Francia defiende la prohibición del "burkini" en medio de la tensión y las primeras multas
- Tres mujeres han sido multadas por llevar "burkini" en Cannes
- El Colectivo contra la Islamofobia recurre el veto ante el Consejo de Estado
- Tres localidades francesas han prohibido este trajo de baño islámico
El Gobierno francés ha defendido la prohibición municipal de usar "burkini" -traje de baño que cubre desde la cabeza hasta los tobillos y que sus adeptos prefieren llamar "bañador islámico"-, pero ha pedido a los alcaldes que rebajen las tensiones entre las diferentes comunidades religiosas.
Tres ciudades del Mediterráneo -Cannes, Villeneuve-Loubet y Sisco en la isla de Córcega- han prohibido esta prenda, y Le Touquet, en la costa atlántica, planea hacer lo mismo.
Desde que entró en vigor el veto, tres mujeres han sido multadas por llevar "burkini" en Cannes . El mismo sábado, una mujer de 29 años fue multada en la playa de la Croisette con los 38 euros que prevé la normativa; al día siguiente recibió la sanción otra de 32 en la de Zamenhoff, y el lunes por la tarde fue sancionada una tunecina de 57 años.
Además, otras seis mujeres que se bañaban "demasiado cubiertas", según el diario Nice Matin, fueron advertidas, pero optaron por abandonar la playa o cambiarse el traje de baño, según ha declarado el jefe de la policía municipal, Yves Daros.
“El 'burkini' puede provocar disturbios del orden público“
Debate entre patidarios y detractores
Las alcaldías locales, en su mayoría conservadoras, alegan motivos de seguridad e higiene, al considerar que una prenda que "manifiesta de forma ostentosa una pertenencia religiosa, cuando Francia y los lugares de culto religioso son actualmente objetivo de ataques terroristas, puede provocar disturbios del orden público".
Este domingo, el empresario argelino Rachid Nekkaz se ofreció a abonar las multas que se dicten contra el "burkini" con el fondo que creó en 2010, dotado de un millón de euros, para sufragar infracciones por llevar en lugares públicos el "niqab" (velo integral que solo deja al descubierto los ojos).
El debate sobre el uso el burkini llega en un momento particularmente sensible en Francia debido a los recientes ataques islamistas. Y la polémica en torno a esta prenda ha saltado de la esfera local a la gubernamental. Laurence Rossignol, la ministra socialista de la Familia, la Infancia, y los Derechos de la Mujer, ha afirmado que las prohibiciones municipales sobre esta prenda no deberían leerse en el contexto de la lucha antiterrorista, aunque apoya la medida.
"El burkini no es una nueva línea de ropa de baño, es la versión de playa del burka y tiene la misma lógica: esconder los cuerpos de las mujeres para controlarlos mejor", ha señalado Rossignol al diario Le Parisien.
La dimensión política de un traje de baño
Francia, donde reside la comunidad musulmana más grande de Europa, unos cinco millones de personas, prohibió en 2010 el "burka" y el "niqab" -dos velos que cubren el rostro- en lugares públicos.
Rossignol asegura que el "burkini" ha avivado las tensiones en las playas franceses porque tiene una dimensión política. "No es sólo un asunto de las mujeres que los visten, porque es el símbolo de un proyecto político hostil a la diversidad y la emancipación de las mujeres", ha apuntado.
El sábado se registró una pelea entre jóvenes corsos y familias de origen magrebí en Sisco, después de que ciertos bañistas fotografiaran a mujeres con ese traje de baño islámico. Cinco personas resultaron heridas. El alcalde prohibió la prenda este lunes.
Además de los ataques de París del pasado noviembre que acabaron con la vida de 130 personas, un tunecino atropelló deliberadamente a una multitud en Niza el 14 de julio, matando a 85 personas, y hace tres semanas un cura fue degollado en su iglesia en Normandía por dos jóvenes que habían jurado lealtad al autoproclamado Estado Islámico.
La ola de atentados ha hecho mella en el ánimo de la población. El domingo, 41 personas resultaron heridas en una estampida en la ciudad de Juan-les-Pins cuando un grupo de turistas confundió el sonido de unos petardos con disparos.
El alcalde de Villeneuve-Loubet, Lionnel Luca, miembro de la facción más derechista del partido conservador Los Republicanos, ha manifestado que el "burkini" es una provocación ideológica. Y ha basado la prohibición de la prenda en razones de higiene y seguridad.
Los tribunales tiene la última palabra
El Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF) ha presentado una denuncia ante el Consejo de Estado francés, la máxima instancia administrativa del país, que se pronunciará en los próximos días. Considera que la prohibición restringe las libertades fundamentales y discrimina a las mujeres musulmanas.
El Tribunal Administrativo de Niza ya consideró la pasada semana que el veto respeta las disposiciones del artículo primero de la Constitución, que definen a Francia como una República laica y prohíben a cualquier persona "hacer prevalecer sus creencias religiosas sobre el respeto de las reglas comunes".
El juez indicó igualmente que en el actual estado de emergencia y ante los recientes atentados, un bañador diferente del habitual puede ser interpretado como algo más que "un simple signo religioso".
La relación del islam con la República francesa ha pasado a estar en el punto de mira especialmente tras los últimos ataques y la lucha de las autoridades contra la radicalización contempla prohibir la financiación extranjera de las mezquitas e implicar a los ciudadanos de confesión musulmana contra toda deriva.