Marcar la 'X' solidaria en la renta, un gesto que cambia la vida de millones de personas
- Siete millones de personas se benefician de la X solidaria en el IRPF
- Permitirá a las ONG poner en marcha 1272 programas de ayuda
- Todavía un 46% de los contribuyentes no marcan la X solidaria
Si eres una mujer separada y tienes a tu cargo a un hijo autista de 18 años, la vida no es nada fácil. Es el caso de Montse Heras, madre del joven César, un chico que necesita atención las 24 horas del día.
“No hay tregua”, dice Montse, “Es un estrés continuo que se prolonga en el tiempo y desgasta muchísimo. A mí me cuesta pararme hasta a pensar”.
Para ayudar a personas como Montse, y a familias que tienen a su cargo a una persona con discapacidad intelectual, la asociación Plena Inclusión mantiene un programa de apoyo a familiares que se financia con cargo a la X solidaria de la declaración de la renta.
Respiro para los familiares
Cada vez que lo necesita, Montse acude a este servicio para que durante unas horas se hagan cargo de César: bien porque ella tiene que acudir a una cita médica. hacer una gestión, cubrir un imprevisto o simplemente porque necesita un descanso.
Lo llaman “tomarse un respiro”. De esta iniciativa se han beneficiado ya 1.866 familias. El programa de ayuda incluye también grupos de apoyo emocional, charlas de orientación familiar, formación y conciliación:
“Simplemente” concluye Montse “poder leer un libro sin tener que estar pendiente de a ver qué está haciendo en su cuarto, o si se ha colado en la cocina, o se ha colado en el cuarto de baño, poder descansar”.
Con el dinero de la X solidaria, casi 300 millones de euros, se financian cerca de 1300 programas como éste que ayudan a 7 millones de personas.
Programas, por ejemplo, para hacer más llevadera la espera en el hospital cuando vuelven a consulta niños que han sufrido un trasplante de corazón, o que permiten encontrar un hogar a personas sin techo y a partir de ahí empezar una nueva vida, o que ayudan a desempleados de larga duración a poner su propio negocio cuando ya pensaban que nunca más volverían a tener un empleo.
Cruz Roja ayuda a encontrar trabajo
Al filo de los 50 años Felipe Gómez se quedó sin el trabajo que realizaba como camionero para una empresa de materiales de construcción. De joven había sido frutero y trabajaba para grandes superficies.
Sin embargo, como muchos de nosotros, era un completo analfabeto en burocracia, no sabía por dónde empezar a montar su propio negocio. La Cruz Roja salió en su rescate, no en ambulancia, sino orientándole sobre los pasos que debía dar, facilitándole el papeleo y ofreciéndole una pequeña ayuda para pagar el primer alquiler.
“Cuando abres un negocio” nos cuenta “al principio no sabes a dónde tienes que ir ni qué papeles tienes que hacer, estaba en blanco”.
El Programa de Autoempleo de Cruz Roja Española se financia en gran parte gracias a la contribución de los ciudadanos vía X solidaria del IRPF. Como Felipe, otros muchos pueden empezar de nuevo su vida profesional:
“Desempleados de larga duración, mujeres víctimas de la violencia de género, familias que tienen a todos sus miembros en paro” enumera Cecilia Ríos, coordinadora de este proyecto.
La casilla social y la de la Iglesia no son excluyentes
A pesar de todo, todavía hay 9 millones de contribuyentes, un 46% del total, que no marcan la casilla de la X solidaria.
Un 30% no marca ninguna casilla y un 16% tan solo marca la casilla de la iglesia. Muchos no saben que la ayuda social y la de la Iglesia son complementarias, no excluyentes: si marcas las dos, en vez de un 0,7%, tu contribución sube al 1,4%.
“Además” recuerda Estrella Rodríguez, presidenta de la Plataforma de ONG de Acción Social, “marcar cualquiera de las dos casillas no cuesta más dinero, tienes que pagar lo mismo o te van a devolver lo mismo, y sin embargo es una forma de fijar el destino de tus impuestos”
Si esos nueve millones de contribuyentes que no marcan la casilla de la X solidaria lo hicieran, se podrían financiar mil nuevos programas de ayuda y hasta duplicar el número de beneficiarios y elevarlo a 14 millones de personas. Personas para las que ese pequeño gesto de hacer una X en el IRPF es una cuestión de supervivencia.