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Eduardo Cunha renuncia a la presidencia de la Cámara Baja de Brasil

  • Cunha fue suspendido de sus funciones en mayo por corrupción
  • Su renuncia obligará a convocar nuevas elecciones para ese cargo
  • Las claves del juicio a Dilma Rousseff que desgarra Brasil

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El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, en una sesión parlamentaria
El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, en una sesión parlamentaria.

El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, suspendido de sus funciones por sospechas de corrupción, ha renunciado este jueves a ese cargo pero no al escaño, que aún así puede perder en un proceso abierto por el órgano legislativo.

"Solamente mi renuncia puede ayudar a estabilizar la Cámara", presidida en forma interina por el legislador Walter Maranhao, que no cuenta con el apoyo de los diputados, ha declarado Cunha en una rueda de prensa, con la voz quebrada y al borde de las lágrimas.

En diciembre pasado, aún como presidente de la Cámara Baja, Cunha aceptó a trámite las acusaciones que llevaron a un juicio político contra la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que fue suspendida de sus funciones el pasado 12 de mayo y desde entonces es sustituida por su entonces vicepresidente, Michel Temer.

Cunha: "Tengo la conciencia tranquila"

Cunha hizo alusión a ese asunto y ha asegurado que, desde que puso en marcha el trámite que llevó a instaurar el juicio contra Rousseff, ha sufrido una "persecución" que, incluso, ha afiormado que fue la causa que llevó a la Corte Suprema a suspenderlo del ejercicio de su cargo mientras le juzga por supuesta corrupción.

"Tengo la conciencia tranquila", pues "contribuí a que el país esté mejor y a librarlo de un Gobierno criminal", que "hundió en el caos a la sociedad brasileña", declaró en alusión a la gestión de Rousseff.

"Libramos a Brasil de un Gobierno que cometió crímenes de responsabilidad y que era inoperante. Todo eso me enorgullece", ha apuntado.

La sombra del caso Petrobras

Cunha ha subrayado su "confianza" en la justicia brasileña, y ha reiterado que demostrará su inocencia y que no tuvo participación alguna en las corruptelas detectadas en la estatal Petrobras, que configura la base de las acusaciones en su contra.

La renuncia de Cunha a la presidencia de la Cámara Baja obligará a convocar nuevas elecciones para ese cargo,  que desde su suspensión está en manos del diputado Maranhao,  rechazado por la gran mayoría de los parlamentarios.

Esa falta de sintonía entre Maranhao y los miembros de la Cámara Baja mantiene casi paralizados los trabajos legislativos, lo cual, según Cunha, podrá remediarse con su renuncia y una nueva elección interna en ese órgano.

Cunha, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que encabeza Temer, ha agradecido a esa formación el "apoyo" y deseó "el mayor éxito" al Gobierno del presidente interino, que será confirmado en el cargo si Rousseff fuera finalmente destituida en el proceso que concluirá a fines del próximo agosto.