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Crisis política en Brasil

El Senado de Brasil inicia este martes una maratoniana sesión sobre la destitución de Rousseff

  • Se producirá la primera de las dos votaciones para apartar del cargo a Rousseff
  • Los 81 senadores se pronunciarán sobre un informe que apoya la destitución
  • Para que el proceso contra la presidenta siga, se necesita una mayoría simple
  • Está previsto que la sesión dure 20 horas y se alargue hasta el miércoles

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La presidenta suspendida de Brasil Dilma Rousseff en una imagen de archivo de mayo de 2016 en el Palacio del Planalto.
La presidenta suspendida de Brasil Dilma Rousseff en una imagen de archivo de mayo de 2016 en el Palacio del Planalto.

El proceso para destituir a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseffcontinúa este martes en el Senado con una maratoniana sesión, que durará sobre 20 horas y en la que se producirá la primera de las dos votaciones que podrían apartar definitvamente del cargo a la mandataria.

La sesión que comenzará a señalar el destino de la mandataria, suspendida de sus funciones desde el pasado 12 de mayo y sustituida desde esa fecha por el hasta entonces vicepresidente Michel Temer, se realizará en momentos en que la atención del país está centrada en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro

Ajenos a medallas y al clima deportivo, los 81 senadores votarán este martes un informe que pide la destitución de Rousseff por maniobras que alteraron los presupuestos y otras irregularidades de tipo fiscal, hechos que según la Constitución pueden justificar su destitución.

La sesión, una auténtica prueba de resistencia para el Senado, comenzará este martes pero concluirá el miércoles ya que cada uno de los 81 senadores tendrá 10 minutos para exponer su posición, lo que ya garantiza unas 14 horas de debates. Además, la acusación y la parte acusadora dispondrán cada una de media hora para dirigirse al pleno, que también prevé intervalos de 60 minutos cada cuatro horas.

Esta primera votación necesita una mayoría simple

Para que el informe que recomienda la destitución de Rousseff sea aprobado y el proceso llegue a su última fase, será necesaria una mayoría simple entre los senadores presentes, que en caso de plena asistencia supondría 41 votos.

Los partidarios de la destitución de Rousseff sostienen que ya cuentan con por lo menos 54 de esos votos, aunque encuestas hechas por medios locales entre los senadores dicen que sólo unos 44 ya han declarado su inclinación a respaldar el informe. Si el documento fuese finalmente aprobado, el proceso continuará.

El siguiente paso, el ultimo del proceso, también tendría lugar en el pleno del Senado. La votación definitiva, en la que Rousseff sería apartada de la Presidencia, necesitaría entonces una mayoría cualificada de 54 votos (dos tercios).

La fecha de esa última sesión será definida por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien dirigirá el trámite, como garante constitucional y corresponsable del proceso junto con el Parlamento. Lewandowski ya ha adelantado que, en caso de que los senadores se pronuncien por la continuidad del proceso, esa definitiva votación será convocada para finales de este mes y podrá durar entre tres y cinco días.

Manifestaciones de apoyo a Dilma

Los movimientos sociales que respaldan a Rousseff han convocado a protestas para este martes bajo los lemas "Fuera Temer" y "Vuelve Dilma", aunque las autoridades policiales de Brasilia dudan de que vaya a haber una respuesta masiva. Esos cálculos se apoyan en las protestas más recientes, como las realizadas el pasado viernes, en coincidencia con la inauguración de los Juegos Olímpicos, que no llegaron a congregar a más de 5.000 personas en todo el país.

Manifestantes en Río de Janeiro, horas antes de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpìcos el pasado viernes 5 de agosto, muestran carteles contra el presidente interino, Michel Temer.

Manifestantes en Río de Janeiro, horas antes de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpìcos el pasado viernes 5 de agosto, muestran carteles contra el presidente interino, Michel Temer. Benoit Tessier

Si esas manifestaciones parecieron ser un fracaso, no lo fue un llamamiento hecho por las redes sociales a valerse de los Juegos Olímpicos para protestar contra Temer, que, a pesar de su carácter interino hasta que se defina la suerte de Rousseff, ha adoptado algunas medidas impopulares desde que está en el poder.

La mayor muestra del malestar con Temer, que no necesariamente supone un apoyo a Rousseff, fue dada durante la inauguración de los Juegos Olímpicos, en la que el presidente interino recibió un sonoro abucheo al declarar abierto el evento. Aunque esos silbidos resonaron a escala planetaria a través de la televisión mundial, Temer les restó importancia y los explicó como una "tradición" de las tribunas del estadio Maracaná, desde las que ya fueron abucheados todos los mandatarios que por allí pasaron.