Elena Anaya: "En 'La memoria del agua' me he dejado la piel"
- RTVE.es entrevista a la actriz y al director de la cinta, Matías Bize
- El film consiguió el Premio al Mejor Director en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva
- La película, participada por RTVE, se estrena este viernes 5 de agosto
Matías Bize (Santiago de Chile, 1979) es uno de los mejores directores de la actualidad gracias a películas como En la cama o La vida de los peces; y ahora ha presentado en Madrid su nuevo trabajo, La memoria del agua, en la que cuenta la lucha de una pareja por mantenerse unida tras la pérdida de su único hijo. Un trabajo, que cuenta con la participación de RTVE, con el que consiguió el Premio a Mejor Director en el último Festival Iberoamericano de Huelva y dos nominaciones a los Premios Platino (Mejor Actriz y Fotografía). Y que se estrena este viernes, 5 de agosto.
“La memoria del agua –asegura Matías- es una película emotiva en la que es muy fácil sentirse identificado con los personajes, porque todos hemos luchado por amor alguna vez y de eso es de lo que trata, de una pareja que lucha por mantener su relación tras una experiencia tan traumática como la pérdida de su único hijo. Creo que es mi película más madura, en la que tratamos el tema más difícil y con la que hemos conseguido superar los mayores desafíos de nuestras carreras”.
El director insiste con el tema al que ha dedicado sus últimas y exitosas películas: “Me interesa mucho el tema de la pareja, las historias de amor, y en esta película quería poner a prueba a una pareja estable, que se quiere de verdad, en la prueba más difícil a la que se pueden enfrentar: la pérdida de un hijo”.
Dos de las mejores interpretaciones del año
Destacar el excelente trabajo del dúo protagonista, Benjamín Vicuña y Elena Anaya, que lo dan todo, y mucho más.
“Es una de mis interpretaciones más complicadas –confiesa Elena-. Me dejé el alma y fue una experiencia muy difícil. Además, cuando haces personajes que atraviesan situaciones tan intensas y dolorosas, es fundamental volver a casa y tener a los tuyos. Y yo estaba sola en Santiago de Chile, una ciudad en la que no conocía a nadie se me hacían las horas muy largas; además de que la película me removió mucho y me costaba estar allí sola”.
Sobre Elena, Matías asegura: “Siempre había querido trabajar con ella. Incluso escribí el guion pensado en ella. Se lo mandamos y nos respondió muy emocionada diciendo que quería estar en la película. Fue muy bonito y creo que ambos sumaron con sus actuaciones. Porque pienso que los dos están increíbles en la película”.
Tras enterarse de que el cineasta estaba trabajando sobre este tema, el actor chileno Benjamín Vicuña, que en 2012 perdió su hija de seis años a causa de una hemorragia cerebral, se ofreció para participar en la película.
“Benjamín tiene una experiencia vital muy cercana a la película y me pareció muy bonito que él se acercase a mí cuando se enteró sobre lo que iba a tratar la historia –asegura Matías-. Se ofreció para participar de cualquier manera, desde ayudarnos en el guion, por si queríamos hablar con alguien que hubiese pasado por una experiencia similar, o como actor para cualquier personaje. Me pareció un acto de valentía total y no tuve duda de que tenía que ser el protagonista masculino”.
Una película que destila verdad
“El proceso de escritura fue muy largo –asegura Matías-. Tuve la suerte de trabajar con el guionista con el que colaboro habitualmente, Julio Rojas (En la cama, La vida de los peces). Pero no quisimos investigar sobre el tema porque no queríamos que fuese una película de autoayuda ni un ensayo sobre la pareja tras la muerte del hijo. Sólo queríamos ponernos en el lugar de una pareja que hubiese tenido esa pérdida y hablar desde la imaginación y la honestidad. Y creo que hemos conseguido que la película parezca muy real”.
Reflejar el dolor con esta intensidad no es fácil y pocas veces hemos visto tanta autenticidad como en esta película. “Sólo lo hemos logrado con mucho trabajo, con mucha verdad –asegura Matías-. Es una película en la que todo está en los ojos de los actores, en las miradas, en los diálogos… y también en los silencios, la música. Es una película que invita mucho a la reflexión y a que cada uno repase su propia vida. Mi intención era que la película no sólo durase hora y media sino que dejase un poso en el espectador”.
“El gran desafío era el tema –continúa el director-. Cómo hacer una película tan dura pero que, a la vez sea luminosa, con elegancia y sutileza. Ha sido un gran desafío en cuanto a música, fotografía y sobre todo a nivel de actuación porque, al final, son Benjamín y Elena los que se echan la película al hombro”.
“A los personajes hay que entenderlos desde lo más profundo de su ser”
Gracias a su interpretación, una de las mejores de su carrera, Elena recibió un galardón especial en Chile, exaequo con Dolores Fonzi (por La Paulina) y ambas fueron también finalistas al Premio Platino que se llevó la argentina.
Elena nos comenta cómo es su personaje: “Amanda es una mujer que en el momento en el que comienza la película está absolutamente rota, desgarrada y desubicada. No sabe lo que quiere ni cómo salir adelante. Vive con su marido en la casa familiar y tras la pérdida de su hijo su vida ha dejado de tener sentido. Tiene delante al ser que más quiere en el planeta, que es el padre de su hijo, pero ni siquiera puede seguir mirándolo a la cara”.
“No me identifico con Amanda en absoluto –confiesa la actriz-, aunque me gustó mucho interpretarla. De hecho me identifico más con Javier, el personaje de Matías, porque me considero optimista y luchadora e intento buscar siempre el lado positivo de las cosas”.
“Y es que –continúa Elena- los dos personajes son dos polos opuestos. El intenta reconstruir esa relación, ser esa boya que saque a flote algo que se hunde. Y Amanda, mi personaje, es todo lo contrario. Es alguien que ha perdido fondo y ya no quiere seguir respirando. El dolor es tan grande que cualquier mínimo instante de felicidad que siente, supone un desgarro aún mayor. No es una suicida pero su existencia es tan dura que no quiere reavivar la relación. Un personaje va hacia la luz mientras que el otro va hacia las sombras”.
“He tenido que entender el dolor de Amanda”
“A los personajes hay que entenderlos desde lo más profundo de su ser –añade la actriz-. Porque si no, estás juzgándolos; y para llevar a unos personajes hasta donde creo que los hemos llevado no puedes juzgarlos jamás, sino comprender por qué actúan de la forma en la que lo hacen y defenderlos”.
Según Elena, preparar un personaje tan complejo no fue fácil: “Me preparé creando un pasado para Amanda, para entender de dónde viene su desarraigo y por qué no puede recurrir a su familia, ya que la vemos siempre sola. Eso se debe a algo que, aunque no se vea en la historia, yo tenía que saber. He tenido que responder a muchas preguntas para entender quién es esta mujer y por qué actúa así”.
“Y entender su dolor, que desconozco totalmente porque afortunadamente nunca he tenido que pasar por una situación así –asegura-. Aunque todos hemos tenido que lidiar con el dolor y con la pérdida, por lo que cada actor tiene que rebuscar en su interior para sacar ese dolor y amargura que puede llegar a retransmitir un personaje”.
“Por eso –confiesa la actriz- los ensayos han sido más que fundamentales. Son los momentos en los que puedes arriesgar, ensayar, explorar, mostrar otra cara del personaje… A veces es mejor mostrar menos para impresionar con la falta de emoción del personaje, como cuando alguien está tan dolorido, tan seco que ya ni le salen las lágrimas. Porque las lágrimas salieron en los nueve meses anteriores que no hemos visto en la película.
Su interpretación es magistral, pero no sería lo mismo sin la réplica de Benjamín Vicuña: “El día que Benjamín y yo nos conocimos –afirma Elena-, tuvimos una charla y el flechazo fue inmediato. Los dos nos contamos quienes éramos y cómo nos sentíamos ante esta historia. Y nos prometimos querernos durante el restos de nuestras vidas, porque lo que teníamos que darnos delante de la pantalla era todo menos amor. Porque interpretábamos a una pareja que se había amado mucho y en la que él busca todas las maneras de no perderla, mientras que ella lo único que le da es puerta. Es lo único que puede ofrecer. En pantalla teníamos que decirlo todo mirándonos a los ojos o no decirnos nada, que es mucho peor”.
“Menos mal que en Chile –confiesa la actriz- hay una bebida maravillosa, que es el pisco sour, que, después de un trabajo tan intenso te tomas uno y entras en contacto con el universo y puedes relativizar un poco todo”.
“Seguiré investigando las relaciones de pareja”
En sus últimas películas Matías se ha centrado en la pareja, un tema que le apasiona: “No creo que esta película sea el final de mi estudio sobre la pareja, porque cada vez que acabo una película me digo que es mi película definitiva sobre ello, pero enseguida vuelvo a darle vueltas. Es el tema que a mí me apasiona. Las relaciones de pareja son un tema infinito y con el que me siento muy cómodo, porque son temas que conozco y me podrían suceder a mí”. En el caso de La memoria del agua, yo no soy padre y no tengo hijos pero si me identifico con esa pareja que está luchando por amor. Por eso pienso que me queda mucho por seguir investigando sobre las relaciones de pareja”.
En un tema tan delicado como este, Matías también consigue evitar caer en el melodrama y la lágrima fácil: “Era uno de los peligros que tenía la historia, pero lo hemos conseguido evitar desde la delicadeza, la elegancia… Por ejemplo, el hecho de no mostrar la muerte del hijo, de no caer en esas escenas fáciles que uno tiende a poner en el guion en una primera escritura. Estuvimos trabajando tres años en el guion para llegar a esa emoción esa verdad, sutileza y elegancia”.
“Sus proyectos”
En cuanto a sus próximos proyectos, Matías Bize nos comenta: “Acabo de terminar de rodar una película en La República Dominicana que, en un principio querían que fuese un remake de En la cama. Pero, como no quería hacer lo mismo, les propuse que hiciésemos otra cosa. Y a partir de eso hemos hecho una película que comparte el espíritu de En la cama pero que, a la vez, es completamente diferente. La terminé hace apenas tres días. Se llama En tu piel y se estrenará el año que viene”.
En cuanto Elena: “En España está a punto de estrenarse The infiltrator, de Brad Furman y protagonizada por Bryan Cranston, en la que hago un pequeñísimo papel. Y el verano que viene se estrenará la esperada Wonder Woman, de la que tengo que guardar completo secreto”.
La memoria del agua se estrena este viernes, 5 de agosto.