Ana Pastor, una estrecha colaboradora de Mariano Rajoy
- Saltó con él a la política nacional y se ha mantenido en su círculo de confianza
- Ha sido diputada desde el 2000, siempre por Pontevedra
- Entre sus numerosos cargos, ha ocupado las carteras de Sanidad y Fomento
Ana Pastor, elegida por Mariano Rajoy como candidata a presidir el Congreso, es una estrecha colaboradora del presidente del PP desde que éste era ministro de los Gobiernos de José María Aznar. Si finalmente es elegida este martes, se convertirá en la segunda mujer que presida la Cámara Baja, después de Luisa Fernanda Rudi, también del PP.
Aunque natural de la localidad zamorana de Cubillos del Pan, donde nació el 11 de noviembre de 1957, y licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca, Ana María Pastor Julián inició en Pontevedra su trayectoria profesional como funcionaria del Cuerpo Superior de Salud Pública y Administración Sanitaria.
Diputada desde el 2000, siempre por Pontevedra, en esa provincia fue jefa de servicio de Planificación Sanitaria de la delegación provincial de la Consellería de Sanidad y Servicios Sociales de la Xunta, y gerente de Atención Primaria y después directora provincial del SERGAS (Servicio Gallego de Salud).
Tras su paso como directora general de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE), Pastor salta al Gobierno de la nación de la mano de Mariano Rajoy, con quien fue subsecretaria en tres de los Ministerios que ocupó con Aznar de presidente: Educación y Cultura (1999-2000), Presidencia (2000-2001) e Interior (2001-2002), donde ya la sustituyó María Dolores de Cospedal, que ahora suena para el Gobierno.
En 2002 Aznar la nombra ministra de Sanidad sustituyendo a Celia Villalobos, que precisamente ahora va a perder su puesto de vicepresidenta primera de la Cámara que tuvo con José Bono, Jesús Posada y Patxi López.
Núcleo duro de Rajoy
Tras la derrota del PP en las generales de 2004, Ana Pastor de centra en el partido como secretaria ejecutiva de Política Social, en el núcleo de confianza de Rajoy en la sede de Génova. Cuatro años después, mientras asciende a coordinadora de Participación Social en el PP, Rajoy la promueve como vicepresidenta segunda del Congreso entre 2008 y 2011, con el socialista José Bono al frente de la Cámara.
Y cuando el líder del PP llega al Gobierno en diciembre de 2011 le otorga el Ministerio de Fomento en el que se mantiene en funciones hasta este mismo lunes.
Cuatro años al frente de Fomento
Muchos han sido los frentes abiertos, y muchas las crisis, en este departamento. El fatal accidente ferroviario de Angrois, que vivió intensamente por la responsabilidad del cargo y por su cercanía con el pueblo gallego; la quiebra de las autopistas de peaje, la mayoría -como es el caso de las radiales- proyectadas en la etapa de Aznar; la privatización de Aena o la caída de la obra pública son algunas de ellas. Pero también la huelga de los pilotos de Iberia, al principio de su mandato, o las obras del Canal de Panamá, que este país amenazó con paralizar.
Aunque con un perfil mucho más reservado que el de otros miembros destacados del Ejecutivo, Pastor ha sido uno de los ministros más cumplidores con el partido, y ha acudido siempre a las grandes citas del PP. Forma parte, como vocal, del Comité Ejecutivo Nacional.
Dicen de ella en Génova 13 que es una persona muy querida en la casa, y recuerdan por ejemplo que siempre que alguien tenía una duda médica o se requería a un doctor para algo allí estaba ella para pasar consulta.
Pero lo que más destacan unos y otros es su fidelidad hacia Rajoy. Y no sólo por amistad que mantienen desde que se conocieron, de jóvenes, en Pontevedra, sino porque se mantuvo junto al líder del PP en los momentos más difíciles para él y su partido, sobre todo tras la derrota electoral de 2004 y durante la crisis que desembocó en el congreso de Valencia de 2008.
Rajoy premió esta lealtad en 2011 con uno de los ministerios más importantes, y ahora vuelve a poner toda su confianza en Ana Pastor como candidata a presidir el Congreso de los Diputados y bregar en un día a día parlamentario que se augura duro y para el que deberá desplegar todo su temple.