Christiana Figueres, una mujer candidata a "restaurar la esperanza" en la ONU
- La costarricense aspira a ser la primera secretaria general de Naciones Unidas
- Fue la artífice del histórico acuerdo contra el cambio climático en París
- En una entrevista con RTVE.es reflexiona sobre los retos de la organización
Christiana Figueres se define como "optimista" y "testaruda", dos cualidades que, dice, le permitieron alumbrar el histórico acuerdo climático de París en diciembre de 2015. Ahora su próximo reto es la secretaría general de las Naciones Unidas y piensa pelearla hasta el final.
Recién aterrizada en Madrid, la antropóloga y analista costarricense de 59 años ha conocido la primera votación confidencial de los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU: cinco votos a favor, cinco en contra, y otros cinco países sin pronunciarse. "Estoy satisfecha con el resultado porque mi candidatura sólo tiene dos semanas y algunos de los otros candidatos llevan ya un año. Es un primer tanteo. Si hay algo completamente impredecible es el resultado de este proceso, en los próximos meses habrá factores que afecten al resultado y ni siquiera sabemos cuándo va a ser la próxima votación", reconoce en una entrevista con RTVE.es en la Casa de América.
Esta vez el proceso de elección será más abierto. Por primera vez se conoce quién son los candidatos, pueden conceder entrevistas y hasta han celebrado un debate público, un primer paso para hacer más transparante un organismo que ha cumplido 70 años aquejado de déficit democrático por los métodos de trabajo de su Consejo de Seguridad.
Después de ocho secretarios generales, hay un clamor para que el próximo líder sea una mujer. "Se mandaría un mensaje muy importante al mundo", asegura Figueres. "Un mujer lleva ciertos atributos que pueden ayudar a sanar muchos dolores, a traer más esperanza, un actitud de más diálogo, de más paciencia y de más construcción de puentes".
Apoyo español a los candidatos iberoamericanos
Sin embargo, Figueres también es consciente de que hay un pacto tácito por el que la Secretaría General suele rotar entre las regiones del mundo, lo que explica que de doce candidatos, ocho procedan de Europa del Este, de donde supuestamente debería provenir el nuevo responsable.
Por ello, en su visita a España busca hacerse con el aval del Gobierno. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha anunciado este viernes que España apoyará "hasta el final" a los candidatos iberoamericanos y ha trasladado su "compromiso" con la candidata costarricense antes de almorzar con ella.
A diferencia del resto de candidatos, en la hoja de vida de Christiana, hermana del expresidente de Costa Rica José María Figueres e hija del también expresidente José Figueres Ferrer, no figuran ni jefaturas de Estados ni carteras ministeriales."Pero soy la única que puede dar testamento de haber dirigido una negociación internacional, intergubernamental, sumamente compleja con éxito y con el apoyo unánime de todos los países del mundo", defiende.
Artífice del acuerdo contra el cambio climático
Figueres se refiere a su papel como muñidora del acuerdo global en 2015 contra el cambio climático, un pacto universal para reducir las emisiones contaminantes y disminuir el aumento de la temperatura global a menos de 2º para el fin de este siglo reconocido además con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación.
“El cambio climático no es un cuento de hadas“
"El acuerdo político está, pero falta educar más a la opinión pública. El cambio climático no es ideología, no es un mito, no es un cuento de hadas, esto es la ciencia, es la realidad. Sólo hay que abrir la ventana. Parece que volveremos a batir el récord de temperaturas este año", afirma. "Debemos darnos cuenta de que hay millones de personas que están sufriendo en terrenos degradados y en proceso de desertificación, que estan sufriendo hambre, sed, y van a tener que migrar. Y si no lo hacemos frente los 65 millones de migrantes que tenemos en estos momentos se van a multiplicar", advierte.
Sus dotes para la negociación en un contexto multilateral, dice, son su mejor aval. El acuerdo contra el cambio climático fue firmado por 175 países, un récord sin precedentes. Por ello no acepta que el éxito de París no se pueda trasladar a la resolución de conflictos.
Siria y el conflicto palestino-israelí, entre los retos
Además de la crisis de refugiados que, dice, se solucionaría con más "comprensión" y "compasión", recuerda el conflicto palestino-israelí como uno de los retos de su Secretaría General, si logra convertirse en la sucesora de Ban Ki-moon. "No por no haber encontrado soluciones hasta ahora hay que renunciar al diálogo y la construcción de puentes. El interés más compartido de los seres humanos es la paz", señala.
“El interés más compartido de los seres humanos es la paz“
Y la paz que no llega a Siria tras cinco años de guerra es otro de las sombras de Naciones Unidas. La primera resolución del organismo para atajar el conflicto no llegó hasta diciembre de 2015. Figueres reconoce el fracaso del diálogo político, pero se enfoca en las luces, en el acuerdo para destruir las armas químicas y en la entrada a cuentagotas de ayuda humanitaria a ciudades sitiadas.
La costarricense no olvida tampoco de dónde viene y las asignaturas pendientes de América Latina en materia de derechos humanos. "No hemos erradicado la violencia contra las mujeres y los niños, no hay igual acceso a la educación, a la tenencia de tierra, no hay paridad salarial, hay poblaciones en pobreza extrema y una gran presión sobre los recursos naturales", enumera.
Figueres, dice, quiere llevar la voz de la mujer y de los desfavorecidos al sillón más alto de la ONU inspirada por su padre, el tres veces presidente de Costa Rica. Esta vez el proceso de elección será más abierto. Por primera vez ha habido un debate público entre los candidatos, un paso para democratizar un organismo aquejado de falta de transparencia por los métodos de trabajo de su Consejo de Seguridad.
Restaurando la esperanza, el lema de la campaña. "¿Y cómo se hace eso?", pregunto.
"Hay que tener las botas bien embarraleadas [sic] para seguir luchando, pero los ojos en las estrellas para hacer las cosas mejor", responde.