Fracasa el golpe de Estado militar contra Erdogan en Turquía
- Miles de personas frenaron el levantamiento enfrentándose a los militares
- El presidente Erdogan pidió al pueblo turco que tomase las calles para resistir
- Los soldados rebeldes lograron tomar durante varias horas instalaciones clave
- Al menos 181 personas han muerto, 20 de las cuales eran golpistas
- Así hemos contado minuto a minuto el golpe de Estado en Turquía
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Turquía ha sufrido este viernes un intento de golpe militar que ha puesto contra las cuerdas durante varias horas al Gobierno democrático y al presidente Recep Tayyip Erdogan, que ha llamado al pueblo turco a salir "a las plazas" para resistir ante los soldados rebeldes, al igual que todos los partidos de la oposición, lo que ha sacado a miles de personas a las calles hasta hacer fracasar el levantamiento. "Ningún poder está por encima de la voluntad popular", ha proclamado Erdogan tras el golpe, cuando ha regresado a Estambul aclamado por sus partidarios y ha prometido purgar el Ejército.
[Así hemos contado minuto a minuto el golpe de Estado en Turquía
La intentona golpista se ha saldado con al menos 265 muertos, de las que 104 serían golpistas, según el último balance difundido por fuentes oficiales turcas, lo que lo convierte en uno de los golpes más sangrientos en la historia de la República. El primer ministro, Binali Yildrim, ha informado además de que más de 2.800 militares han sido detenidos por su presunta implicación en la asonada.
El Servicio de Inteligencia de Turquía (MIT) ha dado por fracasada la intentona golpista en torno a las 2:30 horas del sábado (1:30 hora peninsular española), aunque durante toda la madrugada han persistido los enfrentamientos entre militares leales, junto a la población civil, y los soldados golpistas. Pese a todo, Yildrim ha asegurado que la situación está "enteramente bajo control" y que los principales cabecillas del levantamiento han sido arrestados.
“Todos los partidos de Turquía deben apoyar al Gobierno democráticamente elegido“
En el fracaso del golpe ha sido fundamental el respaldo explícito del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a las instituciones democráticas, después de horas de relativa indefinición en la comunidad internacional. "Todos los partidos de Turquía deben apoyar al Gobierno democráticamente elegido", ha señalado Obama en un comunicado difundido por la Casa Blanca; posteriormente, otros países e instituciones como la OTAN y la Unión Europea han condenado el levantamiento.
En cualquier caso, la asonada ha dejado imágenes insólitas en un país con una larga tradición de golpes militares, como la de miles de personas tomando las plazas, asaltando los tanques y enfrentándose a los soldados, miembros de la que probablemente sea la institución más poderosa de Turquía. Los turcos han celebrado en las calles su resistencia, mientras los soldados eran arrestados por agentes de la Policía; incluso los periodistas de la televisión pública TRT, que ha sido tomada por los sublevados durante varias horas, han aparecido dando rienda suelta a su alegría cuando la cadena pública ha retomado su emisión.
Despliegue de tropas por sorpresa
El golpe ha comenzado a última hora del viernes con unos inusuales movimientos de tropas tanto en Estambul, donde unidades militares han cerrado los puentes que cruzan el Bósforo, como en Ankara, la capital del país, donde varios cazas han sobrevolado a baja altura la capital del país y se han escuchado disparos en torno al cuartel central del Estado Mayor, que ha sido asaltado por los militares rebeldes hasta conseguir tomar como rehén al jefe , que sería liberado horas después.
Después de un período de confusión, los militares rebeldes han emitido un comunicado en el que aseguraban haber tomado el control del país: "El Ejército se hizo cargo [de la administración] totalmente para restaurar la democracia [...]. Todos los acuerdos internacionales seguirán vigentes. Esperamos mantener nuestras buenas relaciones con todos los países".
Los soldados rebeldes han tomado algunos edificios e instituciones clave, en especial aeropuertos, como el Atatürk de Estambul, y la televisión pública TRT, que ha emitido otro comunicado militar en el que se informaba de la imposición del toque de queda y la ley marcial en todo el país antes de irse a negro.
En ese segundo comunicado, los sublevados aseguraban que el gobierno del país quedaba en manos de un "Consejo de Paz en Casa" que garantizaría la seguridad de los ciudadanos, así como sus derechos y libertades, y que se elaboraría en breve una nueva constitución, ya que, a su juicio, "el imperio de la ley secular y democrática han sido erosionado por el actual Gobierno". El comunicado calificaba al presidente Erdogan de "traidor" y le acusaba de haber establecido un "régimen autoritario del miedo".
Erdogan llama a resistir y a responder en las calles
La ausencia de Erdogan, que se encontraba de vacaciones fuera de la capital turca, en la ciudad de Marmaris, ha dado alas en un primer momento a los sublevados, aunque el presidente ha reaparecido con unas declaraciones telefónicas a la cadena de televisión CNN Turk y ha llamado a la población civil a salir "a las plazas" para hacer fracasar el golpe.
"Este golpe de Estado nunca tendrá éxito. Tarde o temprano será eliminado. Voy a volver a Ankara", añadía el mandatario. "Este evento es desafortunadamente un intento de golpe de Estado, perpetrado por un pequeño grupo dentro del ejército. Lo ha hecho por la estructura paralela que conocemos dentro del Estado", ha argumentado.
“Yo soy el comandante en jefe. Sin mi información el ejército no puede hacer nada“
"Yo soy el comandante en jefe. Sin mi información el ejército no puede hacer nada. He oído que el jefe de Estado Mayor esta detenido. Sin embargo, no sé hasta qué punto esto es verdad", reconocía el presidente. Poco después, la residencia veraniega del mandatario fue bombardeada por los golpistas, aunque Erdogan ya volaba de vuelta a Estambul.
Tras la aparición del presidente, el primer ministro también ha llamado a los partidarios del AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo) a salir a la calle y ha llamado "traidores" a los golpistas, mientras que el ministro de Justicia de Turquía, Bekir Bozdag, ha pedido a la población que saltara "sobre los tanques" para detener el levantamiento militar. Además, todos los partidos de la oposición, desde la extrema derecha hasta los prokurdos, han condenado el golpe de Estado, una unanimidad también inédita que ha dejado a los golpistas sin ningún apoyo político.
Disparos en las calles
El mensaje de Erdogan ha sacado a miles de personas a las calles en las principales ciudades turcas, desafiando el toque de queda impuesto por los militares y también la restricción de las redes sociales en internet; el epicentro ha sido la céntrica plaza Taksim de Estambul, donde una multitud de personas se ha congregado enarbolando banderas turcas.
Sin embargo, los militares rebeldes se han desplegado para controlar las principales infraestructuras e instituciones del país: en el aeropuerto internacional de Atatürk, en Estambul, varios tanques han bloqueado las entradas y las unidades militares han cerrado completamente al tráfico los dos puentes que comunican la parte europea con la parte asiática de la ciudad, la más poblada del país, .
Cuando cientos de personas han tratado de cruzar esos puentes, se han escuchado disparos y los manifestantes se han tirado al suelo, según se ha podido ver en las imágenes difundidas por televisiones privadas, como NTV; aunque las primeras ráfagas han sido al aire y la gente ha respondido con abucheos, los soldados han llegado a disparar contra la multitud.
Con todo, los enfrentamientos más graves de los que se tiene constancia se han producido en Ankara: primero, en el asalto al cuartel general del Estado Mayor, y después en la Dirección de Seguridad, que los sublevados han intentado tomar atacando con un helicóptero Sikorsky hasta por dos veces, antes de que un caza F-16 derribara al aparato. También se han escuchado disparos en torno al Parlamento, que con el golpe ya fracasado ha recibido el impacto de al menos tres proyectiles.
Los últimos focos de resistencia golpista y el regreso de Erdogan
También en Ankara, grupos de soldados rebeldes se han personado en las sedes de la cadena CNN Turk, la que ha retransmitido el crucial mensaje de Erdogan a los ciudadanos, donde se han escuchado disparos, y del diario Hürriyet. En la capital del país se han concentrado los últimos focos de resistencia golpista, que el Gobierno aún trataba de sofocar a lo largo del sábado.
“Ningún poder está por encima de la voluntad popular“
Mientras tanto, el presidente Erdogan ha regresado a Estambul, donde ha sido aclamado por una multitud de seguidores en el aeropuerto Atatürk. "Ningún poder está por encima de la voluntad popular", ha proclamado el mandatario, que ha acusado a los golpistas de conspirar "contra la solidaridad y la unidad del país".
El presidente turco también ha asegurado que los implicados en el levantamiento militar "tendrán que responder, sin importar a qué institución pertenezcan" y ha asegurado que es "un gran regalo de Dios para nosotros, porque permitirá limpiar el Ejército", tradicional bastión laico de la República. En concreto, Erdogan ha acusado a los partidarios en las Fuerzas Armadas del clérigo Fethullah Gülen, su antiguo aliado islamista y ahora rival, que permanece exiliado en Estados Unidos y que ha negado cualquier implicación.
El fallido golpe militar supone un importante refrendo para la democracia turca, defendida como nunca antes por los propios ciudadanos frente a la intervención de las Fuerzas Armadas, aunque también refuerza al propio Erdogan, criticado dentro y fuera de Turquía por su creciente autoritarismo; en cualquier caso, el país euroasiático ha escrito en este trance uno de los episodios más importantes de su historia reciente.