La policía cree que el tiroteo de Múnich fue un "acto de locura" y descarta vínculos con el yihadismo
- En el registro de su casa no se han hallado vínculos con grupos terroristas
- El joven agresor buscó información sobre matanzas y actos de locura
- La policía cree que pudo inspirarse en la matanza de Noruega
- El agresor, un germano-iraní de 18 años, mató a nueve personas y se suicidó
- Así te hemos contado el tiroteo de Múnich en directo | Fotogalería del ataque
La policía de Múnich no ha encontrado indicios de que el autor del tiroteo registrado este viernes en un centro comercial esté relacionado con el autodenominado Estado Islámico y la investigación apunta a que se trata de "un acto de locura".
El agresor, que se suicidó ante la policía tras matar a nueve personas, es un germano-iraní sin antecedentes policiales. En el registro de su vivienda la policía no ha encontrado vínculos con grupos terroristas, pero sí búsquedas relativas a actos de locura. Los investigadores creen que pudo inspirarse en la matanza de Noruega, de la que precisamente este viernes se cumplían cinco años.
"No hemos encontrado nada que haga pensar que el atacante tuviera que ver algo con el Estado Islámico", ha dicho el jefe de la policía de Múnich, Hubertus Andrä. "En cambio si hemos encontrado material que mostraba interés por casos de matanzas generadas por ataques de locura", ha agregado.
Trastorno depresivo
Se han encontrado, entre otras cosas, muchos artículos sobre acciones policiales y un libro titulado Amok, por qué matan los estudiantes. También, una gran cantidad de información relativa a la masacre cometida por un adolescente en un colegio de Winnenden, al sur de Alemania. Ocurrió en 2009 y el agresor, Tim Kretsmcher, mató a 15 personas y después se suicidió.
Los investigadores han apuntado también a la posible influencia que pudo tener en el joven el caso de Anders Behring Breivik, el noruego que hace justo cinco años asesinó a 77 personas. "Cuando alguien se interesa de forma tan intensa por ataques masivos y de locura seguro que Breivik también ha desempeñado un papel", ha reconocido Andrä, quien ha recordado que precisamente este viernes se conmemoraba el quinto aniversario de la matanza de Oslo y Utøya. "La conexión es obvia", ha afirmado.
El responsable policial ha explicado que "presuntamente" el autor había padecido algún tipo de transtorno depresivo y estaba bajo tratamiento, pero aún no ha podido contrastar todos los detalles.
El agresor nació y creció en Múnich y la policía ha reiterado que lo ocurrido no tiene nada que ver con los refugiados."Ni el ataque ni el atacante tienen relación alguna con el tema de los refugiados", ha dicho Andrä.
Un joven tímido y solitario
Tampoco tenía antecentes penales. Sólo aparece implicado en una pelea con tres jóvenes y en un caso de robo, y en ambos incidentes él fue la víctima.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha asegurado que se averiguarán exactamente los motivos que llevaron al joven a cometer la masacre y ha dicho que entiende la sensación de vulnerabilidad que generan ataques así, pero ha garantizado que el Estado y la policía seguirán haciendo todo lo posible para proteger "la seguridad y la libertad de todas las personas". En una declaración institucional tras la reunión del gabinete de seguridad, ha tenido también palabras de consuelo para las víctimas de sus familiares: "Compartimos vuestro dolor", ha dicho.
El portavoz de la Fiscalía de Múnich, ha indicado que la familia del agresor está muy afectada y que de momento no han podido interrogarlos, algo que ocurrirá en los próximos días para tratar de esclarecer lo sucedido.
Compañeros de clase del joven le describen como tímido y víctima de acoso escolar, según informa el diario The Guardian. "En la escuela era muy impopular y a menudo era intimidado por otros (...) Era un poco gordito y solía estar solo o junto con una o dos personas. Parecía no tener casi amigos".
Munición para realizar 300 disparos
Las autoridades han confirmado que no hay indicios de que el atacante tuviera cómplices, aunque la policía investiga si hubo personas que le ayudaron a hacerse con el arma con la que perpetró la matanza porque no tenía licencia de armas. El joven utilizó una pistola de 9 mm adquirida de forma ilegal, ya que tiene la numeración borrada, y guardaba en una mochila cargadores con 300 balas. No se han hallado explosivos.
El ataque se produjo sobre las 17.50 y mantuvo durante horas en vilo a las fuerzas policiales de la ciudad, hasta que poco antes de las 02.00 de la madrugada del sábado se desactivó la alarma. El agresor abrió fuego indiscriminadamente contra un grupo de personas en la puerta de una hamburguesería del centro comercial Olympia en Múnich. La policía ha confirmado que una patrulla pudo contactar con él y dispararlo, pero sin alcanzarlo.
Se suicidó delante de la policía
El cuerpo del joven se encontró a un kilómetro de la masacre con un disparo en la cabeza. Se suicidó con la misma pistola con la que perpetró el ataque. Este sábado se ha sabido que lo hizo delante de la policía, según fuentes de las fuerzas de seguridad en la capital de Baviera.
Hacia las 18.30 GMT, una patrulla de la policía tomó contacto con el presunto atacante, quien al ser interpelado por los agentes sacó su pistola, apuntó a su cabeza y disparó, indica la Policía, a través de un comunicado.
Cuando eso ocurrió, el atacante estaba a cierta distancia del centro comercial, donde se había producido el tiroteo unas dos horas y media antes.
Agentes de civil habían disparado ya anteriormente contra el joven, en el aparcamiento del centro comercial, pero resultó ileso y logró huir.
Hasta ahora, la policía había indicado únicamente que el atacante se había suicidado y que su cuerpo fue localizado a un kilómetro aproximadamente del lugar de los hechos, en una calle
Seis menores de edad entre los nueve muertos
La policía investiga una cuenta de Facebook que el agresor pudo haber pirateado para invitar a conocidos a acercarse al Mc Donalds en el que comenzó el ataque.
Entre las nueve víctimas mortales hay seis menores de edad: tres de 14 años, dos de 15 y uno de 17. Los otros fallecidos tenían 19, 20 y 45 años, todos de Múnich y alrededores. Hay, además, 27 heridos, diez de ellos de gravedad.
La policía ha asegurado que la situación ya está controlado y que "no hay razones seguridad para no visitar Múnich, cancelar eventos, o no salir de compras", por lo que los ciudadanos pueden volver a hacer vida normal. El servicio de transportes, cerrado durante varias horas, se ha restablecido.