Una cafetería al servicio de los gatos
- La Gatoteca es un "café de gatos" que actúa como casa de acogida
- Los clientes pueden adoptar a los felinos
- Todos los animales se caracterizan por un alto riesgo de rechazo
Tiene mucho de los "cafés de gatos" que nacieron en Asia y se han extendido al resto del mundo, pero intenta ser algo más. Como en ellos, se paga por tomar un café o un refresco en compañía de estos felinos, lo que da derecho a observarlos y acariciarlos. Pero la Gatoteca funciona como una casa de acogida, y su función principal es encontrar un hogar para gatos abandonados.
La clave de este establecimiento, ubicado en el madrileño barrio de Lavapiés, está en que los clientes pueden adoptar a los felinos. Casi 150 ya han pasado por el centro, y se han producido 120 adopciones. Todos los animales, con un denominador común: un alto riesgo de rechazo, lo que para ellos es en muchos casos sinónimo de muerte.
Las causas de abandono son muy variadas. Eva Aznar, gerente de la Gatoteca, señala a la ignorancia como la más importante: "hay una gran desconocimiento de la especie y de sus necesidades. Mucha gente cree que son como los perros y no tienen absolutamente nada que ver. Meten a los gatos en sus casas sin saber lo que son".
Lo que le lleva a desmontar uno de los grandes mitos gatunos; el de su independencia. "La mayoría de las cosas que nos han vendido sobre ellos es mentira. Como lo de que son muy independientes. Viven en tu casa una media de 18 años pero no pueden elegir. No eligen qué comen, ni cuándo, ni a qué juegan, ni si le haces cariños o no... Dependen completamente de ti, de tus emociones, del tiempo que pasas en casa y del caso que les haces".
Habitualmente, los felinos llegan a este centro mediante asociaciones, protectoras y centros de adopción municipales de varios puntos de España con los que colabora. De esta manera, ayuda también a descongestionarlos.
“Poca gente llega y te dice que quiere adoptar un gato de siete años. Pero nosotros proponemos una forma diferente. “
"Preferimos recoger gatos mayores de seis meses, cuya adopción es más difícil", continúa explicando la principal impulsora de esta iniciativa que se puso en marcha a finales de 2013. "La mayoría de los abandonos se produce cuando el gato tiene entre seis meses y un año. Poca gente llega y te dice que quiere adoptar un gato de siete años. Pero nosotros proponemos una forma diferente, porque tú vienes, te tomas un café, te enamoras del gato y luego te enteras de que tiene siete años. El amor ha surgido y ya te da igual. Y lo mismo si padece alguna enfermedad. Por eso para nosotros es una forma de sacar esos casos que son más complicados".
Detrás se encuentra Abriga, una asociación concebida para proteger a los gatos. El establecimiento es su escaparate y su principal vía de financiación. "Queríamos que hubiese un fondo social. Que no fuese algo lucrativo, y pudiésemos ayudar tanto a gatos como a personas", cuenta Eva Aznar. Por eso, en el local también imparten cursos, charlas, conciertos... Por supuesto, todos ellos con un protagonista único.
Terapias para niños y discapacitados
Además, ofrecen terapias para niños y discapacitados. Aunque aquí se han encontrado con más problemas de los que esperaban porque, como lamenta, "a la gente en general le cuesta aceptar las terapias asistidas con animales, y más si se trata de gatos. Se sigue teniendo la idea del gato independiente, arisco y distante; cuando hay muchos que son muy cariñosos y dóciles, que son los que utilizamos".
Pero la adopción no lo es todo en la Gatoteca. Muchos clientes acuden allí únicamente con la intención de observar a los felinos y sentirse acompañados por ellos. Quizá a quien no haya convivido nunca con un gato le resulte complicado comprender la seducción que pueden llegar a ejercer estos animales. Los clientes simplemente se sientan y permanecen en silencio, observando a los felinos con una actitud a mitad de camino entre la hipnosis y la veneración.
“Poder conocer a un gato y ganártelo es todo un triunfo. Si te acompaña, es porque quiere hacerlo... “
Es la misma fascinación que empujó a Eva Aznar a dedicar su vida a los felinos e impulsar el proyecto Abriga - Gatoteca. "El amor que siento hacia estos animales es algo innato en mí. Lo que más me fascina de ellos es que son todos distintos. Poder conocer a un gato y ganártelo es todo un triunfo. Si te acompaña, es porque quiere hacerlo... Y luego son todos distintos, no hay dos iguales... ".