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'600 millas': tras el tráfico de armas en la frontera de México y EE.UU.

  • Gabriel Ripstein debuta en la dirección con un contundente drama realista
  • Tim Roth protagoniza una historia metafórica de los dos países norteamericanos
  • RTVE.es entrevista al cineasta mexicano

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Tráiler de '600 millas'

La frontera entre México y EE.UU. es escenario inagotable de películas sobre inmigración y tráfico de drogas. Una temática con que ya empieza a definir sus estereotipos de subgénero. Como reacción a esos tópicos, el cineasta Gabriel Ripstein debuta en la dirección con 600 millas, una pequeña historia centrada en el tráfico de armas desde EE.UU. a los cárteles mexicanos, con la que obtuvo el premio a la mejor ópera prima del festival de Berlín de 2015 y que el 15 de julio se estrena en España.

600 millas acompaña a dos personajes en un viaje fronterizo de ida y vuelta. Arnulfo Rubio (Kristyan Ferrer) es un adolescente que transporta armas a México aprovechando la facilidad con la que se pueden adquirir en EE.UU. “Viví en EE.UU. muchos años y empecé a ver la relación de absoluto amor que tienen con las armas”, explica Ripstein en una entrevista con RTVE.es. “Al mismo tiempo, en mi país, hay zonas donde prácticamente se vive una guerra, pero las armas que emplean vienen en su mayoría de EE.UU. y me llamaba mucho la atención que se hablara mucho de narcotráfico, pero no del tráfico de armas”.

Al otro lado, Hank Harris (Tim Roth) es un veterano agente de la ATF (Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) que investiga a Arnulfo. Ripstein se documentó a fondo sobre el operativo de la ATF Fast and furious, puesto en marcha en 2009, que quería seguir el rastro de las armas compradas para llegar a los capos y no quedarse solo en los straw buyers o compradores de paja que iniciaban el proceso.

“Tuvo resultados desastrosos y se perdieron en México 2000 rifles de asalto”, recuerda Ripstein. “Quería hablar de la complejísima relación que existe en México y EE.UU.: dos países que se necesitan, se odian y se aman. De alguna forma, esos dos personajes inevitablemente encarnan el lugar del que vienen”.

El hijo 'rebelde' de Arturo Ripstein

Hijo del gran director mexicano Arturo Ripstein, Gabriel siempre quiso ser cineasta, pero la rebeldía adolescente conspiró contra sus sueños. “Decidí ir en otra dirección y me volví economista y consultor de negocios, unas cosas aburridísimas. Fue cobardía no empezar a dirigir más joven”, dice y reconoce que, si algo ha heredado de su padre, es el uso del plano secuencia.

Ya pasados los 40, su sueño ha tomado forma apoyado por una cuadrilla del cine mexicano que forma junto a Michel Franco (que ya colaboró con Tim Roth en Chronic) o el venezolano Lorenzo Vigas (cuya película ganadora en Venecia, Desde Allá,  producen Franco y el propio Ripstein) con los que comparte una narrativa realista, austera y contundente.

“Justamente lo que no quería era una película arquetípica más del criminal mexicano y policía estadounidense. Hice una propuesta en la que no le doy al espectador todo definido. La estructura y la relación de personajes obedecen más a la realidad, donde las personas entran y desaparecen sin más”, explica.

Pese al realismo y los casi simbólicos personajes, Ripstein defiende que no busca una película política ni de denuncia. “Dudo mucho que el cine pueda cambiar el mundo, soy muy escéptico con la ficción que busca dar un mensaje. Para mí el cine tiene otras funciones: buscar las emociones de la gente, perturbarlos o divertirlos. Lo que sea”.