'Fobias', una comedia de enredos y personajes histriónicos

• Es una obra de Carlos Sánchez Lequerica dirigida por Rebeca Ledesma
• Un doctor poco ortodoxo trata de curar las peculiares fobias de los personajes
• Estará en cartel hasta el 27 de julio en el Teatro Lara de Madrid

Un momento de la representación de 'Fobias' en el Teatro Lara de Madrid.

Un hombre entra a la consulta de un psiquiatra. En lo que va de camino de la puerta hasta que toma asiento le ha dado tiempo a robar unas cuantas cosas. Es concejal. Y cleptómano. Y no lo sabe, pero está a punto de ser tratado por un doctor cubano de lo más inusual.

Así comienza Fobias, la última apuesta del madrileño Teatro Lara,  una obra de Carlos Sánchez Lequerica dirigida por Rebeca Ledesma. Estrenada el pasado día 22 y en cartel todos los jueves hasta el 27 de julio, se trata de una comedia de enredos que trae el humor absurdo de la mano de los personajes más histriónicos a imaginar.

Los pacientes, con personalidad múltiple o miedo a la opiniones sobre su propia persona, tendrán que soportar a una extraña enfermera dominatrix y volverán loco a un doctor poco ortodoxo que hará todo lo posible por conquistar a una peculiar “mujer de rojo”.

Un ejercicio de comedia ligera y sin complicaciones

Fobias es una interesante apuesta por la sencillez, por volver a la más pura comedia. Sin pretensiones trascendentales, filosóficas o pedagógicas, busca sacar al espectador una sonrisa, con el ingenio de los diálogos y el histrionismo de sus personajes, que resultan simpáticos desde el momento de salir a escena.

Aunque todos defienden sobradamente su papel, cabe destacar dentro del reparto al hombre de personalidad múltiple (¡ni más ni menos que seis!), con su espectacular capacidad de transformación tanto con su cuerpo como con sus gestos y, sobre todo, su potente (y cómica) voz.

Algo de crítica hay, sí. Pero poquita. ¿Cómo no aprovechar el momento político actual, el auge de la corrupción en las noticias y el desprestigio de los mandamases? Son pocos pero muy acertados los guiños sobre esta cuestión a lo largo de la obra, encarnados, cómo no, en el personaje del concejal cleptómano.

Pero, aunque la comicidad funciona, hay momentos en los que la trama se vuelve repetitiva, con los mismos conflictos, con los personajes entrando en ellos y saliendo una y otra vez. Porque, a pesar de que el comienzo y el final son potentes, al desarrollo le faltan giros en el guión que impulsen los puntos de interés necesarios para evitar que llegue a hacerse monótono en algunos momentos.

Con todo, Fobias resulta una buena opción para pasar un rato agradable y divertido de evasión, de conectar con la locura de los protagonistas y compadecerse de ellos. Una buena opción, en definitiva, de levantar el ánimo y salir del teatro con una sonrisa.