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Crisis política en Brasil

Acusación y defensa cruzan argumentos antes de la votación definitiva sobre Dilma Rousseff

  • "El fraude está comprobado", ha asegurado la abogada de la acusación
  • El abogado defensor afirma que "es víctima de una elite política y económica"
  • Está previsto que este miércoles se celebre la votación definitiva en el Senado
  • Las claves del juicio político contra Dilma Rousseff

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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, respondiendo a los senadores durante su juicio político
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, respondiendo a los senadores durante su juicio político .

El juicio político contra Dilma Rousseff apura sus últimos trámites antes de la votación final que decidirá si la presidenta de Brasil es destituida de forma definitiva, tal como ha reclamado este martes la acusación, que ha remarcado que los cargos que se le imputan a la mandataria han sido "probados" durante el proceso, mientras que la defensa ha asegurado que Rousseff "es víctima de una elite política y económica".

Ambas partes han presentado sus argumentos finales antes de que se abra una nueva ronda de intervenciones de los 81 senadores, tras la que se celebrará la votación definitiva, previsiblemente este miércoles: Rousseff será destituida si dos tercios de los senadores votan en su contra y, en ese caso, el vicepresidente Michel Temer, que ahora ocupa la presidencia de forma interina, completaría su mandato, que acaba en 2019.

La presidenta brasileña está suspendida de sus funciones desde el 12 de mayo, cuando se abrió el juicio político que evalúa si incurrió en un delito de responsabilidad por avalar diversas irregularidades fiscales de su Gobierno, a saber, la emisión de tres decretos que alteraron los presupuestos sin la venia del Congreso y retrasos en la devolución de depósitos en la banca pública que se configuraron como créditos y generaron cuantiosos intereses.

Este lunes, Rousseff se defendió personalmente de las acusaciones en una comparecencia de 14 horas ante el pleno del Senado, en la que admitió las irregularidades pero negó que constituyan delito alguno: "No he cometido ningún crimen de responsabilidad", aseguró ante la Cámara Alta, denunciando que el proceso es un "golpe" que busca desalojarla del poder.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha admitido este lunes en el Senado, ante el que ha presentado los últimos argumentos de su defensa antes de la votación definitiva para decidir sobre su destitución, que su Gobierno cometió irregularidades fiscales, aunque ha remarcado que nunca traicionó a sus votantes y que en ningún momento cometió "ningún crimen". "Estamos a un paso de la consumación de una grave ruptura institucional, de concretar un verdadero golpe de estado", ha vuelto a denunciar Rousseff, que está suspendida de sus funciones desde el 12 de mayo, cuando se inició el juicio político que ahora fronta su recta final. "Vengo a mirar directamente a los ojos de sus excelencias y a decir con la serenidad de quien no tiene nada de qué responder que no cometí delitos de responsabilidad", ha subrayado la todavía presidenta.

La acusación habla de un fraude "comprobado"

En la jornada del martes, la quinta de esta última sesión del juicio político, la abogada Janaina Paschoal ha sido la encargada de esgrimir las conclusiones de la acusación, señalando ante el pleno de la Cámara Alta que "el fraude está comprobado", por lo que "los senadores no pueden votar al margen de esa realidad".

Según Paschoal, las declaraciones de los testigos escuchados, las "voluminosas pruebas" presentadas por la acusación y los propios balances del Estado, en los que ha sostenido que se reflejan "todas" las irregularidades, "comprueban el fraude fiscal" en que supuestamente incurrió el Gobierno de Rousseff.

Nada ha sido hecho fuera de la legalidad. Es un proceso que es del pueblo

"He escuchado reiteradamente que la presidenta es honesta", pero "no es honesto cometer un fraude" con las cuentas públicas, ha declarado Paschoal. En este sentido, también ha respondido con vehemencia la tesis del "golpe" esgrimida por Rousseff y su defensa: "Nada ha sido hecho fuera de la legalidad. Es un proceso que es del pueblo, de cada uno de los brasileños que se manifestó" en las calles contra Rousseff, ha dicho en alusión a las multitudinarias protestas del año pasado.

En su intervención, también dirigió unas palabras "personales" a la presidenta: "Quiero pedirle disculpas a la presidenta. No por hacer lo que hice. Sino porque sé que su situación no es fácil. Pido disculpas porque mi objetivo no era causarle sufrimiento, pero espero que ella comprenda que este proceso es también pensando en sus nietos", ha asegurado con lágrimas en los ojos la abogada de la acusación.

Dilma Rousseff es apartada del cargo de presidenta de Brasil

La defensa insiste en la tesis del golpe

Por parte de la defensa, el abogado José Eduardo Cardozo ha asegurado que Rousseff "es víctima de una elite política y económica" y ha vuelto a rechazar todos los cargos, que ha calificado de "meros pretextos" para "desalojar a una persona honesta que incomoda a la elite" política y económica del país.

En un encendido discurso, Cardozo ha defendido que las acusaciones "son tan técnicas, tan sofisticadas y tan confusas, que la enorme mayoría de los brasileños no entiende de qué la acusan", y ha apuntado que Rousseff es "víctima de una conspiración" que comenzó en octubre de 2014, cuando fue reelegida para un segundo mandato.

"Fue acusada porque ganó una elección afrontando los intereses de aquellos poderosos que querían cambiar el rumbo de Brasil" y porque "facilitó las investigaciones sobre corrupción", ha subrayado su abogado. Según Cardozo, los "derrotados de 2014 se confabularon" con los sectores económicos y entonces "decidieron destituir" a "una mujer incómoda" construyendo "la tesis de una irregularidades que no son, que no existen y que no han sido probadas".

Pido a Dios que si ella fuera condenada, un día un ministro de Justicia le pida disculpas

"Los golpes no se hacen ya con armas. Como ya no se puede llamar a los tanques, entonces se usan pretextos jurídicos, irrelevantes", para "desalojar a los presidentes elegidos en las urnas", ha manifestado, antes de concluir su emotivo alegato: "Pido a Dios que si ella fuera condenada, un día un ministro de Justicia le pida disculpas. A ella, si estuviera viva, o a sus nietos, si ya hubiera fallecido. Pero que sea, para que la Historia honre a esta mujer".