draugr' con aspecto de zombi cadavérico. Ayudado por su martillo Mjolnir, debe averiguar qué ha pasado en los Nueve Reinos en su ausencia, comprobar si es el único dios que ha vuelto a la vida, recuperar su poder y poner orden en un mundo caótico.
Y tendrá que enfrentarse de nuevo a los que fueran los grandes enemigos de la etapa de Simonson en el Thor de los 80, Los Elfos Oscuros y Surtur, el gran demonio de fuego que fue el causante del Ragnarök.
Una colección que ya figura entre nuestras favoritas de la actualidad.
'Star Slammers'
Comprobar la evolución como artista de Simonson es muy fácil ya que también se publica su primera gran obra Star Slammers: La colección completa (Panini), a la que ha estado íntimamente ligado durante casi 50 años, ya que creó a los personajes como tesis de fin de carrera de la Rhode Island School of Desing donde estudió.
El cómic cuenta la historia de una raza, los Star Slammers, capaces de disparar, luchar y matar mejor que nadie, que decide usar ese talento como mercenarios, convirtiéndose en una especie de Equipo A, experto en misiones suicidas. En muy poco tiempo, Star Slammer se convirtió en una de las primera novelas gráficas de Marvel, en un momento en que experimentaba con nuevos formatos, y en un éxito instantáneo.
Este tomo recoge esa mítica novela gráfica y, por primera vez desde que las publicó en forma de fotocopias, las historias originales de los 70, tal y cómo fueron concebidas y ejecutadas; lo que nos da la oportunidad de comprobar cómo evolucionó el estilo de Simonson hasta ser uno de los más reconocibles y reconocidos de la industria del cómic.
El origen de los Star Slammers
En la introducción del tomo, el propio Simonson nos cuenta cómo nació la historia, en 1969, cuando se hizo miembro de la Washington Science Fiction Association, una asociación que quería albergar la World SF Convection de 1974. Como parte de la campaña, a Simonson se le ocurrió hacer un serial que giraría alrededor de un puñado de mercenarios espaciles a quienes habían contratado para destruir Washinton D.C. en el 74. Una idea que bautizó como Space Slammers.
El proyecto original era dibujar una serie de capítulos de una sola página, desarollando la historia durante los dos años que faltaban para la votación. Mientras, Simonson volvió a la Escuela de diseño y al final el proyecto también se convirtió en su tesis de final de carrera.
Finalmente, el club ganó la votación y la convención se celebró en Washington. Simonson se licenció y se llevó las páginas de lo que sería Star Slammers cuando fue a Nueva York a pedir trabajo en 1972. Nada más llegar a DC Comics le dieron un guion para dibujar y el resto es historia, en poco tiempo se convertiría en una de las grandes estrellas del cómic norteamericano, primero en DC y luego en Marvel.
Y Star Slammers es la obra en la que desarrolló el estilo gráfico y narrativo con el que llegó a lo más alto del cómic.
Dos grandes obras de uno de los mejores autores de toda la historia del cómic norteamericano.