Un tiroteo deja dos adolescentes muertos y 18 heridos en una discoteca de Florida tras una fiesta juvenil
- La Policía descarta que sea un atentado y detiene a tres sospechosos
- El tiroteo tuvo lugar en el aparcamiento del Club Blu, en Fort Myers
- Testigos de los hechos han escuchado hasta 30 disparos
- Dos de los heridos están en cuidados intensivos y se teme por su vida
Un tiroteo en el aparcamiento de una discoteca en la que se celebraba una fiesta juvenil en la localidad de Fort Myers, en Florida, ha dejado este lunes dos adolescentes muertos de 18 y 14 años y ha provocado heridas a otras 18 personas de entre 12 y 27 años, según los datos de la Policía y el hospital de esta ciudad del extremo sureste de Estados Unidos.
Los investigadores desconocen por ahora los motivos del ataque y si los disparos fueron realizados por una o varias personas, pero el Departamento de Policía de Fort Myers ha descartado que se trate de un atentado terrorista en un comunicado. Por el momento, hay tres detenidos que están siendo interrogados.
El tiroteo ha tenido lugar en el aparcamiento del Club Blu sobre las 0.30 hora local (las 6.30 hora peninsular en España) cuando los padres de los chicos que habían ido a la fiesta, de "edades entre 12 y 17 años" según la dirección de local, llegaban a buscarlos para llevarlos de vuelta a casa. La discoteca ha descartado en un comunicado que el autor o autores de este hecho "despreciable" sea alguno de los asistentes a la fiesta.
Los dos fallecidos son Stefan Strawder, una estrella del baloncesto juvenil de la zona, de 18 años, y un chico de 14 años identificado como Sean Archilles, según la información facilitada por la Policía de Fort Myers.
Dos de los heridos están en cuidados intensivos
Según fuentes médicas, una de las víctimas del tiroteo ha muerto en la discoteca y la otra, en el hospital Lee Memorial. En este centro médico han ingresado otras 18 personas heridas, de las que cuatro permanecen hospitalizadas, según informa Reuters.
"Dos tienen lesiones potencialmente peligrosas para la vida y se encuentran en una unidad de cuidados intensivos quirúrgicos", según ha explicado en conferencia de prensa el doctor Drew Mikulaschek.
La Policía de la ciudad, de 69.000 habitantes y situada a 257 kilómetros de Miami, ha indicado que por ahora solo puede confirmar que no se trató de "un acto de terror o de terrorismo" y ha prometido despejar las incógnitas que surgen del caso lo antes posible, para lo cual los agentes "trabajan duramente" en el lugar de los hechos.
Un portavoz del Departamento de Policía de Fort Myers ha explicado que la policía no solo investiga en la discoteca Club Blu, sino también en otro lugar de la ciudad donde hubo un tiroteo contra una vivienda y varios vehículos que se cree que está relacionado con el otro, informa Efe.
Testigos dicen haber escuchado hasta 30 disparos
En el club, donde se celebraba una fiesta llamada "Swimsuit Glow" (literalmente brillo del traje de baño), se registraron escenas de pánico y caos, según relataron a los medios algunos de los asistentes, la mayoría afroamericanos, y otros en las redes sociales.
Medios locales han citado a testigos de los hechos que han dicho haber escuchado hasta 30 disparos y otras que aseguran que hubo tiros cuando los asistentes a la fiesta salían del Club Blu, en medio de lo que uno ha descrito como "una casa de locos".
"Era un manicomio con gente buscando a sus amigos para saber si estaban bien y hubo muchas llamadas de padres a sus hijos", ha escrito un joven en su cuenta de Facedbook, según informa Wink News sin identificar al autor de ese mensaje.
Otros testimonios mencionan que algunas personas decían a viva voz el nombre de sus seres queridos para saber si estaban allí y bien. Otros mencionaron que el hospital general de la ciudad se llenó de personas que buscaban a familiares o amigos. Sin embargo, los testigos que han escrito en las redes sociales no han aportado datos significativos sobre el autor o autores.
El club defiende la seguridad de la fiesta
La dirección de Club Blu colocó una declaración en su cuenta de Facebook en la que manifiesta su "profundo pesar" por lo ocurrido y asegura que "trataron de poner a disposición de los adolescentes lo que pensaban que era un lugar seguro para pasar un buen rato".
En el mensaje se indica que la fiesta era para chicos y chicas de 12 a 17 años y había "personal de seguridad armado y plena seguridad dentro y fuera del club".
"No había nada más que pudiéramos hacer" para proteger a los chicos, "los cuales no son los que cometieron ese acto despreciable", informa Efe.
Este tiroteo ocurre un mes y medio después de la masacre en un club nocturno de ambiente gay en Orlando, también en el Estado de Florida, después de que el pasado 12 de junio un hombre atrincherado acabara con la vida de 49 personas, en el que fue el suceso más mortal de este tipo en la historia de Estados Unidos y el mayor ataque sufrido en su territorio desde los atentados del 11-S.
El autor, Omari Mateen, era un estadounidense de origen afgano, vigilado por el FBI y que había reivindicado su lealtad al Estado Islámico antes del ataque. El Estado Islámico reivindicó el atentado posteriormente.